Maricela Allende

Cuenta la leyenda que, durante su peregrinación para encontrar la tierra prometida, el pueblo azteca se encontró con un águila devorando a una serpiente en una isla situada sobre el lago de Texcoco. Esa sería la señal que estaban esperando durante cientos de años para fundar la capital de su imperio, Tenochtitlan, la actual Ciudad de México.

Además de esta imagen convertida en escudo nacional, la bandera de México se compone de tres franjas verticales de idénticas proporciones: verde, el color de la esperanza; el blanco, de la unidad, y el rojo, que representa la sangre de los próceres nacionales.

Convertida en un símbolo de orgullo nacional, México celebra el 24 de febrero el Día de la Bandera. Una festividad muy señalada en el país por la que se llegó a batir un récord Guinness en 2011, cuando ondearon la bandera más grande jamás tejida en el continente americano, con 60 metros de largo y 34 metros de ancho, colocada en un mástil de 120 metros de altura que soportaba un peso de 300 kilos.

Al igual que la ruleta se organiza en dos colores diferentes, donde los pares son de color negro y los impares de color rojo, mientras que a los números de dos dígitos les corresponde el color de la suma de sus cifras (por ejemplo, 12 = 1+2 = 3; impar por lo que 12 es rojo), los principales equipos de fútbol de la liga mexicana también optaron por los colores más característicos de México. Es por esta razón que el verde, el blanco y el rojo son los colores más utilizados por los 18 equipos de fútbol de componen la liga mexicana, aunque también abundan otras tonalidades, como el azul, el amarillo, y en menor medida, el negro.

Desde sus orígenes, estos arreglos estéticos poseen un claro propósito en ambos juegos: poder tomar decisiones de forma rápida en un breve espacio de tiempo. Para evitar equivocaciones, la ruleta introdujo los colores en el siglo XV para que el público pudiera distinguir mejor las distintas fracciones de la rueda. Este juego anterior a la ruleta no constaba de una bola que marcase el número, sino de un perno que designaba dónde se detenía La Girella, como se conocía a este utensilio de ocio.

El fútbol, por su parte, registró su primer partido con un reglamento y una equipación oficial en 1863, cuando los equipos ingleses Barnes Football Club y Richmond Football Club se enfrentaron en Londres con camisetas de rayas azules y blancas, y amarillas y negras. Diez años más tarde, el 30 de noviembre de 1872, se celebraría el primer partido de fútbol internacional entre las selecciones de Escocia e Inglaterra, en lo que fue la simiente de los campeonatos mundiales que se disputan en la actualidad.

Desde que se fundó la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) en 1922, la Liga nacional ha atravesado por distintas etapas hasta convertirse en la tercera liga más importante del continente por detrás de la argentina y la brasileña. Entre los equipos más poderosos de la liga mexicana, sin embargo, es difícil encontrar el característico color verde tan asociado a la bandera nacional. Esto es debido que la mayoría de los clubes más antiguos y legendarios se inspiraron en equipos del fútbol europeo ya existentes, como el Deportivo Guadalajara, que viste camiseta roja y blanco, similar al Brujas de Bélgica; los Pumas de la UNAM, cuyo característico uniforme azul y oro se inspiró en el equipo Fighting Irish de la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos; o los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara, con una camiseta roja, amarilla y negra muy parecida a la bandera de la selección alemana.

Los equipos de fútbol que sí visten algunos de los colores de la bandera mexicana son numerosos; el verde es empleado en las camisetas del Santos, León y el Chiapas, mientras que el rojo aparece en la equipación del Tijuana (rojo, negro y blanco), Atlas (rojo y negro), Toluca (rojo y blanco), Veracruz (rojo y azul), Morelia (rojo y amarillo), y los antes mencionados Leones UdG (rojo, amarillo y negro).