Las condiciones cambiaron, ya no es el 2018

Mundo Rural

Hipólito Contreras

Meses previos a la elección del 2018 no había duda de que México iría a la izquierda, que la derecha y el centro representada por el PAN y el PRI serían derrotados en las urnas, se decía que la corrupción representada por esos dos partidos ya no sería tolerada, y así fue, el tren llamado Morena y su emblemático líder, arrasó, ganó con una clara ventaja, no hubo necesidad de tribunales, el triunfo había sido rotundo.

Sin embargo, del 2018 al 2020, y ya muy próximo el 2021, las cosas cambiaron en México, ya no es lo mismo, las condiciones no son las mismas, ni siquiera la vida es la misma.

Lo que venía como una nueva fuerza política que vendría a modificar la forma de gobernar en México, parece que poco o nada cambió, los grandes problemas del país no sólo siguen igual, sino que se han complicado, hoy hay más violencia, más pobreza, más desempleo, más homicidios, más desapariciones de personas, más abandono del campo, etc.

Y por supuesto, la pandemia del COVID-19, vino a complicar más las cosas en México y el mundo, el gobierno de la llamada Cuarta Transformación no se esperaba esto, el golpe vino a mover todo, México se paralizó, se detuvo, todas las empresas pararon o

bajaron su nivel de trabajo, el gobierno paralizó las instituciones, se quedó con lo básico, las consecuencias vinieron y en ellas estamos, no hemos salido.

Superan los cien mil muertos y el millón de contagiados, no es cualquier cosa, esto desestabiliza cualquier gobierno.

En este escenario catastrófico se acerca la elección intermedia del 2021 en la que se elegirán 15 gobiernos estatales, se elegirán diputados federales y locales, además, se renovarán todos los gobiernos municipales del país. Se renovará casi todo el poder en México, lo único que no se elegirá es presidente de la república, de modo que es una importante elección.

La elección del 2021 será totalmente diferente a la del 2018, veamos un poco las diferencias.

La elección del 2018 fue dominada por una corriente política, la de Morena con su candidato presidencial que levantó vuelo en todo México, era el líder a seguir, eran multitudes las que lo apoyaban, las encuestas le favorecían en un alto porcentaje, su triunfo era inminente.

Hoy el nombre del candidato presidencial ya no estará en las boletas porque ya está gobernando, cuando fue candidato fortaleció a todas las fórmulas de candidatos de Morena, la gente ya no se fijaba quiénes eran los candidatos, bastaba el candidato presidencial por lo que votaban por todos en paquete, en bloque.

En el2018 había un descontento social contra el PRI y el PAN, la gente los asociaba y decía son lo mismo, son igual de corruptos, hay que cambiar, votaremos por otra fuerza política que venga a cambiar las cosas, y así lo hicieron.

En el 2018 había desempleo, digamos del tres o del cuatro por ciento, ya preocupante, pero hoy la cosa está peor, las empresas afectadas por la pandemia despidieron a muchos miles de trabajadores, otros miles quedaron subempleados, las cosas se complicaron.

En el 2018 había más apoyos al campo, el sector agropecuario arrojó buenos números, crecieron las agroexportaciones, México avanzaba en este sector. Hoy las condiciones ya no son las mismas, el gobierno hizo fuertes recortes al presupuesto, eliminó muchos fideicomisos, bajó el apoyo a la investigación.

En el 2018 había violencia, inseguridad, pero hoy se disparó ocasionado por los problemas que se viven, ahí están los datos oficiales sobre el crecimiento de la ola delictiva.

En el 2018 había una esperanza de que por fin las cosas cambiaran en México, de que un nuevo gobierno tomara las riendas para llevar a México a una serie de cambios y transformaciones que se tradujeran en un mayor bienestar para los mexicanos, parece que no fue así, por lo menos en estos dos años de gobierno, la felicidad está muy lejos de llegar a por lo menos 90 millones de mexicanos, y ni siquiera los que tienen todo son felices porque todos los días se cuidan de no ser molestados por los que no tienen o poco tienen.

En el 2018 había promesas de cambio, se decía por ejemplo que tan solo con que las empresas que evadían impuestos, pagaban muy poco, se les condonaba o se les devolvía, pagaran lo que les corresponde, alcanzaría para crear tantos miles de empleos o de mecanizar tanto de campo, que si se redujera a la mitad el sueldo de los altos funcionarios habría un ahorro de cientos de miles de millones de pesos, los que se aplicarían para combatir la pobreza en muchos millones de mexicanos, hoy nada de eso se ha visto, el único que se redujo el sueldo a la mitad es el Presidente de México, los demás no siguieron su ejemplo.

En Puebla el helicopterazo del 24 de diciembre del 2018 donde perdió la vida al exgobernadora Martha Erika Alonso, el exsenador Rafael Moreno Valle y tres personas más, dejó muchas dudas sobre si fue accidente o no, la versión oficial es que es que hubo una falla del aparato, una falta de mantenimiento, ya no se volvió a hablar del tema, fue archivado para la historia.

Este hecho, sin duda, tendrá implicaciones políticas en la elección del 2021, si fue o no accidente, dejó dudas, la respuesta o conclusión oficial no convenció a muchos.

En este escenario viene la elección del 2021, los ciudadanos ven que no es lo mismo prometer a cumplir, que una cosa son las campañas y otra cosa las acciones de gobierno, que el país no se transforma con promesas sino con acciones, con políticas inteligentes y decididas para mejorar las condiciones de todos, sobre todo de los más marginados.

En el 2021 a los ciudadanos de Puebla y del país les toca la difícil decisión de seguir apoyando a los triunfadores del 2018, o dar marcha atrás para volver a empezar, no es fácil la decisión, pero la tienen que tomar, los pueblos pueden equivocarse al elegir gobernantes, pero pueden rectificar, o bien pueden no equivocarse y sólo ratificar.

Por supuesto falta ver quiénes serán los candidatos de Morena, del PRI y el PAN, cada uno con sus partidos satélite, pero aunque Morena presente a sus mejores cuadros ya no será una garantía de triunfo, ya no, la sociedad mexicana (pero sobre todo los grandes grupos de población) está lastimada por tantas cosas que han pasado y siguen pasando.

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