Acarreo y compra de votos, recurrentes en el proceso interno de Morena: Carlos Figueroa

Debate 

Por Roberto Desachy Severino

Sin duda, Carlos Figueroa Ibarra es uno de los pocos morenistas no solamente fundador del partido y amlista de cepa, sino que no ha medrado con el partido, tampoco con la 4T, nunca ocupó un cargo en los gobiernos federal, estatal y/o municipal y ni siquiera ha querido ser candidato a algún puesto de elección popular.

Entrevistado, se autodefine como “de izquierda, marxista convicto y confeso, no niego la cruz de mi parroquia”, aunque abundó que es un académico que hace política y no un político metido a la academia. Figueroa Ibarra, investigador y catedrático de la BUAP y el SNI desde hace varios años, reiteró ser un convencido de los conceptos e ideología morenistas.

“He sido muy afortunado en Morena, fui electo consejero estatal, miembro de la dirigencia entre 2012 y 2015, consejero nacional, miembro del Comité Ejecutivo Nacional como secretario de Derechos Humanos, cuando lo encabezó Andrés Manuel López Obrador, pero no es de mi preferencia luchar por puestos o candidaturas.

“Lo que me habría gustado, porque reúno todos los requisitos, era ser parte del Instituto de Formación Política de Morena, pero fui relegado por Rafael Barajas y Pedro Miguel, ellos decidieron negarme esa posibilidad por divergencias internas, yo no estuve de acuerdo con la forma centralizada en que ellos conciben al organismo”, acotó Figueroa Ibarra.

EXCLUSIÓN, VEDETISMO, COMPRA DE VOTOS, ACARREO COMO LA REEDICIÓN DE LAS PEORES PRÁCTICAS DEL PRI

Rafael Barajas y Pedro Miguel se consideran los ideólogos del partido, tienen una visión absolutamente centralizada del Instituto de Formación Política de Morena, que no deja lugar a que académicos e intelectuales de los estados cuenten con sus propios organismos de este tipo. “Gozan de la amistad de AMLO y se creen los dueños de esto”, subrayó.

Con la calidad moral que le da no ser funcionario público ni partidista y, tampoco, haber contendido en la pasada elección interna de la 4T, el secretario de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional morenista precisó que el problema de fondo era la falta de un padrón interno confiable, no existía ese registro y entre el 2019 y 2021 se negaron a resolver dicho conflicto personajes como Gabriel García, Mario Delgado, Ramírez Cuéllar”.

Y esta situación “decidieron resolverla de la peor manera: El 30 y 31 de julio la gente iba en masa a hacer dos filas, una para afiliarse y otra por votar, lo que muchos hemos llamado el votas y te vas. Fue una manera muy cuestionable de hacer un padrón de militantes de Morena”, admitió Figueroa Ibarra.

Lo que sucedió en la mayor parte de las mesas de votación de los 300 distritos electorales del país fue que las distintas maquinarias electorales que mueven las clases políticas de los estados llevaron al montón de gente, acarreados, a afiliarse, porque sabían que después votarían por las personas que ellos les designarían, alertó el académico.

MORENA, A LA DERIVA

“Ojo: Yo no niego que a esas llamadas asambleas distritales haya ido gente bienintencionada, no acarreada, eso es así, pero también es cierto que el acarreo y la compra de votos fueron fenómenos recurrentes en los 300 distritos y 553 centros de votación”. Lopezobradorista de siempre, en esta ocasión no dudó en reconocer serias divergencias con el aval del presidente a este proceso interno, “que no fue bueno ni democrático”.

Con 18 años de pertenecer al movimiento amlista, aceptó que dejó de ver al presidente desde que fue electo, en junio del 2018, “no soy amigo del presidente, ni siquiera formo parte de su grupo cercano”, aunque sí le ha mandado mensajes a través de personas allegadas al titular del Ejecutivo federal, para señalar lo que ocurre en el partido.

-¿Por qué demonios AMLO no da un manotazo en la mesa y poner orden en Morena, que gobierna el país, 22 estados y muchos municipios y es el único que podría terminar con los conflictos internos?, se le preguntó

– López Obrador tiene autoridad moral para intervenir y poner orden. Morena es lo que ha llegado a ser por el esfuerzo de millones de personas, incluyendo el que haya aportado yo, pero, fundamentalmente, por el liderazgo carismático de AMLO. Creo que él está absolutamente convencido de la separación entre el partido y el estado y de que el presidencialismo imperial le hizo mucho daño a la democracia en México”.

“Otro elemento importante es que él sabía muy bien que las tareas de gobierno serían intensas y complejas, como ha sucedido. AMLO trabaja 16 horas diarias y no tenía mucho tiempo para dedicarlo a la compleja situación en que se vio Morena al tener de repente mucho poder, dinero y ambiciones”, aseveró Figueroa Ibarra.

AMLO no moverá un dedo para imponer a Claudia Sheinbaum, pero sí le suma

No obstante, a mucha militancia morenista le hubiera gustado que el presidente se metiera “unos cincuenta centavos más” en el partido, porque su liderazgo moral es tan fuerte que habría bastado una palabra, un mensaje discreto para poner orden al interior, sin que hubiese tenido que intervenir demasiado ni romper su ética, externó el secretario de Derechos Humanos de la dirigencia nacional.

Se le preguntó si no existe una actitud ambivalente y/o hipócrita de López Obrador con Morena y sus grupos, ya que permite que unos cuantos manejen el partido a su antojo y generen graves problemas intestinos; sin embargo, al mismo tiempo, es conocido y público que el presidente querría como candidata para el 2024 a Claudia Sheinbaum, a la que ha respaldado por encima de los demás aspirantes a la titularidad del poder ejecutivo federal.

Figueroa Ibarra respondió que “Andrés Manuel no va a mover un dedo por Claudia Sheinbaum, estoy convencido de eso”, aunque sea su favorita, porque la situación en el partido es tal, que si los otros actores (Marcelo Ebrard, Adán Augusto López) percibieran que hay una operación política del presidente a favor de Claudia el riesgo de fractura es terrible y podríamos hasta perder las elecciones”.

Incluso, insistió en que “Andrés Manuel no va a tomar ninguna decisión (sobre la candidatura presidencial de Morena en 2024), lo que está planteando una encuesta y está diciendo de corazón que él apoyará a quien la gane (dicho estudio demoscópico). Y lo dice de corazón, porque sabe que una encuesta poco clara, amañada, como las que ya se han visto en Morena, podría generar un riesgo total” (de ruptura interna).

Sin embargo, la percepción generalizada acerca de que Claudia Sheinbaum sería la favorita de AMLO para el 2024 sí le beneficia, es una fortaleza que le puede ayudar en una encuesta, concluyó el académico.

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