#INVESTIGACIÓN Regreso a clases debe ser prioridad en localidades aisladas

Staff/Rossi

El objetivo de este trabajo es aportar información para apoyar el retorno a actividades en el contexto del COVID-19 en México

El Centro Transdisciplinar Universitario de Sustentabilidad (CENTRUS), de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, desarrolló modelos de agrupamiento espacial para identificar cuáles son las escuelas que podrían regresar a clases presenciales cuidando todos los protocolos de distanciamiento.

El Dr. Juan Manuel Núñez, investigador del CENTRUS, platicó que hicieron un análisis por localidad que permite identificar el número de niños en edad escolar, las características de las escuelas a las que tendrían que regresar, particularidades educativas de los hogares y de los entornos como acceso a internet; lo cual, podría ayudar a las autoridades estatales a definir las mejores condiciones para un regreso seguro a clases.

Esta investigación, denominada Construcción de modelos de agrupamiento espacial para el apoyo a la toma de decisiones sobre las políticas públicas de contención geográfica que puedan ser implementadas en México durante y después de la crisis de la pandemia, forma parte de la convocatoria #IBEROFRENTEALCOVID19 de la Dirección de Investigación y Posgrado.

Durante el estudio identificaron grupos con características muy particulares: localidades aisladas, localidades rezagadas, localidades con acceso limitado, localidades indígenas y grupo de localidades conectadas.

Para el Dr. Núñez, las localidades muy aisladas, a pesar de esta tercera ola de COVID, no muestran altas tasas de contagio. “Están tan alejadas que el acceso a las tecnologías y el nivel de escolaridad es bajo. Las viviendas no cuentan con algún aparato de tecnología, incluso, ni siquiera radio y televisión porque no hay señal. Son localidades que en un contexto de COVID no han sido trastocadas demasiado en su cotidianidad, pero en donde las condiciones para la educación son muy precarias, entonces se vuelven localidades primordiales en términos de por donde tendríamos que empezar a regresar a las escuelas. Estas localidades se encuentran en la Sierra Tarahumara, Nayarit, Durango, Chiapas y Guerrero”.

Entre el grupo de localidades más apremiantes para regresar a clases también están las rezagadas, aquellas que, antes de la pandemia, tenían una tasa de asistencia muy baja. En donde sólo el 35% de niñas y niños en edad de estudiar asisten a la escuela. “Aquí el problema es otro, no tiene que ver con que no tengan acceso a tecnologías de la información o la infraestructura escolar no sea adecuada, el problema es que los niños no estaban yendo a las escuelas y la estrategia podría ser distinta”.

El académico compartió que al evaluar la infraestructura escolar utilizaron un modelo para conocer las dimensiones de la infraestructura curricular y no curricular de las escuelas como el número de aulas, salas de maestros con acceso a internet, salones de usos múltiples y canchas. También, si tienen disponibilidad de sanitarios o de salones de suficientes tamaños, ventilación adecuada, energía eléctrica, el uso de clima, sobre todo para zonas donde las temperaturas son extremas.

“Esto permite tener un panorama sobre las escuelas que pueden albergar el regreso a clases cuidando todos los protocolos de distanciamiento, acceso a agua, ventilación adecuada, elementos que permitirán identificar de mejor manera cuáles localidades podrían cumplir con estas características”, explicó Núñez.

De acuerdo con el investigador, la construcción de modelos de agrupamiento espacial busca apoyar en la toma de decisiones sobre las políticas públicas de contención geográfica que puedan ser implementadas en México durante y después de la crisis por COVID-19.

Los investigadores construyeron un modelo de agrupamiento espacial que asocia localidades a partir de las características de infraestructura escolar, educativas de la población y del entorno con el propósito de identificar patrones de similitud que permitan diferenciar las estrategias de apertura y regreso progresivo a las aulas por parte de los alumnos de educación básica en todo el país.

De acuerdo con la investigación, el agrupamiento espacial permite encontrar similitudes entre las muchas dimensiones en un proceso multivariado, condensándolas en una representación más simple. Se analizaron 103,938 localidades correspondientes al 96.3% de las consignadas en el Censo 2020, con todas las variables propuestas.

Se seleccionaron variables que permitieran evaluar localidades que se sabe no tienen acceso a tecnología de la información, que no tienen cobertura 3G o 4G, o que el porcentaje de hogares a éstas son muy limitadas, así como aquellas en donde no tienen radio, televisión o internet, y no hay acceso a celular.

“Buena parte de lo que se hizo a la hora de mandar a las y los niños a casa fue poner el peso de la educación en los acompañantes de los menores en el hogar, en el acceso a las tecnologías de la información, asumiendo que esta transmisión de contenidos, a través de las televisión y radio, sería suficiente. Pero nosotros evaluamos si las condiciones estaban o no presentes, junto con otras características importantes como diferenciar la educación básica en términos de educación indígena o no, localidades aisladas y rezagadas, así como el promedio de escolaridad en cada una de las localidades”, dijo.

Para el especialista, esta información de carácter territorial permite tener un análisis de qué tan diverso es el universo de localidades que se debe atender para lograr un regreso a clases seguro para los niños, niñas y jóvenes del país.

De acuerdo con la investigación, los grupos identificados muestran un claro patrón espacial que divide al país en regiones, así como apreciar las similitudes y diferenciar las características de las variables incorporadas en el estudio. A partir de estos grupos, se concluye que la oferta educativa puesta en marcha por la autoridad educativa del país, no se corresponde con la diversidad de realidades sociales identificadas en este trabajo.

“La reapertura de escuelas indudablemente traerá beneficios a los estudiantes y a la sociedad, sin embrago, este proceso debe de acompañarse de una estrategia clara de apertura de centros escolares con lineamientos de acción en cada una de las regiones de desarrollo del país y de las entidades. La presentación de resultados por entidad federativa permite acercar los resultados a las autoridades encargadas de diseñar estrategia para el regreso seguro a clases de los niños niñas y jóvenes para el ciclo escolar 2021-2022”, señala la investigación.

Da clic para consultar la investigación completa del Centrus

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