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El cantante aceptó haber cantado un tema para los novios y reprochó a la pareja que no lo hayan invitado a cenar a pesar de que todo se veía muy rico
José Manuel Figueroa fue cuestionado respecto a su participación en la boda de la hija del Joaquín “El Chapo” Guzmán y accedió a dar algunos detalles bajo la presión hecha por algunos reporteros.
“Yo arriba del escenario, tengo que cantarle a buenos, malos, mujeres exóticas y santas, yo no puedo decir a quien cantar”
Ante la pregunta respecto a que, si podía confirmar haber estado cantando en la boda de la hija del Chapo Guzmán, José Manuel respondió enseguida: “Que pregunta tan más…ilógica. No me enojo, no me enojo, pero vengo a trabajar ahorita y vengo ya tarde, entonces este… pue que les digo, yo fui a trabajar hermano, pero bueno”.
Ante la insistencia del mismo reportero, quien dijo: Algunos de tus compañeros no les gusta hablar de este tipo de contrataciones, respecto a la boda de la hija del chapo, ¿por qué crees que sea así?
José Manuel respondió a pesar que estaba tomándose fotos con los fans, se incorporó frente al reportero y le dijo: “Por qué no sales en cámara conmigo, haciendo esa pregunta, a ver ven…” ante la negativa del reportero y luego de poner resistencia, el hijo de Joan Sebastián sonrió y le dijo: “pues sí”.
El cantante también precisó que no lo invitaron a cenar a pesar de que la cena se veía muy buena, de nuevo fue cuestionado.
“Al final de cuentas a mí me contratan para ir a trabajar, yo voy, yo canto con mucho gusto” y le respondió el cantante al reportero: ¿Debo de negarme?
“Insisto, yo no voy invitado, voy contratado, ustedes sacan el chisme, yo no vi a nadie sospechoso, a nadie armado, yo lo único que vi era gente que se estaba divirtiendo, no recuerdo el nombre de la pareja, discúlpenme, pero sí me pidieron una canción en particular y bailaron el tema” insistió.
Y es que fue el pasado 25 de enero, cuando la hija del “Chapo” Guzmán se casó con otro miembro de un imperio de las drogas en una lujosa ceremonia celebrada en la Catedral de Culiacán, Sinaloa. Alejandrina Guzmán contrajo nupcias con Edgar Cazares, sobrino de Blanca Margarita Cázares, conocida como “La Emperatriz” y supuesta responsable del blanqueo de las finanzas del Cártel de Sinaloa.
Ese día, los ciudadanos de Culiacán que viven y trabajan cerca de la catedral dijeron a la agencia Reuters que habían notado una boda extravagante, pero que no sabían quién era la pareja. “La iglesia es para todos”, dijo Sofía, quien se negó a dar su apellido. “Pero la iglesia no debería dar privilegios a nadie”.
Los hermanos de la novia, todos prófugos de la justicia estadounidense, presuntamente asistieron a la misa oficiada por un cura cercano a la familia. Presuntamente porque no divulgaron la lista de invitados y las fotos que subieron a las redes sociales omitieron deliberadamente imágenes de los asistentes. El gran ausente fue el padre de la novia encarcelado de por vida en una prisión de máxima seguridad en Nueva York.
El Obispo de la Diócesis de Culiacán, Jonás Guerrero, quien fue secretario particular del Cardenal Norberto Rivera, negó tener “contubernio” con el Cártel de Sinaloa. Alegó que no sabía quiénes eran los novios y menos a qué se dedican. “No me enteré de la boda, hasta el lunes siguiente que alguien me dijo que hubo una boda con muchos recursos en la Catedral”.
Blindada por sicarios fuertemente armados, la entrada principal de la catedral fue clausurada durante la hora y media que duró la ceremonia.
El impresionante dispositivo de seguridad y logístico que montaron a las afueras de la catedral de Nuestra Señora del Rosario, la más antigua de Culiacán, no pudo haberse dado sin el consentimiento de la cúpula política, policial, religiosa e incluso militar del estado, informó la periodista Dolia Estévez.
“En Culiacán todo lo que pasa es para y del narcotráfico. La Iglesia católica no es la excepción, ni está exenta del dinero que proviene de las drogas. Los curas o encargados de los templos, reciben continuamente diezmos, ayuda para la remodelación de las iglesias, mucho del dinero llega por medio de las mujeres”, explicó Tony Payán, director del Centro México del Instituto para Políticas Públicas James A. Baker III de la Universidad de Rice.
“Los policías municipales–y me refiero a los que andan patrullando todos los días–no pueden hacer nada, ya que si existe cualquier suceso que esté relacionado con gente del Cártel de Sinaloa, cortan la comunicación vía radio y los mandos se comunican por medio de celulares”, añadió.
Aunque Alejandrina Guzmán no es buscada por la DEA, sus hermanos sí. La lista de extraditables mexicanos la encabezan los cuatro hijos de “El Chapo”: Ovidio y Joaquín Guzmán López, y Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, medios hermanos de la novia. Jesús Alfredo, alias “Alfredillo”, destaca entre los criminales más buscados por la DEA. Todos tienen órdenes de aprehensión con fines de extradición. Las recompensas por información que lleve a sus paraderos fluctúan oscilan entre los USD 5 y USD 10 millones.
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