Universitat Oberta de Catalunya
La era de internet y las series, películas y videojuegos han ayudado mucho a la proliferación de nuevos formatos y nuevas maneras de acercarse a este arte
Más allá del éxito social y comercial ascendente de los últimos años, el cómic lucha por reivindicarse como el noveno arte dentro del panorama cultural
Entre las aguas turbulentas de un sector editorial que, a pesar de haber experimentado crecimientos récord durante la pandemia, se esfuerza para hacer frente a numerosos retos y desafíos, existe un sector que navega con la tranquilidad de estar experimentando una época de bonanza creativa, social y económica clamorosa: el cómic. Los especialistas otorgan el éxito a una combinación de factores que pasa por haber conquistado a un público general que es cada vez más masivo, la apertura de nuevos mercados, la inclusión de historietas en nuevas publicaciones generalistas, o la llegada de novedosos formatos y temáticas renovadas que despiertan un gran interés.
Los números corroboran que el cómic está en su mejor momento: si bien las cifras de ventas de las editoriales no son públicas, la buena salud de la historieta se puede corroborar examinando el número de títulos que se publican año tras año. Según Guía del Cómic, el número de novedades que salieron a la luz en 2022 fue de 4.415, lo que representa un 15 % de incremento respecto al año anterior y más del doble que hace diez años.
El manga, el cómic de mayor éxito
Precisamente el manga, entendido tradicionalmente como el cómic de origen japonés, merece una especial mención por ser el tipo de cómic que más ha crecido. Según MangaLand, en 2022 se publicaron 1.320 volúmenes de manga, un 28 % más que el año anterior, que ya había batido récords en cuanto a los lanzamientos.
¿Por qué este gran éxito del cómic y por qué ahora? Según Xavier Pastor, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, una de las claves del bum ha sido el tránsito entre medios. “La gente que nacimos en los años setenta tuvimos un contacto inicial con el cómic como lectura infantil y se nos consideraba un poco como gente extraña”, afirma el profesor. Ahora está claro que la relación de las nuevas generaciones con el formato es mucho más amplia, y para Pastor, en este camino ha desempeñado un papel clave el tránsito entre medios: “el hecho de poder leer un cómic, ver su adaptación en el cine y después interactuar con un muñeco, jugar a un juego de mesa o, más recientemente, a un videojuego, ha sido clave. Es cierto que esto se podía hacer hace tiempo, no es nuevo, pero el paradigma digital ha impulsado de forma exponencial este tránsito y ha transformado la relación que teníamos con las historias, los autores y sus universos creativos”, comenta.
La era de internet ha ayudado mucho a la proliferación de nuevos formatos y nuevas maneras de acceder a este arte. Pastor señala, por ejemplo, el éxito de la serie de televisión The Boys, a raíz de la cual muchos televidentes descubrieron el cómic en el que se inspira. En cuanto a la proliferación de nuevos formatos, el estudiante del máster de Edición Digital de la UOC David Toledano acaba de entregar el trabajo final de los estudios con el título Webcómic en España: ¿arte o negocio?, donde analiza las nuevas posibilidades que el entorno digital ofrece a los creadores. “Internet y las pantallas facilitan la adopción de nuevas técnicas tanto de creación para los autores, en este caso, todos los recursos digitales que tienen ahora mismo a su disposición, como también de formato, porque el hecho de no leer a doble página, sino ir bajando por una pantalla permite que los artistas se puedan plantear el uso de recursos muy diferentes”, explica Toledano.
El largo camino hacia la legitimación del medio
Más allá del éxito social y comercial ascendente de los últimos años, el cómic lucha por reivindicarse como el noveno arte dentro del panorama cultural. El formato de la historieta muchas veces no encaja dentro de lo que tradicionalmente se ha considerado como cultura seria. Toledano cita a Will Eisner —a quien se le atribuye la invención del término “novela gráfica”— como el primer creador que, a finales de los años setenta, quiso elevar sus creaciones a la categoría de literatura. Poco después, el término novela gráfica se popularizó y en un giro irónico de los acontecimientos, “la novela gráfica, aquel cómic que quería ser literatura, ahora estará protagonizada por superhéroes”, señala el estudiante.
Sin embargo, y además de ser un medio de entretenimiento popular, los cómics también han servido desde siempre para hacer aportaciones extraordinarias al debate público. Para la profesora Carmela Artime, autora de la tesis La memoria en la novela gráfica española (2005 – 2015): ficción y representación histórica, que ha desarrollado en el marco del doctorado de la Sociedad de la Información y el Conocimiento de la UOC, el enfoque que adoptan las novelas gráficas es clave cuando participan en el cuestionamiento social y cultural. Según ella, los nuevos temas que se tratan, entre los que hay la representación de la historia, y las formas de abordarlos, “desafían la percepción que se tiene del cómic como solo un arte efímero y juvenil y lo convierten también en un medio de reflexión y de crítica”.
En este proceso hacia un mayor reconocimiento del cómic como arte de pleno derecho, Pastor y Artime coinciden en que un punto de inflexión clave fue la concesión del Premio Pulitzer a Art Spiegelman en 1992 por la obra Maus, una novela gráfica sobre el Holocausto y la memoria. “Los premios ayudan a posicionar y visibilizar las obras, y este fue un paso muy importante para el cómic. Hoy en día tener un premio del Festival del Cómic de Angulema o el Eisner de San Diego es equivalente a tener un Oscar”, señala Pastor.
Lo que está claro es que el cómic sigue conquistando nuevos espacios. A partir del mes de septiembre, la UOC ofrecerá un nuevo curso llamado Diseña tu cómic, en el máster de Edición Digital. En este curso “veremos el proceso de creación del cómic, el reconocimiento de los distintos géneros, el procesamiento de los elementos gráficos y textuales, la maquetación, la edición y el arte final”, explica Xavier Pastor, que está elaborando los módulos docentes del curso. Este ha sido ideado con la voluntad de dar cabida al noveno arte en el entorno académico, siguiendo la tendencia en auge del fenómeno, y también por las particularidades del medio: “No es lo mismo editar una novela que editar un cómic, porque hay imagen, hay color, hay texto, hay una semiótica específica del cómic, y hay una serie de factores que hemos entendido que los alumnos deben conocer”, concluye Pastor.
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