Fiesta del Libro y la Rosa regresa a la actividad presencial

MILENIO

Ya queda como anécdota el hecho de que la primera actividad que se transformó en los inicios de la contingencia sanitaria fue la Fiesta del Libro y la Rosa: ya se estaba a unos días de su realización, cuando la covid-19 llegó y le dio un giro a toda actividad en el país y en el mundo.

Quizá por ello, su retorno presencial se convirtió en una verdadera celebración, con el libro como centro, si bien a su alrededor estaban los reencuentros y los abrazos: lectores que reconocían a sus escritores sólo a través de la mirada, la sonrisa aún oculta detrás de una mascarilla que se empeñan en eliminar, aun cuando las autoridades de salud en el mundo no lo recomienden.

Pero también el de los editores, el de los libreros, el de los vendedores: con el cierre de las ferias, cientos de hombres y mujeres que habían hallado en la distribución de los libros en esos puntos y que, de la noche a la mañana, debieron mirar hacia otro lado, porque no había manera de volver a las plazas o a las calles.

Todos se volvieron a abrazar en el Centro Cultural Universitario: los investigadores con los narradores, los poetas con los científicos, quienes distribuyen los libros producidos en los institutos de investigación de la UNAM con las editoriales independientes: los escritores reconocidos con jóvenes que quieren apostarla a la literatura como una vocación de vida.

Elena Poniatowska, Margo Glantz, Luisa Valenzuela, Luis García Montero, Javier Sicilia, Carmen Aristegui, Alejandra Costamagna, Alejandro Zambra, Emiliano Monge, Julián Herbert, Brenda Navarro, Yásnaya Aguilar, son sólo algunos nombres que han recorrido los diversos escenarios colocados en el Centro Cultural Universitario.

Las actividades concluyen este domingo 24 de abril, con homenajes a Sandro Cohen o Álvaro Uribe; con la poesía de Ethel Krauze y Elsa Cross; o la reflexión sobre escritura y resistencia, a cargo de Gabriela Wiener y Robert Juan-Cantavella, pero también, como todo festejo, con música: el concierto Música para los diablos, a cargo de la agrupación Saltapatrás, en lo que será el cierre oficial de la Fiesta del Libro y la Rosa de la UNAM.

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