Vecinos de Chiconcuatla retuvieron camiones de basura de Nuevo Necaxa

Abelardo Domínguez

A menos de quince días de gobierno, comienzan los primeros tropiezos en la administración del recién estrenado presidente de Juan Galindo, Maximino Muñoz Vázquez.

Se sabe que la administración que salió arrastraba el problema del tiradero de basura y la recolección de los desechos sólidos, reto que hoy toca afrontar con hechos y no palabras al nuevo ayuntamiento y es que el día viernes veintidós de octubre del año dos mil veintiuno, a altas horas de la noche, ingresaron al municipio vecino de Chiconcuautla, Puebla tres camiones recolectores de basura provenientes del municipio de Juan Galindo cargados a tope con los desechos sólidos de esa demarcación, con instrucciones de descargarlos en el basurero clandestino que ha venido utilizando el hoy reelecto edil Artemio Hernandez Garrido.

Al percatarse de esta situación los pobladores del municipio de Chiconcuautla, a la altura del paraje denominado Calama, retuvieron a los camiones de basura por más de cuatro horas, exigiendo para su liberación se presentara el presidente de Chiconcuautla o la persona que autorizó entrar a los camiones a tirar su basura.

Al lugar llegó apresurado Margarito Espinoza, secretario general del ayuntamiento de Chiconcuautla, quien explicó a la turba enardecida, que los camiones de basura habían ingresado por un convenio entre los presidentes municipales Maximino Muñoz Vazquez de Necaxa y Artemio Hernandez Garrido de Chiconcuautla, explicando que solo era una cuestión de tiempo y que no existían intereses económicos de por medio y que solo fue para poder ayudar con una noble causa al hermano vecino de Juan Galindo con su problema de basura, causando más molestia entre los pobladores, puesto que en Chiconcuautla los servicios de por si son escasos e hicieron firmar un convenio al secretario general de Chiconcuatla para que no permitiera el reingreso de camiones recolectores de basura de otros municipios y, en caso de que el convenio no se respetara, amenazaron con quemar las unidades recolectoras posteriores.

Cabe destacar que la generación de basura y sus desechos se ha vuelto un problema político social en los municipios de la Sierra Norte causado por su desatención y porque no deja ninguna clase de ganancias para los munícipes, en  todos los tiraderos clandestinos es común la proliferación de fauna indeseable y emisión de gases en ocasiones tóxicos, como metano y lixina, pues no se cumple con la norma vigente, para la integración de los rellenos municipales, además del escurrimiento de materiales toxicos a los cuerpos de agua próximos y subterráneos,  promoviendo la contaminación de tierras fértiles, cultivos aledaños y aguas de riego.

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