Por Bayardo Quinto Núñez
Aplicando algo de exégesis. Cuando se hace cultura de las artes, cualesquiera que estas sean, fluye como un notable sentimiento parido desde las entrañas del alma humana, por eso todo esta permitido en la vivificación de la cultura de las artes. Ahí está la verdad por excelencia.
Existen criterios de criterios. En todo caso y mí opinión, hay que dejar que el letrista en su letrística escriba como lo siente, y si por antonomasia la pluma se desplaza y el papel lo permite. No hay que cambiar el sentido a las obras: -pohemas, narrativas, teatro, música, etcéteras-, porque se podría deformar el sentido escrito, o creado en las artes, además es de nunca acabar.
Sólo basta que, se entienda lo que se escribe, usando la fluidez del pensamiento, ideas, realidades combinadas. Algunos podrían decir, que hay que respetar la gramática, claro que sí, la misma pretensión escrita lleva gramática. Por ejemplo, ser corrector de pruebas no significa desmontar la obra a gusto del corrector de prueba, significa colaborar no destruir la obra,-lo escrito ó lo inventado artísticamente-, de tal suerte, el gusto es del artista, como escritor, no ajeno.
Nos ilustra Thomas Mann, en su obra Doktor Fausto, así: “Le hago a usted el cumplido de decirle que lo que usted es lo es por providencial designio. Séalo usted con humildad, amigo, sin retos ni alardes, y no olvide que la complacencia para consigo mismo significa decadencia e ingratitud para el dispensador de todos los bienes”. (Pág. 130 Editorial Nueva Nicaragua, 1982) Claro está que, el malediciente ó mal pensado con su putriñez crítica, eso es un trancazo en el camino hermoso para el bien de la cultura, porque arrebata una (s) expresiones para éste, pero para otros no, por la diversidad de ideas y pensamientos, ya que no todos pensamos iguales, ni vestimos el mismo uniforme, cada cual tiene su propio estilo, forma, manera técnica.
Por ahí anda el asunto. Ahí les dejo ese mínimo o re mínimo o más mínimo aporte a mis colegas escritores, pintores músicos entre otros. Posdata: Voy a contarles algo interesante que a mi me puso como se dice los pelos de punto. 1. Un día que me encontraba en una exposición de pinturas en Costa Rica, un pintor determinada, no mencionó su nombre por ética, le comentaba a otro: Ve mejor le hubieses hecho esto aquí en tu pintura y puesto este color. El pintor le inquirió: mejor haga usted la obra y así quedarías satisfecho. Esa es mí obra, hace vos la tuya. 2. En otra ocasión me encontraba en Alemania RDA, en una presentación de una obra literaria. Vino un crítico pretendió ridiculizar un detalle de la obra, entonces un salvadoreño le respondió, póngale usted el acento con su lápiz y quítale el artículo la.
Estas dos inmensas lecciones, y muchas más que seguro existen, por supuesto, están bien marcadas para todos aquellos que, sólo pretenden criticar, y no producen nada, y, lo que tratan es de ser detractores de la cultura de las artes, en todas sus modalidades. Decía Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Todos deberías de entender, que hay que, dejar correr la cultura como el agua de los ríos, mares, océanos, porque sólo y solamente así, se podría avanzar, pero obstaculizando nunca, haríamos en franco retroceso. Hay que dejar hacer ya que muchos no lo hacen, esos son detractores culturalmente hablando. Inclusive, la cultura no está en competencia se le respeta, y no hace daño ilustra instruye, educa, y etcéteras de bien…!!!
Créditos del autor de este tema Bayardo Quinto Núñez abogado y notario público, escritor, pintor y músico.
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