José Erazo: La Historia de Un Padre que Abandonó a su Hijo antes que Renunciar al Sueño Americano

Marvin Bautista

Huixtla Chis; OCT 23 (interMEDIOS).- José Erazo, originario de San Pedro Sula, Honduras, forma parte de los más de 7 mil centroamericanos que conforma la Caravana de Migrantes que cruzan la Costa de Chiapas con la intención de llegar a los Estados Unidos.

José salió desde el pasado 13 de octubre de su país, acompañado de uno de sus menores hijos, Gustavo de 10 años de edad, ante la difícil situación económica y la falta de oportunidades laborales que se vive en Honduras.

Narró que por 8 meses buscó trabajo en diversas empresas y construcciones en San Pedro Sula, ya que es de oficio albañil, sin embargo nunca encontró la posibilidad de emplearse, por lo que habían días que no tenía nada que comer junto con su esposa y sus dos hijos, el mayor de 10 años y el menor de 3 años.

Dijo que cuando escuchó que un grupo de sus connacionales se agrupaban para salir de su país con el objetivo de llegar a los Estados Unidos, no lo pensó dos veces, por lo que comunicó su decisión a su familia, sin embargo la postura de su esposa fue de que esperara, que era muy riesgoso, ya que la ruta la tendrían que hacer a pie.

Tras convencer a su esposa, José alistó su mochila, en la que solo pudo caber una un pantalón, una camisa y un par de sandalias, sin embargó su hijo mayor, Gustavo de 10 años decidió emprender el viaje junto con él, aunque su familia no estuvo de acuerdo, salieron de su comunidad, donde radicó por 30 años.

Sin ninguna moneda en la bolsa, pero si con una mochila llena de ilusiones y con la esperanza de brindar una mejor oportunidad de vida para su familia, emprendió el viaje junto con su menor hijo y los más de 7 mil connacionales que partieron a pie, con un solo sueño, llegar a los Estados Unidos.

Tras caminar por más de 4 días y pedir “raid” o un “aventón” junto con la caravana de migrantes se internaron en territorio guatemalteco, sin embargo por las inclemencias del tiempo, el no contar con alimentos y lo difícil de hacer la travesía a pie, las fuerzas en su menor hijo se perdieron, por lo que José afirmó que estuvo en un dilema; regresar a casa con su hijo y abandonar sus sueños o seguir su viaje sin su hijo.

“No fue fácil para mí, pero decidí que mi hijo se regresara a casa, pedí un aventón para él en un bus, solo le dije al chofer que lo bajará en la frontera y que me ayudara a subirlo a otro camión que lo llevaría a la casa” narró con lágrimas en sus ojos.

Luego de más de 10 días y tras caminar más de mil 100 kilómetros, José detalló que no sabe si su hijo llegó a casa, ya que no tiene la forma como comunicarse con su esposa, sin embargo todos los días le pide perdón a Dios por haber tomado, la peor decisión de su vida

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