La carne de cerdo benéfica para niños, adultos y personas de la tercera edad

Rosi A. G. 

La carne de cerdo es un alimento imprescindible en todas las etapas de la vida pues contiene un alto contenido en proteínas de alto valor biológico y aporta diversos minerales como potasio, fósforo, zinc y hierro, además de que es fuente de vitaminas del grupo B como la B1, B3, B6 y B12, según afirma el presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), el doctor Antonio Villarino en las XIX Jornadas Internacionales de Nutrición Práctica.

La carne de cerdo y los productos cárnicos son alimentos que ocupan un lugar destacado en nuestra alimentación debido a sus características nutricionales y a su tradición gastronómica. A nivel mundial la carne de cerdo es una de las más consumidas. España es el cuarto productor a nivel mundial, por detrás de China, EE.UU y Alemania.

El doctor, en su ponencia titulada ‘El papel de la carne de cerdo en la alimentación’, resaltó que la carne de cerdo presente una gran diversidad de cortes y de productos cárnicos que se adaptan a las diferentes situaciones fisiológicas o patológicas de los individuos, así como a los requerimientos de los diferentes grupos de edad.

Por ello, se ha destacado que durante la infancia la carne de cerdo aporta proteínas de alto valor biológico necesarias para el crecimiento y el desarrollo de los huesos en los niños, es una carne de fácil digestibilidad y es fuente de vitaminas B6 y B12 que ayudan al funcionamiento normal del sistema inmunitario. Además aporta fósforo que contribuye al mantenimiento adecuado de los dientes con un aporte limitado de grasa, con un perfil altamente insaturado.

Durante el embarazo y la lactancia se incrementan los requerimientos nutricionales, por ello la carne de cerdo es idónea para ayudar a las mujeres a cubrir estas necesidades nutricionales ya que es rica en proteínas, minerales y vitaminas, como la ‘B6′, que ayuda a regular la actividad hormonal.

Por su parte, en personas mayores sus proteínas ayudan a conservar la masa muscular y al mantenimiento de los huesos, además la carne de cerdo es de fácil masticación y altamente digestible lo que ayuda en esta etapa de la vida.

Por último, los deportistas también necesitan unos requerimientos nutricionales específicos y la carne de cerdo magra, por su contenido proteico, asegura el suministro de aminoácidos esenciales, además su destacado aporte de vitaminas del grupo ‘B’ que ayudan a disminuir el cansancio y la fatiga y los minerales como el hierro, el zinc y el potasio contribuyen al adecuado funcionamiento de los músculos. Además su contenido proteico tiene un efecto saciante, lo que la hace un alimento perfecto para personas con obesidad.

Debido a su precio accesible y la creciente confianza de los consumidores, este tipo de carne seguirá siendo importante en las dietas en el mundo occidental y cada vez más en Asia.

El consumo de Carne de cerdo en el mundo es contrastante; mientras que en Europa se tiene un consumo promedio per cápita de 35 kg anualmente, en Estados Unidos y Canadá de 27 kg, en Oceanía de 18 kg, en México de 16 kg, en Asía de 15 kg, en América Latina de 11 kg y en África de 1 kg.

Esto nos da pauta para pensar que los países más prósperos tienen mayor consumo de Carne de Cerdo per cápita; gracias a un mejor poder adquisitivo

Específicamente en México tenemos el dilema de considerar que la carne de cerdo es la que tiene el mejor sabor (por encima del pollo, la res y el pescado) pero al mismo tiempo considerar que es la menos nutritiva. Es decir que nos gusta pero consideramos que no es tan sana como el pollo y el pescado.

Todos hemos escuchado a lo largo de nuestras vidas mitos sobre el consumo de la carne de cerdo, sin embargo es preciso creer que esos mitos deben mitigarse. Por poner algunos ejemplos: se decía que el cerdo tenía mayor cantidad de grasas saturadas y que aumentaba el colesterol en la sangre, además de que es portadora de cisticercosis.

Para desmentir todos estos mitos, se han realizado bastantes investigaciones, todas ellas fundamentadas con el mismo objetivo, demostrar a los consumidores los beneficios que tiene el consumo de carne cerdo.

Se pensaba que la carne de cerdo era muy grasosa y con mucho colesterol, ya que anteriormente se asociaba el consumo de carne de cerdo con obesidad y otros males. Pero en los últimos 50 años el cerdo ha evolucionado mucho ya que pasó de tener 48% de carne magra y 6 cm de grasa dorsal a tener 60% de carne magra y 1 cm de grasa dorsal y esto gracias a una mejora genética y alimentaria.

 

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