Universitat Oberta de Catalunya
Varios estudios señalan que las relaciones positivas en el entorno laboral también fomentan la creatividad y la satisfacción de los empleados.
Cuando suena el despertador temprano en la mañana para trabajar, algunos lo desactivan con menos enfado porque saben que, en sus trabajos, les espera un puñado de amigos. Su jornada será un poco más agradable, pues trabajarán con gente con quien tienen sintonía. Un estudio de LinkedIn indica que el 46% de los empleados que tienen amigos en el trabajo se sienten más felices, una cifra que sube hasta el 57% en el caso de los trabajadores más jóvenes, entre 18 y 24 años. «Cuando hay relaciones más estrechas y positivas entre los trabajadores, también hay más tendencia a colaborar, los equipos son más eficaces y, en general, hay un sentimiento de confort y apoyo que contribuye a construir un buen clima de trabajo», indica Gina Aran, profesora colaboradora del máster de Dirección y Gestión de Recursos Humanos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Si con las personas que forman parte de nuestro entorno laboral nos une también una relación de amistad, esto redunda en beneficio de las tareas que realizamos y resulta positivo para la empresa, aunque, a veces, también se pueden producir algunas disfunciones.
«Las relaciones dentro del trabajo son importantes porque contribuyen a una mejor comprensión del puesto de trabajo y permiten compartir información relevante de la organización y de las personas»,explica por su parte, Mar Sabadell, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y experta en prevención de riesgos laborales.
Varios estudios han constatado las ventajas que comporta la amistad con los colegas en el trabajo; por ejemplo, ayuda a reducir y gestionar mejor las situaciones de estrés; el trabajador se siente escuchado, comprendido y ayudado por ese colega que es a la vez su amigo. Además, estas relaciones positivas también fomentan la creatividad y hacen que los empleados sean más productivos.
«En la medida en que los trabajadores, entre ellos, se proporcionan apoyo social en el puesto de trabajo, la experiencia de trabajo puede ser más gratificante, reduciendo la tensión psicológica y mejorando los niveles de bienestar de la persona», apunta Sabadell.
Además de apoyo emocional, esta experta también recalca que los trabajadores reciben apoyo informativo e instrumental de los compañeros con quienes tienen buena sintonía.
Menos rotación
La profesora de los Estudios de Economía y Empresa añade que si bien «el grado de sintonía con los compañeros no es constante», cuando hay un buen clima se mejora la consecución de las tareas y hay una rotación menor de personas en la empresa, que estabiliza y consolida el equipo de trabajo. Por el contrario, si dos amigos se pelean en un determinado momento, esto, de rebote, puede afectar negativamente al trabajo. En este sentido, Aran afirma que dos personas que están peleadas no pueden trabajar conjuntamente de manera eficiente. Cosas como dificultar el trabajo del compañero, no responderle los correos o no hablarle ponen en entredicho el trabajo en equipo.
«Más que ser amigos, interesa que los trabajadores se respeten, se comuniquen y colaboren, porque redunda en una mayor productividad», explica Aran. «El apoyo social tiene una influencia directa positiva sobre la salud y el bienestar y, a su vez, reduce o amortigua el estrés», añade Sabadell.
Grupos cerrados y exceso de confianza
Aunque a menudo los lazos de amistad redundan en beneficio del trabajo y de la empresa, a veces también se pueden producir algunos efectos negativos. «En algunos casos, se puede llegar a extremos en que las personas amigas se aíslan como grupo y forman un reino de pandillas, que resulta perjudicial para las relaciones y los procesos de trabajo», indica la profesora del máster de Dirección y Gestión de Recursos Humanos de la UOC. Por su parte, Sabadell afirma que también se pueden producir disfunciones como por ejemplo un «exceso de confianza», el hecho de entregar el trabajo tarde o peor acabado porque un amigo no se quejará.
Si las relaciones de amistad entre los compañeros son, en general, positivas; ¿qué pasa cuando el amigo es el jefe? ¿Es compatible tener un amigo que, al mismo tiempo, sea un superior en el trabajo? «Puede pasar que nos encontremos ante un conflicto de inter-roles, es decir, situaciones en las que nuestro comportamiento requiere actuar en roles incompatibles», explica Sabadell. Aran coincide en la dificultad de mantener una relación de amistad saludable con un superior: «Esta relación de amistad es complicada, tanto por la falta de objetividad en momentos concretos, como por el recelo de quienes no son amigos.
En caso de existir amistad entre el jefe y el empleado, es imprescindible que desde el primer momento ambos consensúen los roles de cada cual y queden claras sus atribuciones».