Megaplanta

Héctor A. Gil Müller

En días recientes, y tras muchas intervenciones y discursos de por medio. Se anunció la construcción de la planta de autos eléctricos más grande del mundo. La empresa TESLA, propiedad del magnate Elon Musk, se instalará en Nuevo León según afirmó López Obrador en su habitual mañanera. Tras las protestas que él mismo presidente había iniciado al comentar que impediría la instalación de la megaplanta en el norte por el consumo de agua que significa y ante la crisis por escasez del vital líquido que lo Regiomontanos padecieron hace algunos meses. Todo bastó con algunos compromisos, que nadie conoce. El capital no tiene patria y las decisiones no son políticas, son económicas. Suponer que la empresa se mueve por política es un error, la empresa hace política, pero se mueve por otros valores. La ubicación, la mano de obra, la cadena de suministro y el potencial logístico se combinaron para definir la ubicación. Estoy convencido que cualquier negociación se dio para incrementar los beneficios y no para establecerlos. 

Las empresas, independiente de sus motivaciones y ganancias, no pueden mantenerse ajenas a un entorno como el actual, en que la comunicación ha cambiado por la conexión. Hoy las empresas necesitan ciertos permisos sociales que les haga sentirse bien recibidas. Una empresa que se inserta en el ecosistema de una sociedad es una empresa con un arraigo tal que incluso se le defiende. El concepto de licenciamiento social surge como un objetivo de estas entidades económicas, no solo estar en donde necesitamos, sino también donde nos quieren. Las protestas que han enfrentado compañías cerveceras, mineras y otros sectores ampliamente criticados son evidencia de tal fenómeno. 

Tesla invertirá 5 mil millones de dólares, una cifra grande respecto a los últimos años de inversión extranjera, quizá 2023 sea uno de los mejores años sin duda, pero aún no se advierte si superará al 2013 cuando la inversión extranjera directa fue la mal alta de la historia del indicador, con más de 40 mil millones de dólares de inversión directa, cifra que incluye la compra, en aquel entonces, de grupo modelo por más de 14 mil millones de dólares. 

Por cierto, que contrastante que mientras el gobierno destina como mayor inversión pública una refinería que produzca gasolina, el sector privado como mayor inversión una planta de autos totalmente eléctricos. En el horizonte se advierte un nuevo memo (Mexican Moment), México puede posicionarse como uno de los principales productores de autos eléctricos y su cadena de proveeduría a nivel mundial. Para ello necesitamos romper varios paradigmas y continuar un crecimiento sostenible. Porque el gran riesgo de lo renovable, es ser más sencillo de cambiar. Así como la energía puede ser más limpia en su extracción, así también las llegadas, y también las salidas de capitales, la renovación del personal y los cambios estratégicos son más sencillos, ágiles y también permitidos. 

No estamos ante un nuevo futuro, estamos ante un nuevo momento, una oportunidad que si solo se le invierte pasión será muy intensa pero poco profunda. Si multidisciplinariamente el país, el norte o la región se prepara para tal efecto podemos estar ante una sucesión de momentos y eso si es futuro. Para entender el futuro necesitamos preguntamos qué ha funcionado y por qué. “El futuro no es indescriptible, es desconcertante” escribió Nassim Taleb.

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