Maricela Allende Marcito
Ante tanta delincuencia que se vive en México el presidente Andrés Manuel López Obrador no quiere hacer uso de la fuerza, prefiere los ´´abrazos, no balazos´´ y lo ha reiterado constantemente cada vez que es cuestionado por el tema, la delincuencia organizada seguirá operando mientras no se tenga una verdadera estrategia que logre combatir esta guerra, no reconocen el problema real que se vive en este país.
Recordarán que hizo un llamado a los delincuentes a “que le bajen, que se porten bien, al carajo la delincuencia, fuchi, guácala”, pero a estas alturas la delincuencia es más notable, cuántos policías incluso civiles han muerto a manos de grupos delictivos, por retenes o emboscadas de los sicarios, que superan en capacidad y armamento a nuestros servidores públicos.
Pareciera que es más fácil culpar a los sexenios anteriores de los hechos violentos que ocurren todos los días, que aceptar que su estrategia de “abrazos, no balazos” no está funcionando.
A diez meses del nuevo gobierno no se ve clara la estrategia que están implementando para combatir a los grupos delictivos que aterrorizan la sociedad, a estas alturas ya no deberían seguir cargándole el muertito a los gobiernos anteriores, es el momento perfecto para que el gobierno federal ponga las cartas sobre la mesa y comience a tomar decisiones que logren debilitar la delincuencia, de esa forma enviaría un mensaje al pueblo de México de que si son capaces de combatir la delincuencia y que su gobierno no es fallido.
Este gobierno ya tuvo varios errores, que están costando críticas y las vidas de ciudadanos, es momento de hacer las cosas de una manera distinta, esperemos que cambie de estrategia por el bien del país y de su propio legado en la historia.