El 14 de febrero también tiene su historia: Juan Carlos Hernández Meijueiro

Juan Carlos Hernández Meijueiro nos presenta el curioso origen de esta celebración

El 14 de febrero era una fecha feriada en el Calendario Romano. Para esta cultura, ese día comenzaba el fin de año, que lo preparaban durante 40 días antes de su Año Nuevo, celebrado el 1 de Abril (Aprire → Aprile → Abril). Serían 40 días de desorden social, donde casi todo exceso estaba permitido ( menos la violencia) y donde el orden se invertía: los esclavos mandaban a sus amos, las mujeres a los hombres y los niños daban órdenes tambíen a los adultos/as; si habías tenido sexo en el año con más mujeres, a partir del 14 de febrero, por 40 días, sería con hombres; si habías tenido sexo más con hombres en el año que finalizaba, te tocaban 40 días de sexo con mujeres. El mundo al revés…

La festividad iniciaba en el Puerto de Ostia, con un barco que llevaba al Sumo Sacerdote del dios Baco del mar a Roma, que sacaban del agua (era un barco con ruedas) y lo paseaban por todos los pueblos antes de llegar a la ciudad y después por todas las calles de Roma.

Desde el barco se repartía gratis a toda la gente queso, pan, vino y carnes rojas, difíciles de adquirir para la mayoría del pueblo romano, por medios propios, el resto del año.

BARCO en latín se dice “Carro del Mar”, o sea, “CARROS NAVALIS”. De ahí cada ciudad, grande y pequeña, hacía que su gobernante llegara en un “Carros Navalis” repartiendo comida, música y fiesta a su población el 14 de febrero, que empezaban los Carnavales y que nunca pudo erradicar la Iglesia, ni en los tiempos de sus más severas Inquisiciones (La definición de Carnaval como “La Carne Va” es ya cristiana del siglo XIII d.n.e.).

Eran festividades que en tiempos paganos anunciaban el fin del año desde el desorden (Caos) para que el año empezara el 1ero de Abrir con orden (Cosmos).

Como la vida se creó en un caos acuático, tenía que ser un barco con ruedas, para simbolizar que venía del agua, con una representación teatral la actualización de la creencia pagana de que la vida vino del agua y de ahí se extendió a la tierra.

Y enseñaban los paganos, además, que la vida sería siempre orden-desorden-orden-desorden… Caos-Cosmos-Caos-Cosmos…

Como las fiestas eran orgiásticas, se asociaban las carnes rojas que consumían en esta etapa del año, a su intensa actividad sexual, pensando que las carnes muertas les daban ganas de carnes vivas, como con un efecto afrodisiaco.

Va a ser la razón por la cual, cuando la Iglesia Cristianizó estas fiestas (la Cuaresma), prohibió la alegría, la música, el baile, por supuesto el sexo y… las Carnes Rojas (la Vigilia).

Para iniciar los 40 días de fin de año, los pueblos paganos (Grecia, Roma, Egipto, Babilonia, etc.) celebraban las “Lupercalias” (de Lobo, Lupo en latín; Lobito → Luperco, como se les decía a los jóvenes que pasaban de la infancia a la edad adulta). Según Teresa Rhode (Tiempo Sagrado, Ed. Planeta), el puber que eyaculó por primera vez ese año que acababa, tenía que demostrar su virilidad y nueva adultez, eyaculando en público, ante jueces, hombres viejos de cada Diócesis (Municipio en latín), quienes certificaban que el muchacho ya no era un niño (no olvidemos que todavía no se inventaba la adolescencia, sino hasta el siglo XIX d.n.e.).

Jóvenes de edades mayores y hombres casados se les pedía ese día eyacular en los surcos del campo y las riberas de los ríos, para tener fecundidad el siguiente año.

La Iglesia va a intentar quitar esta fiesta pagana con la celebración de la muerte de San Valentín de Roma, nacido en Terni, Italia, el 175 d.n.e. (siglo II d.n.e.). Médico, sacerdote casado y Obispo Católico que se va a oponer a los Carnavales Romanos, al sexo por placer, a los bailes sensuales y a la ebriedad del pueblo entero que se realizaba por 40 días.

Predicaba que el Año Nuevo se debía esperar con sobriedad, abstinencia y oración (No olvidemos que el Año Nuevo Católico lo celebraban el mismo día que los paganos: 1ero de Abril. Lo cambiaron al 1ero de Enero en el Concilio de Trento -1563, siglo XVI d.n.e.-).

Bajo la persecución que el Emperador Claudio II emprendió contra los Cristianos, fue sentenciado por predicar en público durante los Carnavales a Cristo Crucificado, el dolor y el sufrimiento, en vez de participar el los cultos paganos de placer y de disfrute. Se le acusó también de casar a soldados romanos (que se esperaba que fueran célibes los años que estuvieran en el ejército), entre otras infracciones a la ley romana.

La Iglesia toma la fecha para imponerla sobre la fiesta pagana, ensalsando el amor que le tenía Valentín a su esposa Julia que lo visitaba en la cárcel (el celibato obligatorio para los sacerdotes se impuso en 1078 d. n. e.).

Es decir, se convirtió la fiesta de una celebración al erotismo, a una que ensalsa el amor romántico donde la mujer es pasiva y el hombre activo, él tiene la iniciativa, ella debe saber esperar; que el amor de pareja todo lo perdona, que debe ser con una sola persona y para toda la vida; donde los celos son muestra de amor y no de posesión del cuerpo del/a otro/a… Entre otras características del amor romántico que se usa la fiesta de San Valentín para imponerlo mediante la publicidad y comercialización…

Es por esa razón que yo no le deseo a nadie un “Feliz Valentín”. Sus valores no son los míos y pues tampoco se los deseo a quien yo amo.

La fiesta fue borrada del calendario católico en tiempos del Concilio Vaticano II (1969 d.n.e.) porque no habían podido cristianizarla bien y la gente seguía teniendo celebraciones paganas ese día, hasta la fecha.

Para suavizar el motivo original (el erótico), la publicidad le añadió en el siglo XX el motivo de la amistad. Lo de la “Amistad”, pues, habrá que esperar al capitalismo para que se impusiera un significado de la fiesta lejos del erotismo… y para que se compren más regalos.

¡¡¡Por eso propongo que ahora sea el Día de hacer el Amor con la Amistad!!!

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