Por: Jesús Alfredo Rojas Camacho
A partir de hoy, un servidor s suma a las colaboraciones en “Desde Puebla”, donde abordaremos el tema de TURISMO, con una óptica objetiva, clara, tanto de los temas locales como nacionales, e incluso internacionales.
Mi pasión y amor por este tema, se lo debo gracias a mis Padres que me acercaron al arte, la cultura y al turismo, y particularmente es este último, a mi PAPÁ, un Hombre Emprendedor y Apasionado de Puebla, de su tierra, quien fuera el precursor de los recorridos turísticos teniendo como punto de partida el zócalo de Puebla, a distintos destinos, hace ya más de 30 años por medio de la Empresa que Fundó: “Promotora Turística, Cultural y de Servicios TEOCALLI”.
Agradezco la confianza y el espacio a Roberto Desachy (a quien conozco desde hace 28 años), para que por medio de este espacio, pueda aportar dentro de mi Experiencia y Conocimiento sobre uno de los temas que más me apasionan, espero lo disfruten.
Hoy, sin duda uno de los elementos que apuntalan la economía de nuestro país, es el Turismo, un sector que si bien en años pasados se vio muy azotado por el tema de la pandemia, pero incluso, llegando a sus niveles más bajos, se mantuvo y no desapareció.
El turismo que es considerado como la “Industria Sin Chimeneas”, debido a que es un sector que genera toda una derrama económica en los países y que se permea en distintos sectores de la sociedad, es precisamente un elemento que no contamina, a diferencia de otras industrias.
México es sin duda un país con grandes riquezas, y no sólo por sus playas, que son uno de los “imanes” que más atrae a los turismo internacional, sino por la riqueza histórica y cultural que se posee, y que da origen a la segmentación del mercado, ya que el turismo culto”, no siempre se va a los destinos de sol, sino lo que busca, es precisamente el enriquecerse visitando ciudades municipios que guardan esa riqueza, que es defendida por sus pobladores de generación en generación.
Un ejemplo lo tenemos con el programa de “Pueblos Mágicos”, que se creó en 2001 como una estrategia para generar corrientes turísticas a estos sitios, los cuales, protegen y salvaguardan su riqueza cultural, como lo mencionamos anteriormente.
Dicho programa consiste en que las poblaciones aun después de haber sido integradas a grandes zonas urbanas, siguen preservando sus tradiciones, su riqueza cultural, protegiendo así su patrimonio.
El primer Pueblo Mágico en ser designado en nuestro país, fue “Huasca de Ocampo” en el Estado de Hidalgo, dando paso a otros destinos, que poco a poco se fueron sumando a este largo listado que actualmente aglutina a 132 destinos bajo este distintivo, y de los cuales, Puebla posee 10 que son: Cuetzalan (incluido en 2002), Zacatlán (2011), en 2012 se integraron Pahuatlán, Chignahuapan, Cholula (de forma conjunta los Municipios de San Andrés y San Pedro) Tlatlauquitepec y Xicotepec, siendo los más recientes Atlixco y Huauchinango en 2015.
Sin duda ha sido un gran labor, y un gran esfuerzo particularmente de esas entidades, pero sobre todo de sus habitantes, pero tristemente, desde 2019, se retiró el apoyo del Gobierno Federal para este programa, sin embargo, los Estados y los Municipios han seguido trabajando a favor de sus “Pueblos Mágicos”, y Puebla No es la Excepción.
Hay diversos programas que ha lanzado la Secretaría de Turismo para impulsar esta industria, siendo otro de ellos el de “Pueblos con Encanto” que arrancó en 2014, y que trata de los Municipios que han logrado proteger su riqueza histórica, cultural y tradicional, tiene como objetivo que esta industria sea un motor para su desarrollo económico.
Recientemente se anunció por el Gobierno Federal actual, en voz de su Secretario de Turismo Miguel Torruco, un nuevo Programa “Reinos de México”, por medio del cual, se pretende ampliar y revitalizar la oferta turística, buscando que tanto el sector privado como las autoridades trabajen de forma conjunta.
A fines de mayo fue la comunidad de Val’Quirico (ubicada en Tlaxcala), la primera en recibir este distintivo, gracias a que su arquitectura y su naturaleza se funden en un mismo espacio, el cual, se calcula que tiene una derrama económica superior a los 80 millones de pesos mensuales, además de generar 3 mil 500 empleos directos y 7 mil 900 empleos indirectos en la región.
Pero aquí, lo importante no es crear nuevos programas, sino darle seguimiento, apuntalar e invertir en los programas ya existentes, y no dejarlos a la deriva, y más aún, si ya han sido comprobados los resultados, tanto en afluencia como en derrama económica.
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