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En México se está viviendo “uno de los momentos más complejos y peligrosos” de la pandemia de COVID-19 con varias entidades federales que están avanzando hacia el pico de la curva de casos, otras que ya se encuentran ahí, y algunas en las que el número de casos ha empezado a descender pero todavía están muy cerca del pico, afirmó en rueda de prensa Christian Morales, representante de la Organización Panamericana de la Salud en el país.
“Entonces tenemos justamente una situación en donde el foco tiene que ser para la población respetar las medidas de sana distancia que dicta la semaforización en rojo que caracteriza a todas las entidades del Estado mexicano. Y, por supuesto, también del lado de las autoridades – de la autoridad de salud a nivel federal y a nivel estatal– hacer todos los esfuerzos posibles para salvar vidas”, explicó.
Por su parte, el doctor Jean-Marc Gabastou, asesor de emergencias para la misma Organización, enfatizó en la misma rueda de prensa que el sistema de semáforo que tiene implantado el país “es el adecuado porque es fidedigno de la situación en tiempo real y de las tendencias” de la enfermedad lo que ayuda en la toma de decisiones.
El país cuenta hasta ahora más de 14.000 defunciones, mientras la región de las Américas está siendo el epicentro mundial de la pandemia de COVID-19: “Tenemos en este momento a nivel mundial alrededor de siete millones de casos de los cuales la mitad han sido generados aquí en la región de las Américas. Nos acercamos también lamentablemente a 200,000 fallecidos en la región”, comentó Morales.
Factores de riesgo
“Es necesario que todos entendamos que una economía sana va a depender de la forma en cómo nos cuidemos”, añadió Morales, mientras Gabastaou destacó la alta exposición de la población mexicana a factores de comorbilidad, entre ellas la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y el cáncer.
México es, además, siendo el país con la mayor alta la mayor tasa de sobrepeso y obesidad infantil.
El doctor Gabastaou expuso los últimos hallazgos de la Organización Mundial de la Salud sobre el comportamiento del virus, por ejemplo que puede durar en las superficies hasta dos días en promedio, aunque en ocasiones alcanza hasta nueve; que no hay evidencias de si las personas infectadas pueden contraer de nuevo la enfermedad y que se desconoce si la inmunidad funciona a largo plazo
También recordó que la pruebas moleculares son las únicas que son fiables, que las mascarillas quirúrgicas, o cubrebocas como se las conoce en México, (de alta filtración como los N95 o Ffp2) son para los pacientes y personal médico que los atiende, mientras que las mascarillas de tela son para la población general y pueden ser reusables, pero hay que lavarlas diario y deben contar de tres capas con unas condiciones de calidad que deben ser obligatorias para los proveedores.
El país tiene que mejorar
Gabastou destacó las medidas tempranas tomadas por México permiten que el sistema de salud del país siga siendo resiliente. Pero fue preciso en que el país tiene que mejorar.
“Al día de hoy, tácticamente 50,000 casos positivos han sido detectados en los laboratorios, pero no pueden ingresar al sistema porque no van acompañados de la información fundamental para la toma de decisiones que es la información clínica y epidemiológica. Eso debe mejorarse. También debe mejorarse la capacidad o el derecho que tiene una persona de conocer el resultado (de una prueba) (…) Se debe aumentar la capacidad de diagnóstico (…) porque tenemos que detectar de manera inmediata la emergencia de cualquier persona sospechosa para evitar que está chispa local se transforme en un nuevo incendio y una emergencia de la enfermedad”.
“La sana distancia es la única manera de mitigar la transmisión y evitar la aparición de nuevos brotes y la reemergencia de la enfermedad”, insistió Gabastou. El reconfinamiento sería la última medida que se tomaría por las consecuencias sociales y económicas, estimó.
Depende de nosotros que no ocurra un colapso del sistema de salud
“Hasta ahora la respuesta [de las autoridades] es positiva”, estimó Morales. Las medidas tempranas han dado tiempo para avanzar en la reconversión hospitalaria, disponibilidad de insumos, la formación del personal. Todavía en la Ciudad de México queda un 24% de disponibilidad de camas, y un 34% de disponibilidad de camas con respiradores mecánicos”, precisó.
Pero “la capacidad del sistema de salud no es infinita y depende de nuestra actitud”, dijo.
También recordó que el ensayo clínico Solidaridad, que lleva adelante la Organización Mundial de la Salud en colaboración con más de 70 países, tiene resultados prometedores, pero resaltó que “hasta ahora no hay terapia que nos permita combatir de manera eficiente el COVID-19”. Y lamentablemente la vacuna no va a circular para el público antes del año entrante.
Por eso “hay que continuar con sana distancia, el lavado de manos, y el uso de mascarillas”, insistió Cristián Morales antes de añadir: “Solo así vamos a contribuir a que no ocurra un colapso del sistema de salud”, aseveró.
También dijo que “es el momento de entender que no hay ningún grupo que está exento de contraer y fallecer de la enfermedad. Es el momento de no bajar la guardia y unirnos”, concluyó.