Debate

Por Roberto Desachy Severino

Evidentemente hay que tomarlo con las reservas del caso, pero la fracción mierista en el Congreso local parece haber sufrido la primera escisión, ya que Édgar Garmendia se ha desmarcado del yugo de Carlos Evangelista, que es la cabeza de este grupo y quien ha sufrido varios reveses en los últimos meses, con la llegada a Puebla de Marcos Rosendo Medina Filigrana como delegado del CEN de Morena.

Pero vayamos por partes, como diría un descuartizador. Encabezada por Sergio Salomón Céspedes, que ya retomó sus actividades políticas luego de superar al Covid, la fracción morenista en la Legislatura local acostumbra reunirse antes de cada sesión ordinaria, para intercambiar opiniones y fijar posiciones.

A estos encuentros no asisten los representantes de Ignacio Mier Velazco en la fracción, es decir; Daniela Mier, Carlos Evangelista, Iván Herrera y el propio Édgar Garmendia, aunque éste último ya modificó su posición y recientemente se ha sumado a la mayoría de los diputados de la 4T e, incluso, ya va a las reuniones preparatorias.

Es claro que todavía no puede darse por sentado que Garmendia – en realidad – haya dejado de pertenecer a la fracción mierista o, como también se le conoce, a los diputados de la “primaria trunca”. No se descarta que su acercamiento con la gente de Sergio Salomón Céspedes y cía tenga como verdadero objetivo el espionaje a favor de Carlos Evangelista: Aristóteles Belmont y Carlos Evangelista, los “tontos útiles” de Nacho Mier

CORREN A LA GENTE DE EVANGELISTA Y LO OBLIGAN A DEJAR DE AGANDALLARSE LA SEDE DEL PARTIDO

Recordemos que desde septiembre, antes de que asumiera funciones la actual Legislatura local, Evangelista armó una minirebelión contra el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y Sergio Salomón Céspedes, cuando dijo que él sería el presidente de la Junta de Coordinación Política y exigió el apoyo de los diputados morenistas, con el pobrísimo argumento de que él les había hecho candidatos: Daniela Mier Bañuelos, Carlos Evangelista y Édgar Garmendia…la fracción parlamentaria “mierista” en el nuevo Congreso de Puebla

Aunque el complot se fue por las cañerías y Evangelista se quedó con las ganas de ser el coordinador de la mayoría de Morena en el Congreso, sí logró armar su propia minifracción con Édgar Garmendia, la hija de Nachito Mier, Daniela e Iván Herrera.

Sin embargo, entre sean peras o perones, los escenarios se han movido desde finales del año pasado y Édgar Garmendia se acerca cada día más con los legisladores allegados al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, aunque habrá que esperar sus votos y pronunciamientos en tribuna, para saber si en realidad ya decidió dejar de jugarle las contras o si, simplemente, lo mandaron de espía chino.

A LA CALLE CON TODO Y CHIVAS

Otro revés político contra el coordinador de la fracción mierista en la Legislatura de Puebla, Carlos Evangelista, se lo dio el delegado enviado por Mario Delgado, el diputado federal por Tabasco, Marcos Rosendo Medina Filigrana, quien ciertamente viene poco al estado, pero ya despidió a las personas que trabajaban para Evangelista en el Congreso, pero que cobraban en el partido, incluyendo a Luis David García, Alfonso Bermúdez –representante morenista ante el IEEP-, Laura Patricia Cruz Medel, entre otros.

Incluso, en su momento, Carlos Evangelista de aprovechó del débil carácter de uno de los enviados por Mario Delgado a Puebla, Aristóteles Belmont, quien dejó que los mieristas se apropiaran de las instalaciones del partido y las utilizaran como sus casas de gestión: Carlos Evangelista y Édgar Garmendia, los dueños de la franquicia Morena en Puebla

Pero la llegada de Medina Filigrana –al parecer-puso un límite al agandallamiento de los mieristas, que ya habrían dejado de usar para sus fines personales y de grupo la sede morenista en la colonia Santa Cruz Buenavista, por temor a que el nuevo delegado les caiga y ponga de patitas en la calle. Se sabe que el diputado federal tabasqueño viene poco a Puebla, pero puede llegar en cualquier momento y, por ahora, no se muestra tan obsequioso y débil de carácter hacia Nacho Mier y cía, como Aristóteles Belmont.