Por Roberto Desachy Severino
Nadie puede negar o soslayar la importancia de la planta Volkswagen en la economía de Puebla, porque se calcula que aporta cerca del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (25 por ciento directo y otro 15 % con la cadena de proveedores) y alrededor de 14 mil empleados: Volkswagen de México S.A. de C.V.
Incluso, hasta antes de que Audi se instalara en la zona de San José Chiapa, convertirse en un trabajador de la VW era de lo más deseado para los poblanos, ya que implicaba un buen sueldo, prestaciones mayores a las de otras empresas, etc: VW, el mayor motor de la economía en Puebla.
Hoy, lamentablemente, trabajar en la armadora Volkswagen de Puebla se ha convertido en sinónimo de dolor, enfermedad y muerte, porque cada semana crece la lista de sus empleados muertos por “neumonía” desde el pasado 16 de junio cuando la planta regresó a la actividad…en la peor etapa de la pandemia Covid19: Volkswagen iniciará actividades de capacitación de forma reducida a partir del 16 de junio
Mucho insistió el gobernador Miguel Barbosa en que no había condiciones en el estado para que retomaran actividades los sectores esenciales de la economía, como la construcción y las mismas fábricas Audi y VW: Puebla, sin condiciones para regresar a las actividades: Miguel Barbosa.
TRABAJAR HASTA MORIR EN LA VW
Pero el gobierno federal otorgó a las armadoras automotrices y al sector de la construcción los permisos para regresar a las actividades y, desde el 16 de junio, son muchos, demasiados los empleados de la Volkswagen fallecidos por males respiratorios, sin que la empresa y el sindicato se den por enterados: Sector automotriz celebra reapertura de operaciones.
Mientras los trabajadores enferman de las vías respiratorias, después de que les hacen las llamadas pruebas rápidas para detectar el Covid19, que arrastran un porcentaje elevado de error, los representantes de la planta y del sindicato simplemente miran hacia otro: VW reanuda producción en Puebla a pesar de decreto del gobernador Barbosa.
Incluso, el pasado 29 de junio, el vocero de la VW, Mauricio Kuri Curiel, justificó el no acatamiento de los decretos gubernamentales para no regresar a las actividades, con el tonto argumento de que no les fue notificado: VW reanuda producción en Puebla a pesar de decreto del gobernador Barbosa.
Lo impactante del asunto es que ese mismo día, el 29 de junio, la propia empresa notificó el fallecimiento de su trabajador Gabriel Ceballos Flores por “una disminución de su capacidad respiratoria”. La parte directiva de la VW puntualizó que se le realizó al fallecido una prueba rápida de Covid19 con saldo negativo y se le envió a la unidad de salud, donde murió.
¿Y EL SINDICATO, APÁ?
Pero no solamente ha fallecido Gabriel Ceballos Flores, sino que la lista de los empleados de la VW fallecidos recientemente es larga: Fulgencio Mario Xicotencatl Flores, Epifanio Barbosa Meneses, Domingo Pérez Ruiz (Sala de Medición Producción en Fundición), Anabel Ortiz (Volkswagen Agrícola y Automotriz SAdeCV), Víctor Romero Mora, Javier Sánchez Ramírez, Enrique de Anda (El Muñeco).
Nombres y más nombres: Pedro Morón, Roberto de Jesús Zárate y Heredia, Eduardo Mendieta Sauze. Varios de los decesos ocurrieron en el IMSS La Margarita y, entre los trabajadores de la planta, paulatinamente el natural temor a la muerte -que se siente con mayor intensidad durante una pandemia como la que vivimos – se ha convertido en verdadero terror, sin que el sindicato y/o la empresa se interesen más que por mantener en funcionamiento la maquinita de dinero.
Hasta ahora, nadie de la empresa, ni siquiera de la matriz en Alemania, ha preguntado por esta repentina ola de defunciones en su planta de Puebla. Pero lo más indignante es el silencio del secretario general del sindicato, Juan Hernández López, quien no ha defendido a los trabajadores…ni siquiera por el hecho de que cuando fallece uno de los agremiados su organización “pierde” la cuota de la persona: Juan Hernández, nuevo dirigente del sindicato de la VW.
Y desde luego que también llama mucho la atención el silencio del gobierno federal, puesto que él dio el permiso para que el sector automotriz reanudara sus actividades y, por lo mismo, debiera investigar si las muertes de los trabajadores de los trabajadores se relacionan con la pandemia o, quizás, si alguna especie de “chupacabras” anda haciendo de las suyas contra los empleados de la armadora.