Inseguridad, pan de todos los días

Hipólito Contreras

El asesinato de cuatro jóvenes en el municipio de Huejotzingo, desató una serie de movilizaciones y manifestaciones de los poblanos, principalmente de estudiantes de diversas universidades, el hecho movió conciencias, y aunque no numerosas las marchas, reflejan a una sociedad que empieza a salir de sus casas para expresar su descontento y preocupación.

Si en un país, una región, un estado, un municipio, la violencia crece cada día, el gobierno está fallando, las políticas están fallando. La violencia crece, la inseguridad crece en Estados fallidos.

Todo parece indicar que los sucesos de Huejotzingo representan la continuidad de los sucesos de inseguridad en el estado, el móvil parece ser el robo con violencia, a eso apuntan las investigaciones, pero podría no ser así.

Lamentablemente en los carnavales se presentan hechos violentos, este tipo de eventos nunca salen limpios, con cero violencia.

Lo cierto es que el hecho movió a algunos sectores de la sociedad poblana, principalmente estudiantes universitarios que hasta este día siguen manifestándose, hacía mucho tiempo que no se veía tanta manifestación.

Lo que corresponde a las autoridades encargadas de impartir justicia es eso, hacer justicia, investigar y dar con los verdaderos responsables de los delitos.

Sin embargo, no se trata simplemente de atrapar delincuentes y someterlos a proceso, aplicarles penas corporales, obligarlos a reparar el daño, se trata que no haya delincuentes, que las autoridades no llenen o integren miles de expedientes cada año, porque es cuento de nunca acabar.

Si en el estado de Puebla, vamos a suponer, se cometen en promedio 20 delitos diarios en cada uno de los 217 municipios, se estarán cometiendo en forma global más de 4 mil 300 delitos diarios, los que se clasificarían de leves a graves, ¿qué va a hacer la autoridad con tanto delincuente? Ya no hay espacio en las cárceles, habría que construir más, por eso inventaron los juicios orales para que los delincuentes sólo reparen los daños causados y se vayan, y lo más seguro es que sigan cometiendo delitos.

Sí, los ciudadanos salen a las calles a exigir seguridad y justicia , el gobierno responde y contrata más personal de seguridad y adquiere más equipo, compra más armas, le mete más dinero a seguridad y abandona o le baja los recursos a sectores prioritarios como la salud, educación, campo e impulso al desarrollo de proyectos y servicios, si así seguimos, no podrá haber desarrollo ni mejoramiento de los niveles de vida de la población de bajos ingresos.

En un estado o país que se desarrolla, que crece su economía y el bienestar de los ciudadanos, se invierte más en apoyar a los jóvenes, se impulsa la educación, salud, campo, se genera producción, empleos.

Una sociedad que trabaja, estudia, come bien, hace deporte, y tiene acceso la cultura y la recreación, tendrá mínimos problemas de seguridad.

Sin embargo, ni Puebla ni el país, están en ese nivel de desarrollo, estamos en un estado y un país dividido en clase sociales, en multimillonarios, en clases media altas y bajas, en pobres y muy pobres, en una clase política supuestamente nueva, pero que no termina aun por convencer porque parece la misma de antes.

Con un país tan desigual la delincuencia se expande, crece, la pobreza y el desempleo de millones conduce a los hechos delictivos.

Con toda razón los poblanos salen a las calles a exigir justicia, lo seguirán haciendo, pero no con protestar la delincuencia se va acabar, los responsables de impartir justicia, a lo mejor detienen a muchos, pero los vuelven a soltar y es cuento de nunca acabar.

Vamos a esperar, seguimos esperando que el gobierno de la cuarta transformación demuestre que puede acabar con esta situación, México no puede seguir así.

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