Puebla no debe paralizar su economía

Mundo Rural

Hipólito Contreras

La pandemia afecta por dos frentes, la salud y la economía, la gente se enferma y muere cuando no es atendida adecuadamente, pero al mismo tiempo se daña la economía al reducirse su actividad en muchos sectores.

Según reporte recientes en el país han muerto ya más de 150 mil personas por esta extraña enfermedad y están contagiados más de un millón 700 mil mexicanos, en Puebla suman más de 7 mil los fallecimientos.

Si bien 150 mil fallecidos es una cantidad importante, para la población global del país apenas representa la décima parte del uno por ciento. Por supuesto, una sola muerte es lamentable, lo deseable es que no muera nadie, pero no podemos comparar con pandemias mucho más mortales de hace siglos que mataban a millones porque no había los medicamentos que hoy se tienen.

Es cierto, hay mucha preocupación porque la pandemia se recrudece y muestra un repunte en las fiestas decembrinas en las que la gente celebró, se reunió, y provocó más contagios, lo que se espera es que en adelante se de una tendencia a la baja si la gente respeta las medidas que recomiendan las autoridades.

El inicio de la aplicación de las vacunas representa una esperanza de que los contagios vayan bajando y los fallecimientos también, las vacunas pueden representar, si se les ve desde el lado optimista, una luz en el largo túnel de casi once meses de pandemia, habrá que ver si no hay reacciones o efectos desfavorables en las personas vacunadas.

Sin embargo, si bien los gobiernos deben trabajar por la salud de la población, también deben de cuidar la parte económica, no se deben generar paros en las empresas en general porque se daña la economía del estado, las empresas no deben parar, lo que tienen que hacer es aplicar y respetar los protocolos sanitarios, esos sí lo deben de hacer, pero nunca parar actividades.

En Puebla van más de 7 mil fallecimientos con todo y cierres de empresas llamadas no esenciales, esto quiere decir que la paralización de actividades en miles de empresas no ha funcionado, las muertes y contagios se han seguido dando.

Cuando una empresa para sin importar su tamaño, deja de generar ingresos, despide o pone a medio sueldo a su personal, no tiene con qué pagar a proveedores, a bancos, no puede pagar impuestos y servicios, en una palabra, el cierre quiebra a las empresas.

No hay empresas esenciales y no esenciales, todas son esenciales, todas generan empleos y recursos, todas tienen trabajadores, todas deben funcionar, a lo que están obligadas es respetar los protocolos que se piden, en eso sí debe haber sanción a las que no cumplan.

El segundo cierre de empresas llamadas no esenciales desde el 24 de diciembre ha generado más daños que beneficios, muchas están ya quebradas, el número de fallecimientos y contagios en lugar de bajar subieron por muchos factores como el funcionamiento de ambulantes en la vía pública, la saturación en el transporte y las fiestas irresponsables que hubo, el cierre de empresas no funcionó.

Es urgente que todas esas empresas cerradas abran ya para que traten de salir adelante y en general la economía del estado inicie su recuperación.

Hay que evitar un doble impacto por la pandemia, en la salud y en la economía, la economía es vital, en una economía dañada lo efectos son catastróficos para todos, se vuelve un efecto multiplicador, todo falla, todo se complica si una economía no funciona. Atendamos el problema de salud, pero sin dañar la economía.

 

 

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