Educación del siglo xxi, un cambio en el rol de alumno y profesor

Universitat Oberta de Catalunya

Del rol pasivo del estudiante a implicarlo en su propio proceso de aprendizaje

De acuerdo con estudios académicos, los niveles de abandono universitario van del 40 al 70 % en América Latina, una cifra que sin duda va en aumento con la pandemia. Y, aunque las instituciones han desarrollado diferentes estrategias y herramientas para contrarrestar la deserción a través de la tecnología, quedando en evidencia además los beneficios que brinda en la enseñanza, el nuevo panorama educativo ha expuesto la necesidad de un cambio actitudinal en el plano pedagógico, humano y relacional de docentes y alumnos. “No podemos enfrentar los cambios que ha tenido la educación con los roles que solíamos tener tradicionalmente; es importante reflexionar sobre nuestro rol como profesores, sobre cómo estamos formando a los estudiantes, cómo nos relacionamos con ellos, cómo los evaluamos”, explica Teresa Guasch, directora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Las competencias de los docentes han cambiado: en la educación del siglo xxi, ya no bastan el conocimiento y la experiencia en la educación, pues se hace necesario realizar además un acompañamiento al estudiante desde lo emocional, más relacional, pues con la pandemia, la vida cotidiana y personal de profesores y alumnos se ha volcado a estar en un mismo espacio, “enfrentándonos a distintas situaciones contextuales y emocionales, familiares, de conectividad, etcétera, algunas más complicadas que otras, que nos hicieron evidenciar que nuestra vida cotidiana estaba presente en todos los momentos de nuestra jornada laboral, y no podíamos separarla como tal vez lo hacíamos antes”, señala Teresa Guasch; situaciones que han obligado a los docentes a tener una mirada más crítica y flexible en la enseñanza que a su vez brinde el apoyo emocional a los alumnos.

Nuevos paradigmas en el rol del estudiante

En los últimos meses, la manera en la que veíamos a los docentes ha cambiado, llevándolo a adaptar la manera de enseñar a las nuevas exigencias y el entorno. Sin embargo, para una adecuada evolución, se requiere alfabetizar a estudiantes y docentes, “para que entiendan, desde su rol, qué quiere decir acompañar a los estudiantes, cómo hacerlo, a través de qué herramientas y cómo implicar a los estudiantes en su aprendizaje”, explica la directora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, pues así podrán basar la enseñanza en desarrollar habilidades y competencias en los alumnos que les permitan desenvolverse en los diferentes contextos.

“Los docentes ya no pueden ser los únicos protagonistas, el protagonismo lo debe tener el alumno desde sus propios procesos de aprendizaje, una mayor autogestión, en donde él sea consciente de cómo va progresando y qué necesita”, agrega.

Guiar al estudiante en la autonomía de su proceso de aprendizaje no quiere decir dejarlo solo, y tampoco se trata de estar presentes únicamente durante el retorno pedagógico o feedback, sino planificar con antelación los espacios para que se dé un diálogo constante entre docente y alumno, entre los mismos estudiantes, y entre el alumno consigo mismo sobre su proceso.

El análisis lo realiza la directora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Teresa Guasch, durante el conversatorio “Capacitación docente pospandemia” junto a especialistas del Tecnológico de Monterrey y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

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