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Informe del Diario de Tecnología y Ciencia:
El control y la prevención de epidemias exigen esfuerzos coordinados; lo mismo se aplica a la investigación científica.
Cerca de la época del Festival de la Primavera de 2020, Ma Juncai, investigador del Instituto de Microbiología, de la Academia de Ciencias China (CAS), y Wei Qiang, del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (China CDC), se reunieron para pensar ideas sobre cómo desarrollar un sistema de apoyo para investigaciones relacionadas con la COVID-19 aprovechando las fortalezas de ambas partes.
El Centro Nacional de Datos de Microbiología administrado por Ma puede servir como plataforma de información, mientras que el Centro Nacional de Recolección de Recursos Patógenos dirigido por Wei puede ofrecer cepas virales. Al comienzo del brote, los dos investigadores comenzaron a explorar maneras de hacer mejores aportes para la lucha contra el virus. Poco después de su reunión para pensar ideas del 24 de enero, se presentó el Sistema de Servicios de Recursos Tecnológicos y Científicos para el Nuevo Coronavirus.
Además de publicar información sobre cepas virales y datos científicos sobre el brote, el Sistema también ofrece otros recursos e informaciones tecnológicas y científicas para la prevención y el control de la enfermedad, tales como métodos para la detección del virus, genomas y bibliografía científica.
El Sistema es el epítome de la coordinación de servicios en relación con la investigación científica avanzada sobre la COVID-19.
La cooperación no se limita a la comunidad científica. Otros institutos, universidades y empresas también han trabajado en conjunto para crear nuevos fármacos y vacunas.
Li Hangwen, fundador y CEO de Stemirna Therapeutics, empresa de biotecnología, declaró: “Nos contactamos con China CDC el 16 de enero, con la esperanza de cooperar en el desarrollo de vacunas mRNA contra la COVID-19”.
Li recordó que unos días antes del Festival de Primavera, Tan Wenjie, investigador de China CDC, le envió los antígenos que se esperaban producir. Sobre la base del análisis profesional de las secuencias virales, los investigadores de China CDC creyeron que ciertas secuencias podrían generar respuestas inmunes.
Li declaró que el desarrollo de la vacuna tuvo un buen comienzo, gracias a las valiosas experiencias y técnicas de análisis de punta de China CDC. Después de haber recibido los antígenos, el personal de investigación y desarrollo de Stemirna Therapeutics comenzó a trabajar contrarreloj.
Para solucionar la falta de materias primas durante la celebración del Festival de Primavera, Li movilizó a todos los socios y proveedores de su empresa.
“Sabiendo que sus suministros serían usados para la investigación científica sobre la COVID-19, ofrecieron ayudar lo máximo posible para facilitar nuestro trabajo de desarrollo”, declaró Li.
Hay otros tipos innovadores de vacunas que también están en desarrollo mediante la colaboración entre instituciones de investigación, universidades y empresas. Por ejemplo, la Universidad de Xiamen y Changchun Bcht Biotechnology Co. están cooperando en el desarrollo de una vacuna en forma de gotas nasales; el Instituto de Microbiología del CAS y Chongqing Zhifei Biological Products Co. están trabajando en conjunto para desarrollar una vacuna de proteínas recombinantes; la Academia de Ciencias Médicas Militares está cooperando con CanSinoBIO en el desarrollo de una vacuna basada en el vector del adenovirus.
Después del brote del virus, la comunidad científica de China llevó adelante una cooperación estrecha y fructífera y compartió los avances más recientes con otros países a tiempo.
China compartió rápidamente la secuencia genética total del virus con el mundo, lo que le generó felicitaciones de la comunidad científica mundial. Los esfuerzos del país por compartir información y avances nunca cesaron.
El Ministerio de Ciencia y Tecnología de China, la Comisión Nacional de Salud y otros departamentos construyeron en conjunto la Plataforma de Comunicación de las Investigaciones Académicas relacionadas con la COVID-19, que se transformó en un canal importante para que el personal científico del mundo comunique sus últimos descubrimientos.
China compartió sus directivas para el control y la prevención de la COVID-19, así como los planes de diagnóstico y tratamiento, con más de 180 países y más de 10 organizaciones internacionales y regionales.
Muchas empresas e institutos de investigación de China están cooperando con sus contrapartes extranjeras en el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19.
China tradujo todas las políticas, manuales de gestión y directivas clínicas relacionadas con los hospitales provisorios a los idiomas de los países que están experimentando un rápido crecimiento de brotes de la COVID-19.
Mientras sigue la lucha contra el virus, los investigadores están trabajando denodadamente en laboratorios y hospitales para lograr avances científicos, que sin dudas tendrán un papel destacado en la superación de la pandemia.
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