Staff/Rossi

El Dr. Saúl Cuautle, S. J., Rector de la IBERO, participa en el foro virtual ‘Inversión social y equidad en educación superior: retos ante la pandemia’
· En su intervención habló de las ‘Redes por la equidad educativa: la Compañía de Jesús y el Pacto Global por la Educación’
· La IBERO y su Patronato buscan aliados para formar una red de apoyos para que más jóvenes tengan acceso igualitario y equitativo a la educación superior

Para superar la vulnerabilidad, desterrar toda fragmentación y polarización, eliminar la cultura del descarte y salvaguardar el medio ambiente, hay que ser más fraternos entre todos y todas, contemplar las cosas de otra manera y, a partir de una nueva mirada, hacer algo por la humanidad, consideró el Dr. Saúl Cuautle Quechol, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, al participar en el foro virtual Inversión social y equidad en educación superior: retos ante la pandemia.

Lo dicho por el Doctor hunde sus raíces en una profunda “conversión de corazón, del ser humano”, que requiere una actitud y un compromiso de pensar el bien común; de poner a las personas en el centro, de contar con otras formas de entender la realidad y de investigar la economía, la política y el progreso, “que no son para el servicio de una persona, sino son para el servicio de la humanidad”.

Es así que una manera de pensar, y realizar, el bien común, se da cuando se acoge y abre el corazón a las y los vulnerables y marginados, cuando se es próximo al prójimo, especialmente las y los pobres, detalló el Rector de la IBERO, universidad jesuita de la Ciudad de México, en su alocución Redes por la equidad educativa: la Compañía de Jesús y el Pacto Global por la Educación.

Otra actitud que se habrá de tomar para alcanzar esa conversión es la de trabajar en red; porque la sociedad y el mundo globalizados demandan tener un nuevo modo de proceder, una nueva cultura organizativa en la que la gente colabore de una manera distinta a la actual forma competitiva, que aleja y excluye al otro porque se quiere ser el primero.

Contrario a eso, cuando las personas trabajan juntas suman las experiencias de otras y de otros, de tal modo que pueden acabar con las exclusiones y las problemáticas sociales que se tienen hoy en día. Al trabajar juntos, los seres humanos se vuelven creativos, innovadores y forman parte de una identidad y misión comunes. “El trabajo en red nos une, nos vincula y nos hace ser más fuertes, y nos coloca en una dinámica de construir de forma articulada nuestra propia manera de trabajar por un mundo mejor”.

Fomentando la participación de todos y todas en redes se renuevan las respuestas que se pueden dar a los problemas locales, regionales y globales, porque se construyen puentes, diálogos y “una visión de lo que buscamos todos y todas a nivel universal”.

El Rector dijo que, en palabras del Papa Francisco, la idea fundamental es que, frente a los grandes problemas que aquejan al mundo no podemos salvarnos solos, tenemos que ayudarnos, tenemos que apoyarnos, tenemos que ser solidarios unos y otros. Y así, juntos todos y todas, hacer frente a muchas de las situaciones que nos hacen hoy por hoy estar en riesgo, en riesgo de perder nuestra Casa Común, en riesgo de perder nuestra propia vida, nuestra casa y nuestra calidad de personas, y de dejar de convivir con los demás.

Dos ejemplos de modos de trabajar en red que compartió en su ponencia el Dr. Cuautle Quechol son, el Pacto Educativo Global y Jesuitas en Red. Relató que con el Pacto Educativo Global, el Papa Francisco propone que todas y todos nos comprometamos, desde la educación, la economía, la política, la cultura y la parte social, a construir un futuro esperanzador.

Se trata de que la humanidad se anime a cambiar, “la empujemos a ser diferente, a ser distinta”. Se trata de que todos y todas formen un cambio desde sus propios contextos personales, sociales y laborales. Se trata de que la familia, donde uno(a) aprende valores y a hacerle frente a la vida, cambie.

El Papa invita a todos y todas a hacer un pacto, a unirse para cambiar a partir de la educación; a, a partir del aprendizaje, tener otras posibilidades de ser mejores personas y de crear una mejor sociedad para las y los jóvenes y niños, que son el futuro de la civilización. Si bien Francisco quiere que al Pacto se sumen artistas, intelectuales, políticos, deportistas y grupos sociales, sabe que quienes deben trabajar más en concreto en este Pacto son las instituciones educativas de la Compañía de Jesús, como la IBERO, que ya firmó el Pacto Educativo Global.

El Pacto firmado “nos compromete a repensar nuestros conceptos educativos, los métodos y herramientas que estamos teniendo, nos lleva a que revisemos las experiencias significativas que presentamos a nuestros alumnos y alumnas, a que revisemos la parte curricular, a que seamos innovadores en la investigación, en los posgrados. Nos lleva, en fin, a generar toda una cultura distinta, una cultura solidaria, una cultura de ánimo, de integración, de vinculación, de apoyo mutuo entre todas las personas que formamos la comunidad, en este caso, el nuestro, la comunidad universitaria”.

“El Pacto Educativo nos invita a ser creativos y a dar propuestas. Pero, sobre todo, a que como institución universitaria definamos de qué lado queremos estar, con quiénes queremos colaborar. Nos anima a concretar nuestro papel propiamente profético, nos anima a que soñemos, soñemos juntos en esta realización de un mundo mejor, de un mundo distinto”.

Red Jesuita

En cuanto a la Red Jesuita, Cuautle Quechol mencionó que engloba a muchas organizaciones de la Compañía de Jesús, por lo que tiene una cantidad impresionante de conexiones a nivel mundial, en cuestiones de derechos humanos, de migración, en el ámbito económico, de investigación y en la educación.

Sólo en materia educativa, la Compañía de Jesús tiene en el mundo 220 universidades (30 en Latinoamérica, integradas en la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina, AUSJAL), 827 colegios (90 de ellos en América Latina, que conforman la Federación Latinoamericana de Colegios Jesuitas, FLACSI) y mil 600 colegios que forman parte de Fe y Alegría, un modelo educativo que ofrece oportunidades de estudio a los sectores más pobres de la sociedad.

A estos se suma la EduRed, que es el consorcio de las tres redes educativas de la Compañía de Jesús en América Latina: AUSJAL, Fe y Alegría y FLACSI. A través de EduRed se hizo el vínculo con el Pacto Educativo Global del Papa y se ha reiterado que la Compañía de Jesús apuesta por el derecho universal a una educación de calidad, capaz de transformar a las personas y a la sociedad bajo un enfoque de derechos humanos y de bien público.

“El Pacto Educativo al que está invitándonos el Papa Francisco a que nos unamos tiene que ver con el derecho que todo humano tiene a una educación de calidad. Una educación con la cual estamos nosotros, como Universidad Iberoamericana, comprometidos”.

Inversión social y equidad en educación superior: retos ante la pandemia

Con el fin de profundizar en la problemática de la inequidad educativa, el Patronato de la IBERO, el Centro de Inversión Social, el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) y la Dirección de Formación Ignaciana, realizaron el foro virtual Inversión social y equidad en educación superior: retos ante la pandemia.

“Este foro representó también el inicio de la iniciativa Alianzas que transforman: juntxs por la equidad educativa, que invita a empresas y personas a sumarse a una red de la IBERO, que permita incorporar a más jóvenes en condiciones de vulnerabilidad a la comunidad universitaria, y garantizar su permanencia en ella”, señaló la Lic. Adriana de la Peza Vignau, del Centro de Inversión Social.

Agregó: “Si quieres sumar a tu institución o empresa a Alianzas que transforman, puedes hacerlo poniéndote en contacto con impulsa@ibero.mx. También puedes sumarte a la Red de inversionistas sociales por la equidad educativa por medio de una donación única o recurrente a través de nuestra plataforma, en: dona.ibero.mx”.