Pacientes con síndrome mielodisplásico podrían reducir las transfusiones sanguíneas

Staff/RG

· El síndrome mielodisplásico (SMD) es una forma de cáncer que por lo general se presenta en adultos mayores. En él, la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas sanas, por lo que en aproximadamente un tercio de las personas puede convertirse en leucemia mieloide aguda1.

· La anemia es el síntoma más frecuente en los pacientes con SMD; de ellos, un número importante desarrollará dependencia a las transfusiones de glóbulos rojos durante el curso de la enfermedad.

· Bristol Myers Squibb realizó el BMS LATAM INNOVATION HEMATOLOGICAL DISEASES (BLOOD), donde expertos hematólogos hablaron del papel de los agentes de maduración de glóbulos rojos que pueden ayudar a reducir el número de transfusiones[v] y, con ello, la sobrecarga de hierro.

El abordaje del síndrome mielodisplásico (SMD), una forma de cáncer1 en el que la médula ósea no produce suficientes glóbulos rojos (eritrocitos[vii]), blancos (leucocitos7) y plaquetas (trombocitos7) sanas2, representa un gran desafío de la medicina por su complejidad y limitadas posibilidades de terapia[viii], indicó el Dr. Daniel Franco de la Torre, especialista del área de Hematología en Bristol Myers Squibb (BMS) México.

Con una mediana de edad de 70 años8, expuso que la mayoría de las personas con esta condición no son candidatas al único tratamiento curativo que existe: el trasplante de médula ósea. Por lo tanto, algunos pacientes no recibirán tratamiento o sólo uno que mejore la sintomatología9, siendo la anemia (niveles de hemoglobina o Hgb más bajos de lo normal la más frecuente observándose en el 80% de los casos al momento del diagnóstico3 debido a un recuento inferior de eritrocitos, aunque también pueden aparecer infecciones frecuentes, moretones y sangrado, por falta de leucocitos y trombocitos, respectivamente.

“Hoy, el reto es predecir qué pacientes tendrán un curso agresivo de la enfermedad, pues 1 de cada 3 evoluciona a una leucemia mieloide aguda (LMA)1, además de encontrar tratamientos personalizados para mejorar sus resultados de salud. Por ello, sin una actualización médica continua, es difícil que pueda ser tratada con éxito”, indicó.

Así, en el segundo trimestre del año, la biofarmacéutica realizó en Cartagena, Colombia, el BMS LATAM INNOVATION HEMATOLOGICAL DISEASES (BLOOD), evento que reunió alrededor de 100 hematólogos de Colombia, Argentina, Chile y México para compartir experiencias y conocimientos con destacados expertos internacionales (España y Canadá) en el manejo del SMD y de otros trastornos de la sangre como mieloma múltiple y LMA.

Dado que existen necesidades no cubiertas en el tratamiento de, por ejemplo, el síndrome mielodisplásico, el Dr. Franco de la Torre dijo que uno de los objetivos de BMS es traer los más recientes avances en investigación, entre ellos técnicas moleculares complejas (NGS, next generation sequencing) que, aunadas a las técnicas citogenéticas clásicas, jugarán un papel cada vez más relevante en su diagnóstico y pronóstico.

Asimismo, comentó la importancia de que los hematólogos conozcan los medicamentos innovadores que pueden hacer una diferencia en la vida de personas con cierto tipo de SMD, como el de bajo riesgo con sideroblastos en anillo (no evolucionará de forma rápida a una LMA3), cuyo rasgo es la presencia de un anillo de exceso de hierro en los glóbulos rojos de la médula ósea.

Explicó que, en los pacientes adultos con esa condición, la anemia crónica se asocia con múltiples complicaciones cardiovasculares, mayores riesgos de caídas, fracturas óseas y una supervivencia más corta[xiv], de ahí que el objetivo del tratamiento sea controlar sus síntomas3: fatiga, piel pálida, dificultad para respirar y dolores de cabeza, entre otros.

Para ellos, expuso que el tratamiento estándar se basa en medicamentos estimulantes de la eritropoyesis, que hacen que la médula ósea produzca más glóbulos rojos[xvi]; sin embargo, no siempre se logran los resultados esperados, por lo que los pacientes requerirán transfusiones sanguíneas frecuentes en más del 90% de los casos3. “Si bien es una medida rápida y eficaz, administrarlas por tiempo prolongado provoca sobrecarga de hierro que puede dañar diversos órganos como hígado, corazón y cerebro6, además de que implica largas y frecuentes visitas al hospital que suponen peligros para la salud y la economía de los pacientes”.

Por eso, agregó: “En la actualidad se cuenta con el primer y único agente de maduración de glóbulos rojos5, aprobado en 2020 por autoridades de Estados Unidos y Europa4, que puede ayudar a reducir las transfusiones que una persona necesita5 y, con ello, el impacto sobre el aporte limitado de sangre que prevalece en el mundo”.

En BLOOD, los expertos comentaron que en estudios recientes para una indicación ampliada como tratamiento de primera línea para la anemia sin el uso previo de agentes estimulantes de la eritropoyesis en pacientes adultos con SMD de riesgo muy bajo a intermedio que pueden requerir transfusiones de glóbulos rojos, el medicamento mejoró significativamente la independencia de la transfusión y elevó la hemoglobina.

“Las opciones de tratamiento iniciales para los SMD de riesgo muy bajo a intermedio, incluidos los agentes estimulantes de la eritropoyesis, pueden aliviar la anemia en algunos casos, pero otros no responderán o se volverán resistentes a la terapia[xix], por lo que se necesitará urgentemente ampliar el uso potencial de agentes de maduración de glóbulos rojos en primera línea para pacientes elegibles”, destacó el Dr. Daniel Franco de la Torre, especialista del área de Hematología en Bristol Myers Squibb México.

Enfatizó que algunas reflexiones del evento se enfocaron en la necesidad de optimizar el diagnóstico, la clasificación y la elección del tratamiento. “Para todos los que participamos en la atención de quienes viven con esta condición hematológica, el fin último es prevenir complicaciones, incrementar la supervivencia y mejorar su calidad de vida, por lo que encuentros como BLOOD, enfocados en la educación médica continua, seguirán siendo un parteaguas para construir el futuro de la hematología”, concluyó.

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