El trabajo infantil abarata tu chocolate

National Geographic

El precio del delicioso cacao que llega hasta nuestros supermercados está directamente relacionado con las formas más extremas de trabajo infantil. Pero, ¿es posible cambiar esta situación?

“Casi uno de cada tres niños entre las edades de cinco y catorce años son económicamente activos en África”. Así lo afirma el reciente estudio de dos economistas estadounidenses que han analizado cuánto afecta esta situación al precio final del producto en los cultivos de cacao.

Y la respuesta a su pregunta es clara: el precio del chocolate requeriría una prima de hasta un 56,2% para eliminar por completo el trabajo infantil, lo que para la Organización Internacional del Trabajo significa trabajar menos de 14 horas semanales. Para eliminar tan sólo las formas de trabajo infantil consideradas “normales”, es decir, entre 14 y 42 horas semanales, la prima necesaria sería de un 11’8%, y de un 2’8% si únicamente se eliminasen aquellas formas de trabajo más extremas, es decir, que impliquen tareas peligrosas o más de 42 horas.

Publicado en la revista Plos One, el análisis realizado por Jeff Luckstead y Lawton L. Nalley pone de manifiesto que el trabajo infantil es un problema arraigado en la base de la economía y en el tejido cultural de diversas sociedades, pero a su vez estrechamente relacionado con un mercado globalizado.

Sin embargo, las cifras más altas en las tasas de trabajo infantil en África se encuentran relacionados con cultivos no comerciales en Uganda, Burundi, Malí, Burkina Faso, Níger, Kenia y Ruanda.

Según el informe, “menos del 3% de los niños trabajadores trabajan en una agricultura orientada a la exportación”, lo que “plantea una pregunta interesante: ¿los consumidores en países de altos ingresos quieren terminar con todo el trabajo infantil o solo el trabajo infantil que es una función de los productos que consumen?”.

Las dificultades de erradicar el trabajo infantil

El caso de la industria del cacao en África occidental es especialmente preocupante para los expertos, que indican que es un sector en el que el trabajo infantil se produce en masa y puede ser un indicador del nivel de pobreza. Su economía depende de la mano de obra con la que cuentan, en la que incluyen a los niños.

“La respuesta más común al trabajo infantil en los países de altos ingresos es simplemente legislar en contra de su uso”, afirman los autores del estudio. “Sin embargo, gran parte de la agricultura del África subsahariana es realizada por campesinos y es mucho más difícil de regular”.

A este hecho se suma, además, que a nivel cultural impartir las habilidades de cultivo de cacao a los más jóvenes es una antigua tradición, lo que “agrega dificultades adicionales para legislar contra el trabajo infantil”.

Chocolate etiquetado: “Cacao libre de trabajo infantil”

En 2001, Estados Unidos firmó el protocolo Harkin-Engle en los Estados Unidos para tratar de poner fin a las peores formas de trabajo infantil. Sin embargo, el informe declara que, “desde la firma del Protocolo Harkin-Engle, el número de niños que trabajan en la producción de cacao peligroso en África occidental ha aumentado parcialmente debido a la introducción de variedades de cacao de alto rendimiento y / o resistentes a las enfermedades que requieren más mano de obra para cosechar y procesar”.

El protocolo Harkin-Engle se planteó para lograr una reducción del 70% de las peores formas de trabajo infantil para 2020, para lo cual sería necesario que 1,5 millones de niños sean retirados del trabajo peligroso, tanto en Ghana como en Costa de Marfil.

Según afirman los autores, este hecho pone de manifiesto que “parece que los gobiernos y otras entidades públicas no pueden eliminar el trabajo infantil solo en los países productores de cacao y necesitan la asistencia de la industria privada”.

La solución, por tanto, “podría provenir de la improbable prohibición de comprar cacao de países que violan las leyes sobre trabajo infantil”, declaran, “o, algo más probable, etiquetar y pagar primas para aquellos países que están mitigando el trabajo infantil en la producción de cacao”.

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