Rosi A. G.
· Las crisis asmáticas son el principal motivo de urgencias, hospitalización, ausentismo y bajo rendimiento académico en la población infantil. Mantener bajo control la enfermedad mejora la calidad de vida y permite a los niños y adolescentes que la padecen llevar una vida normal y sin preocupaciones en el ámbito familiar y escolar.
Ciudad de México, 2 de agosto de 2019.- Este mes de agosto, miles de alumnos en edad preescolar y educación primaria regresan a clases. Sin embargo, enfermedades como el asma, que afecta al 12% de los niños mexicanos[1], pueden ser un desafío para quienes la padecen, sus padres y maestros, sobre todo si no están preparados para afrontarla.
De acuerdo con el Dr. Jorge Iván Rodríguez Martínez, neumólogo pediatra en el Centro Médico Coyoacán, el asma es un trastorno inflamatorio de los bronquios, crónico y persistente, caracterizado por episodios de dificultad para respirar, tos, sibilancias u opresión torácica, síntomas que generalmente son reversibles, pero que si no se atienden adecuadamente persisten a lo largo del tiempo y causan severas complicaciones que, en algunos casos, pueden ser fatales.
Indicó que casi una tercera parte de la vida del niño o del adolescente transcurre en la escuela, donde recibe información y socializa con otros compañeros de clase. “Cuando un infante padece asma, es importante que los profesores conozcan medidas básicas que les ayuden a manejar los síntomas, prevenir las crisis (episodios de angustia por un cierre repentino de las vías respiratorias) durante su estancia en el colegio y, en caso de que se produzcan, saber cómo actuar”.
Para disminuir el ausentismo, el bajo rendimiento escolar y el impacto del asma en la calidad de vida[3], sostuvo que es necesario formar equipo entre los padres, profesores y los mismos niños, a fin de no frenar su participación en actividades escolares específicas como las deportivas o las artísticas. En ese sentido, el experto hizo las siguientes recomendaciones para los padres y tutores:
· Consultar con el médico el tratamiento base. Según las características, tipo y severidad de la enfermedad, el neumólogo pediatra debe indicar la terapia de mantenimiento a seguir y, en caso de presentarse una crisis, usar la medicación de emergencia. La buena noticia es que hoy ya existen medicamentos innovadores como tiotropio, un broncodilatador anticolinérgico de acción prolongada, disponible en México, para el control del asma en niños de 6 años de edad en adelante que, a pesar de estar en tratamiento, permanecen sintomáticos[4]. Esta terapia mejora la respiración y previene las crisis.
· Fomentar la adherencia terapéutica. El asma es una enfermedad crónica, lo que se traduce en la necesidad de estar bajo un tratamiento continuo. Utilizar sólo medicamento de emergencia ocasionará que las crisis o exacerbaciones (incremento y agudización de los síntomas) se presenten con mayor frecuencia y exista un deterioro de la función pulmonar (capacidad para respirar)[6].
· Informar a la escuela sobre el asma. Es esencial que los padres den recomendaciones a los profesores y servicio médico, preferentemente por escrito, de cómo tratar a un niño con asma, explicándoles cómo controlar factores que empeoran los síntomas (entre ellos pelo de mascotas, polvo, pizarrones viejos, moho, aire acondicionado, productos de limpieza, etc.), qué hacer en caso de crisis, cómo funciona la terapia inhalada y cada cuándo se debe aplicar. Por lo general, tanto el tratamiento broncodilatador de mantenimiento diario como la medicación de emergencia se administran mediante un dispositivo inhalador (Respimat), el cual es amigable y muy fácil de usar por los pequeños.
¿Y los niños, qué pueden hacer en la escuela?
Según su rango de edad, es importante determinar qué tanto pueden manejar su padecimiento. Aquí, algunas sugerencias:
· Aprender a dar aviso cuando se identifica una crisis asmática[7]. Normalmente, ocurren cuando las vías respiratorias de los pulmones están más irritadas e inflamadas de lo habitual. Hay un empeoramiento brusco de síntomas, como ahogo o dificultad para respirar, los cuales causan angustia y desesperación. Si la medicación de rescate no funciona, es importante avisar a un profesor para que lo lleve a un servicio de urgencias.
· Saber cómo utilizar el inhalador. El Respimat® es un inhalador de última generación que, con un solo disparo, genera una nube de suave dispersión del medicamento, el cual se absorbe de manera rápida para llegar directamente a los pulmones y facilitar la respiración.
· Conocerse. Saber qué puede o no comer, cuáles son los factores que más desencadenan los síntomas del asma, cómo manejar sus emociones, qué medicamentos y cuándo debe tomarlos.
· Tomar medidas al realizar actividad física. El ejercicio es muy importante para un niño con asma y no debería de existir ningún obstáculo para realizarlo si la enfermedad está bien controlada. Por esta razón, el seguimiento adecuado a las indicaciones del médico tratante es fundamental.
Por último, el neumólogo Jorge Iván Rodríguez Martínez, destacó que un niño o adolescente con asma controlada puede llevar una vida normal y sin preocupaciones. Por eso, además de un diagnóstico oportuno, es importante hacer hincapié en la educación para el auto-control y en la importancia de seguir de manera continua, y sin interrupciones, el tratamiento de acuerdo con las indicaciones médicas. Estos serán los factores de éxito para una vida sin limitaciones.
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