Hipólito Contreras
La iglesia parroquial de San Pedro, joya del barroco, ícono de la arquitectura colonial y construida entre el siglo XVI y XVII, ha sido remodelada, data de los años 1578 y 1680, se trata de la Iglesia dedicada al culto del santo patrono del pueblo, San Pedro Apóstol, desde lejos se aprecia a simple vista la enorme influencia prehispánica que predomina en su frontispicio, con múltiples elementos como la figura del tecuani.
En los detalles del templo se encuentran gran cantidad de vírgulas y el ícono de flor, entre otros símbolos precolombinos, de igual manera las imágenes de los ángeles y personajes antropomorfos que presentan rasgos somáticos netamente indígenas. Lo que lleva a pensar que fueron los artistas autóctonos quienes llevaron a cabo tan original obra, además de que contaron con la relativa libertad para plasmar su imagen, sentir y formación cultural.
En lo que respecta a los antecedentes de esta parroquia, poco se sabe, de acuerdo con los archivos de la región Mixteca que obran en los expedientes del presbítero historiador y Premio Nacional de Periodismo, Senén Mexic, cronista que fue sacerdote de la orden Carmelita, en 1775 ya contaba con auto de elevación, así como su archivo parroquial, dicho asentamiento se encuentra ubicado junto a la orilla del río Mixteco.
El pueblo de Tecomatlán fue cuna del reverendo padre Manuel Orta y Rebollar, quien murió en Mariscala, Oaxaca. Durante la administración de la parroquia del padre Pedro Andón y Ávila, oriundo del vecino pueblo de Piaxtla, funcionaron los entonces famosos Colegios Católicos, distribuidos de la siguiente manera: dos en Tecomatlán, dos en Progreso, tres en Ilamacingo, uno en Yetla, dos en Olomatlan, y uno en Peña Colorada.
La iglesia de Tecomatlán se transformó en catedral, templo de los más importantes de la Mixteca Poblana por el trabajo arquitectónico que tiene, en el que se rescatan importantísimos detalles de pinturas y acabados antiguos tanto del exterior como de su interior.
La iglesia estaba hasta hace algunos años al interior y exterior en muy malas condiciones, pero hoy podemos apreciar todos los acabados y baños de oro de su remodelación total. Digno de ser un santuario como patrimonio cultural, Intangible e Inmaterial de la humanidad.
Hoy admiramos la belleza de esta gran obra en todo su esplendor. La iglesia pertenece al Barroco Mexicano entre los siglos XVI y XVII, y está construida de tal manera que de oriente a poniente representa una cruz.