Héctor A. Gil Müller
Konrad Adenauer fue un político alemán considerado como uno de los padres fundadores de la Unión Europea, llevó al país desde las ruinas de la Segunda Guerra Mundial a ser nuevamente un país productivo. De mente clara y pluma ágil escribió: “En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno”.
Estamos inmersos en campañas políticas, las más grandes que ha vivido México. En Ciudad Juárez Chihuahua, una gran ciudad del norte de México, colindante con El Paso Texas, el candidato a Diputado Federal Carlos Mayorga logró su cometido al ser un tópico viral e iniciar su campaña desde un ataúd.
La estampa no es ligera, hombres ataviados con trajes de protección biológica cargaban un féretro reluciente de una carroza fúnebre, desde su interior salía la voz del candidato criticando la actual situación. El cortejo simulado llega al estrado, el público ve absorto, parece que no sabe si aplaudir o criticar. Se abre el cajón y el candidato empieza su verdadero reto, salir del mismo. Ayudado por los hombres a levantarse, pues parece que el peso vivo es mayor que el peso muerto. Continua con su discurso. Usa frases para referirse a los muertos por la violencia, a los muertos por el COVID y cierra su discurso con una propuesta: “Si no cumplo que me entierren vivo”.
Aunque logró su fama, me parece absurdo que quien construya leyes pida su propia ejecución. El desconocimiento incluso de la función legislativa es evidente, pero tal parece que gritamos que eso no importa, queremos suplir el saber hacer por el querer hacer. Hay que tomar a las personas como son, no existen otras, exclamó en otra ocasión Adenauer y así el tono político.
Las campañas ya se han vestido de luto, no con esta ridícula representación, sino con la muerte de varios candidatos, la violencia ha arrebatado, hasta ahora, la vida de 16 candidatos. Un golpe fuerte por la pandemia de COVID que, así como pegó al mundo también lo hizo a México.
El Partido Encuentro Solidario, sede política del evento en comento, es la continuación del Partido Encuentro Social que perdió su registro en 2019, de inspiración derechista cuenta con un poco más de 300 mil afiliados. Regresó el 21 de febrero de 2020 logrando en septiembre su nueva constitución. Nueva sede, nuevo nombre, mismos dirigentes. Como un gran féretro del que salió el partido que ya había muerto. El candidato sabe de espectáculos, trabajó en televisión, el partido sabe también de los eventos que seducen, no tiene límite la ambición y a fin de ganar una pretensión podemos dañar mucho una situación. Estos episodios siguen demostrando lo que atrae y no lo que nos interesa, nos convence lo que nos conviene y sigue conviniendo ver al pasado y no al futuro. Viraliza que la gente olvida; parecen gritar los publicistas políticos, y tienen razón, hasta el virus SARS CoV2 hemos de olvidar.
La política de la razón se enturbia en la emoción, no se mueven objetivos sino sueños, no se tocan deficiencias sino dolores. Una generación complicada. En uno de sus mejores discursos el hábil político alemán pronunció: Vivimos bajo el mismo techo, pero ninguno tenemos el mismo horizonte.
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