En el grupo Buena Voluntad de Neuróticos Anónimos encontré la tranquilidad que buscaba, afirma Alex

Hipólito Contreras

La organización Movimiento Buena Voluntad de Neuróticos Anónimos tiene presencia en Estados Unidos, Centroamérica, Europa, en Puebla el grupo va a cumplir 37 años, debido a la pandemia no hay actividad presencial, pero se trabaja mediante plataformas para seguir atendiendo a las personas que requieran ayuda, el apoyo es gratuito, la organización se sostiene con sus propias contribuciones, no recibe ayuda de ninguna institución.

Alex, un joven de 31 años, nos platica su experiencia en el grupo: Yo en mi caso llegué muy deprimido, con mucha ansiedad e insomnio, mucha depresión, cuando llegué, el grupo me salvó la vida, no me pidieron ningún requisito, sólo el deseo de sentirme tranquilo, me ofrecieron ayuda en forma desinteresada, sin cobrarme nada, cuando me sentó bien empecé a contribuir para los gastos de renta, luz, etc., aquí nadie recibe un salario, sólo aportamos de acuerdo a nuestra capacidad.

Aquí vienen personas con o sin empleo, cuando el grupo nos va levantando nos va dando esa capacidad de poder valernos por nosotros mismos, cuando me toca colaborar lo hago con mucho gusto porque el grupo me ha dado esa capacidad, sé que estoy contribuyendo para que nuestra vida mejore.

La agrupación es de militancia física, nosotros venimos a nuestras juntas, se pueden quedar el tiempo que deseen, la agrupación tiene otro servicio que es casa hogar, es una terapia intensiva para personas que se sienten muy mal, que yano pueden levantarse de sus camas, ya no pueden salir a la calle ni trabajar, ahí se internan, ahí se quedan, los gastos son patrocinados por los mismos compañeros.

En mi caso, reiteró, llegué muy deprimido, vine a varias juntas, en mi caso no fue necesario tener una terapia más intensiva, todos están en el programa de recuperación de doce pasos y tradiciones.

Explicó que la terapia es de reflejo, trabajamos de enfermos a enfermo, es la terapia que se aplica en AA, “venimos personas de diferente educación, nivel económico, pero una vez que entramos al grupo todos somos enfermos y compañeros, aquí no hay rango, trabajamos de un enfermo a otro en base a la terapia de reflejo, aquí no hay psicólogos ni psiquiatras, ni personal especializado, sólo llegamos necesitara algún servicio médico”.

En mi experiencia ante de llegar aquí fui con una psiquiatra y psicóloga, me sentía muy mal, mucha ansiedad y depresión, no podía dormir, tenía muchas ideas obsesivas, pagaba consultas caras, pero no me sentía bien a pesar de que esa persona me escucha y me daba ciertas técnicas, pero yo no podía dejar de tener pensamientos suicidas, tengo un familiar que estaba en esta terapia, acudí, me di la oportunidad, yo tenía mucho miedo de hablar ante las personas.

Tenemos una tribuna a donde nos subimos a hacer catarsis en las juntas, es un desahogo de las emociones, de cómo nos sentimos, yo entré por esa puerta, estaba una junta, estaba una persona en tribuna hablando de sus emociones, cuando entré a la agrupación y me senté en una silla, me reflejé inmediatamente con la persona que hablaba en la tribuna, reflejaba el mismo sufrimiento que yo estaba pasando, empecé a sentir alivio, me empecé a sentir diferente, como que ya no estaba solo, expresó Alex.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categorías