Por Bayardo Quinto Núñez
Bitácora de Futuro
Todos los escritores, artistas tienen su propio mérito, con sólo atreverse a publicar sus obras es un inmenso logro para ellos y para la cultura nacional e internacional de sus países, pues, estas llevan su propia intención, del autor, eso es indiscutible, que a ciertos no les guste y a otros si, eso son los dilemas de la diversidad de ideas y pensamientos porque nunca podemos pensar igual, ni tener los mismos gustos. Pero la realidad es única.
Quizá a la fecha de la publicación de este tema, nadie ha abordado la temática que les escribo. Antes de iniciar este tema, les expreso, no voy a escribir de toda la vida y obra del escritor y poheta nicaragüense Rubén Darío, pues se pasaría días, horas y meses interminables aun cualquiera que lo pretenda hacer. Me centraré para puntualizar algo muy específico, que he considerado exahustivamente interesante para la cultura universal y nacional.
Darío en el regreso del tiempo, que es el mismo tiempo. Veamos, Rubén Darío en este Siglo XXI continúa siendo el Padre del Modernismo, aunque esté en desuso o desfasado como género literario, porque prácticamente casi nadie escribe en ese género literario Rubendariano, lo cual no significa sea malo, pues sus maravillas literarias son preciosidades espléndidas. El fue fiel creador de ese mundo letrístico reformista, al igual, nos legó y/o dejó insertado en el tiempo, que a la fecha siguen siendo objeto de estudio por su don profético, y es indiscutible su genialidad.
Darío muere en el año 1916 y el movimiento literario de vanguardia dicen ciertos escritores nicaragüense, no academia internacional facultada para ello, que, fue iniciado en Nicaragua desde el año 1931 otras versiones arguyen surge en 1927, eso es irrelevante, y que fue iniciada por los escritores y pohetas nicaragüenses José Coronel Urtecho, Pablo Antonio Cuadra, Joaquín Pasos, Luis Alberto Cabrales, entre otros.
Pero regresando al tiempo ido y releyendo de nuevo ciertas obras de Darío, está más que claro, la otra gran herencia literaria que nos dejó y que se ha olvidado mencionar, es y fue en su época y actual, el vanguardismo insertado en su poheticidad, esencialmente él es el iniciador, porque en parte hace desaparecer la rima, haciendo una combinación de modernismo con vanguardismo pohètico, enfilando y haciendo más libre la pohesía, dejando inmensas estelas de vanguardismo o mejor dicho versos libres sin rima, entre otras cosas más.
Los escritores y pohetas Pablo Antonio Cuadra, José Coronel Urtecho, Joaquín Pasos, y Luis Alberto Cabrales, entre otros (q.e.p.d) son “continuadores”, no son iniciadores del movimiento literario de vanguardia en Nicaragua. A Estos escritores, no se le niega sean buenos, para otros pueden ser regulares o malos, pero siempre son escritores, es cuestión de gusto. A Rubén Darío no se le puede despojar de lo suyo.
Veamos algunos pohemas de Darío para que corroboren. En los “Abrojos” escritos por Rubén Darío en el año 1887, en el Abrojo No. I Darío dejó como verso libre la segunda línea, no rima con ninguna y en el Abrojo No. IV el segundo verso no rima con ninguno de los siguientes, y el VI y VIII tampoco tienen rima, igual que otros pohemas. Ahí se aprecia la combinación de modernismo con vanguardismo. Esto para mí significa que, además de ser Darío el Padre del modernismo, es el creador y Padre del movimiento y/o género literario que yo denomino: “ MODERNISMO VANGUARDISTA”. Y, en cuanto al pohema “Los motivos del lobo” de Rubén Darío, escrito en 1913, de manera descendente, existen algunos versos que no riman, eso es verso libre, es vanguardia, pues, queda el verso siguiente libre sin rima que lo apoye, hasta después se enfila para rimar. El pohema A Roosevelt, escrito en 1904, existen desde el inicio en sus estrofas, versos que no riman para nada. Como se dice en el argot popular: “para muestra un botón” En años diferentes Rubén Darío fue dejando estelas de pohesía de vanguardia. Existen otros Abrojos que dejan esa estela creacionista de la vanguardia como movimiento literario. Veamos los Abrojos citados.
ABROJOS
(I)
¡Día de dolor/aquel en que vuela/para siempre el ángel/del primer amor!
(IV)
En el kiosco bien oliente/besé tanto á mi odalisca/en los ojos, en la frente,/y en la boca y las mejillas,/que los besos que le he dado/ devolverme no podría/ni con todos los que guarda/ la avarienta de la niña/en el fino y bello estuche/de su boca purpurina./
(VI)
Puso el poeta en sus versos/todas las perlas del mar,/todo el oro de las minas,/todo el marfil oriental;/los diamantes de Golgonda,/los tesoros de Bagdad,/los joyeles y preseas/de los cofres de un Nabab./Pero como no tenía/por hacer versos ni un pan,/al acabar de escribirlos/murió de necesidad./
(VIII)
Vivió el pobre en la miseria,/nadie le oyó en su desgracia;/cuando fue á pedir limosna/lo arrojaron de una casa./Después que murió mendigo,/le elevaron una estatua…/ ¡Vivan los muertos, que no han/estómago ni quijadas!
Rubén Darío, es el iniciador del nuevo movimiento y/o género literario, que yo lo título: “MODERNISMO VANGUARDISTA”, él entrelaza dos novedades literarias porque desde su estructura permite establecer un esquema único, y fue así que dejó inmensas estelas en verso libre. Reitero, además de ser el Padre del Modernismo, dejó instalado el movimiento y/o género literario:
“MODERNISMO VANGUARDISTA”, o como lo quieran ustedes titular. Los escritores José Coronel Urtecho, Pablo Antonio Cuadra, Joaquín Pasos, Luis Alberto Cabrales, entre otros, siguieron esa ruta “Modernista Vanguardista Dariana”, nunca han sido iniciadores de la pohesía de vanguardia, son continuadores de lo que Rubén Darío ya había dejado plasmado-escrito-.
Acerca del autor Bayardo Quinto Núñez, escritor Nicaragüense