Staff/Rossi
La brecha de género en el mercado laboral mexicano es una fuerte limitante del desarrollo de nuestro país. De acuerdo con el IMCO, la tasa de participación laboral de los hombres es 1.7 veces mayor que la de las mujeres, lo que sitúa a México en el lugar 38 de 43 en materia de inclusión de mujeres al mercado laboral según el Índice de Competitividad Internacional.
Al hablar de trabajos en el área STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) la situación tampoco es alentadora. Un estudio realizado por el Observatorio Laboral en 2021 indica que el porcentaje de empleos en ingenierías ocupados por mujeres en México es únicamente del 19.7%. Sin embargo, el sector tecnológico -que sigue creciendo a niveles nunca antes vistos- es uno de los que ha levantado la mano para liderar el cambio en esta brecha:
“El mercado tech ha sumado esfuerzos para atraer y retener a las mujeres. Varias investigaciones han demostrado que los equipos diversos se desempeñan mejor y son más innovadores, además de que el liderazgo diverso produce mejores resultados”, mencionan expertas de Ironhack, organización internacional de formación tecnológica.
Las especialistas destacan el papel que está teniendo la mujer en el crecimiento del sector tecnológico gracias a tres principales cambios que tomarán más fuerza para los próximos años. Aquí los repasamos:
Aspiración a estudiar tecnología
En México, 38% de las mujeres estudian carreras STEM, pero en edades tempranas apenas 9% de las jóvenes (contra 28% de jóvenes varones) manifiesta interés en este tipo de disciplinas. Para Brisa Araujo, consultora de Inteligencia Artificial en Google, este contexto está cerca de cambiar gracias a la conciencia que se está generando en las empresas y en la comunidad educativa:
“Tradicionalmente no se ven muchas mujeres dedicadas a carreras de tecnología y eso resulta en que haya pocas mujeres en el mercado laboral. Hoy en día hay más conciencia de las empresas sobre cómo nivelarlo y también más oportunidades tanto de formación como en los mismos equipos de trabajo”, refiere.
Brisa Araujo es justamente un caso de éxito de una mujer que no habría imaginado dedicarse a la tecnología. Es originaria de Brasil, donde estudió su carrera en Historia y una maestría en Estudios Latinoamericanos. Al casarse se mudó a México, donde no pudo encontrar oportunidades laborales alineadas a su profesión y decidió emprender una startup de inteligencia para negocios.
Tres años después se separó de la empresa para tomar un bootcamp de Análisis de Datos a través de Ironhack. A partir de ese momento, su vida cambió: “Incrementé mis ingresos más del 40%. Me desempeñé en PepsiCo como científico de datos en la función de aprendiz y luego en Bayer de México como gerente de datos y analítica avanzada. Ahora trabajo en Google. Fue un cambio increíble”, comenta.
Más emprendimiento femenino
Pese a que actualmente el 77% de las empresas de tecnología son fundadas por hombres, un estudio de Endeavor descubrió que la proporción de emprendedores que lograron escalar su empresa a 50 o más empleados es muy similar tanto para hombres como para mujeres. De ahí que el emprendimiento femenino en la industria tecnológica cuenta con un alto potencial:
“Es impresionante cómo en el ámbito de tecnología no importa si tienes un título. Son las habilidades que tienes lo que pesa. En este sector nunca me han preguntado mi edad o un papel que avale mis estudios. Formarse en alguna disciplina tecnológica es una inversión que rápidamente recuperas”, señala Mariana López, Software Engineer de Konfío: una de las primeras empresas unicornio mexicanas.
Pese a que Mariana siempre había sido una apasionada por crear cosas, difícilmente habría pensado que el software sería su principal fuente de creación. Sin embargo, luego de estudiar Ingeniería Biomédica, la profesionista no se encantó del todo por su carrera, por lo que al egresar se decantó por una nueva actividad: la programación.
Estudiar esta disciplina en Ironhack, no sólo le abrió las puertas en una de las empresas de tecnología con mayor proyección en Latinoamérica, sino también le dio la oportunidad de emprender su propio negocio: “Definitivamente estudiar en Ironhack me cambió por completo. Es muy interesante que en medio de la diversidad tenemos muchas cosas en común, entre ellas el gusto por la tecnología”, menciona.
Menos estereotipos en los trabajos tech
Para Mariana López, la participación de la mujer en el sector tecnológico permitirá romper con diferentes estereotipos respecto a cómo es trabajar en esta industria. La ingeniera considera que, más allá de ser percibida como una actividad compleja, trabajar en tecnología debería transmitir la capacidad de diseñar un estilo de vida con muchos beneficios:
“Hay que quitarnos el estigma de que un programador siempre está en un sótano comiendo papitas. Un programador también puede estar viajando por el mundo mientras trabaja. Es uno de los motivos por los que estudié programación, pues además de darme tantas libertades es muy bien pagado”, añade.
Brisa Araujo comparte la postura de Mariana, resaltando que la industria tech ha abierto la oportunidad a las mujeres de dedicarse a profesiones distintas a lo tradicional: “Como mujeres luchamos contra temas que desde pequeñas nos han enseñado, como que la tecnología no es para mujeres y debemos dedicarse a otra cosa. Es desde ahí donde tenemos la oportunidad de romper esa brecha”, concluye.
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