Mundo Rural
Hipólito Contreras
Sólo en México las mujeres tuvieron que esperar 1953 años a partir de la era cristiana para que fuera reconocido su derecho a votar y ser votada, su derecho a elegir autoridades o representantes populares y ser electas a los diversos cargos de elección.
Fueron casi dos mil años en los que a las mujeres se les negaron esos derechos, hasta que por fin les dijeron, si procede, luego entonces, durante casi dos mil años el mundo ha estado gobernado y dominado por hombres, en ese larguísimo tiempo todo lo que se ha hecho, todas las leyes promulgadas, todos los programas y políticas, todas las iniciativas, todas las decisiones, han sido determinadas por hombres.
Fue hasta el siglo XX cuando los gobiernos, incluyendo el de México, empezaron a dar concesiones a las mujeres: les empezaron a abrir las puertas de la educación en todos los niveles, tener derecho a votar y ser votadas, derecho a estudiar carreras universitarias que antes estaban destinadas sólo a los hombres, derecho a poseer bienes, derecho a ser heredadas, derecho a la salud, a la vivienda, al deporte, etc.
Hoy en pleno siglo XXI, en la era de las rápidas comunicaciones, de lo adelantos médicos, de tantas universidades públicas y privadas, la brecha entre hombres y mujeres es aún distante, hablar de equidad es aún lejano, no hay tal equidad por más que se diga.
Allá por 1667, hace 353 años, Sor Juana Inés de la Cruz, ya acusaba a los hombres de sus abusos, ella dio pasos a la liberación femenina, ella se adelantó más de 350 años en dar el grito por las libertades femeninas, su rebelión sigue vigente, su lucha no ha terminado.
Hoy en un gobierno que se dice de la Cuarta Transformación de México, un gobierno que dice romper con el pasado, sigue siendo dominado por hombres, en cualquier ayuntamiento, en cualquier congreso estatal y federal, quienes los integran son en un 70 por ciento hombres, el 50-50 no existe, es aún un mito.
Sí claro, se reconoce, las mujeres ya han caminado mucho, han hecho buenos logros, ya se les ve gobernando hasta estados, pocos casos, pero los hay, gobernando grandes ciudades, como la Ciudad de México, Puebla, entre otras, ocupando curules en el congreso federal y en los congresos locales, las vemos como magistradas en los tribunales electorales y en la Suprema Corte de Justicia de la Nacional, las vemos como secretarías de estado.
Esto no se veía hace medio siglo, hoy las mujeres ocupan altos cargos públicos y privados, sin embargo, esto aún nos las pone en igualdad de circunstancias que los hombres, aún la balanza no es pareja, el patriarcado no ha desaparecido.
Un ejemplo de esta desigualdad es esta elección que viene, hay que ver simplemente cuántas mujeres son candidatas a presidentas municipales en los 217 ayuntamientos, cuántas a diputadas locales en los 41 distritos y cuántas en los 16 distritos federales, aquí se ve claramente que los hombres no quieren perder predominio político.
La Iglesia que tanto habla de amor y justicia está dominada por hombres, el sacerdocio por ejemplo es sólo para hombres, la iglesia católica se rige por cánones de hace casi dos mil años en los que los hombres ocupan los mayores cargos, las mujeres son sólo auxiliares.
La larga lista de feminicidios en Puebla y el país es otra muestra clara de una actitud machista y hasta cierto punto tolerada porque digamos que de cada diez feminicidios sólo uno es castigado, las fiscalías de justicia, integradas principalmente por hombres, dicen que no han podido localizar a los culpables de los crímenes.
En fin, este 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer, se celebra en un mundo machista, en un mundo en el que la palabra igualdad y equidad de género sólo se menciona, pero no se aplica.