Joaquín Ferrándiz Ventura, alias “Ximo” nació en Castellón en 1963. Bien parecido, todos los que lo conocían lo describen como una persona amable, trabajadora y muy educada.
Trabajaba en una agencia de seguros, huérfano de padre desde muy joven, vivía en compañía de su madre. Hasta 1990 tiene una vida tranquila de la que se conoce bien poco, es entonces cuando es condenado a catorce años de prisión ya que el año anterior, cuando circulaba con su coche, había derribado de su moto a María José, una mujer de dieciocho años y, con la excusa de trasladarla a un hospital, la subió a su vehículo, la llevó a un paraje solitario, la ató, la golpeó y la violó.
La joven identificó a Ferrándiz en una rueda de reconocimiento y fue condenado por un delito de violación y otro de imprudencia temeraria. Se llegó a hacer una campaña por parte de su familia y amigos para su puesta en libertad ya que parecía imposible que fuese el autor de semejante fechoría. Este modus operandi es utilizado de una manera u otra durante toda su carrera criminal, provoca un accidente o realiza actos para “poder ayudar” a sus víctimas y que estas suban confiadamente en su vehículo.