Entrevista con el talentoso José Manuel Figueroa, después de su participación en “¿Quién es la máscara?

Por Mino D’Blanc

-Estaba detrás del personaje de Marciano.

En sus venas corre sangre de artista. Ha sabido llevar muy en alto el legado de talento musical que dejó su padre al mundo entero, a través de sus bellísimas canciones. Ha sabido forjarse una carrera como cantante, como compositor, como actor. Dio vida al personaje de Joan Sebastian en la bioserie de su padre, Joan Sebastian, y que producida por Carla Estrada.

En el reality show televisivo “¿Quién es la máscara?” se ocultó en el personaje de Marciano, el mismo que se ganó el cariño del público durante su estancia en dicha producción.

Es José Manuel Figueroa. Platicamos con él, gracias a las finas atenciones de la licenciada Olivia Flores, de Televisa.

MD’B: ¿Cómo llegó a tu vida “¿Quién es la máscara?” y por qué decidiste aceptar?

JMF: No quiero presumir, pero creo que fui de los primeros en acudir al llamado de Miguel Ángel Fox y en firmar. Fui a Televisa a ver qué quería, ya que su trayectoria en televisión es admirable. Me presentó el programa, se me hizo muy interesante y un reto bastante atractivo. No solamente es ponerte la máscara y hacer diferentes poses y voces para avanzar a la siguiente fase. Fue ponerme la máscara del personaje y quitarme la máscara de José Manuel Figueroa. Se me hizo interesante jugar con mi voz como no lo hago en ningún lado. Darle vida a un personaje para tratar de engañar al público y al panel de investigadores para avanzar a las siguientes etapas.

MD’B: Todo lo que hacemos nos debe dejar un aprendizaje. ¿Qué aprendiste de esta experiencia?

JMF: El personaje me dejó saber mucho de lo que soy y valgo en mi forma de amar, de querer, el ejemplo que tengo para ser padre, el hecho de vacilar con mi pareja siempre conservando el respeto. Siempre digo que soy un niño por dentro y el Marciano me dio la oportunidad de revivir al niño; aquel niño que se ponía frente al espejo con un cepillo de dientes y una escoba a jugar que era cantante y lo hacía sin miedo, sin temores de lo que iba a hacer frente a una cámara imaginaria; ese niño valiente y libre que no sabía lo que era realmente el escenario y la responsabilidad que conlleva el ser artista. Ese niño que echaba relajo en su escenario imaginario. Me dio la oportunidad de ponerle una sonrisa a mi alma y cantar libre. El Marciano fue crear a un artista nuevo.

MD’B: ¿Cuál de las canciones que interpretaste durante tu estancia en “¿Quién es la máscara?” te costó más trabajo interpretar?

JMF: La última con la que participé; era una Bachatita. Yo sabía que no iba a pasar después. Siempre me quedó claro el interpretar con tu voz y fuerza interpretativa el género que manejas y el modificarla con el artista que acompañas; eso lo aprendí mucho más cuando fui corista de Rocío Dúrcal. No sé si sea un trauma eso de modificar la voz y no usar la mía tal cual es. Es una semillita que me impuso mi padre, el hecho de jamás dejar de interpretar con toda pasión con mi propia voz. “Propuesta Indecorosa” es un tema que me sugirió la producción. Te limitan porque no debemos repetir canciones que otros participantes ya cantaron, además de que la misma producción te sugiere de acuerdo al personaje las canciones que debes cantar, aunque no te queden

MD’B: ¿Tú podías proponer la canción o la producción te decía cuál?

JMF: De preferencia tú proponías temas y la producción te decía si estaban bien o no para el personaje. Había tendencias que te manejaban; por ejemplo que todos querían cantar en

inglés y no era el caso. La producción te proponía canciones que tuvieran que ver con el personaje que representabas para dar un gran abanico de colores al programa, junto con los demás personajes.

MD’B: ¿Cuál consideras que fue el motivo por el que saliste en esta sexta emisión del programa?

MD’B: Pienso que lo más importante de todo es que Marciano llegó al público, divirtió en casa y logró ganarse el cariño de la gente. Salió por mi culpa; a él se le dificultó la Bachata. Es un género que no debí haber cantado; debí haber interpretado una canción que fuera más alegre, más divertida y que convenciera al panel de investigadores y al público de que yo debía seguir en el programa.

MD’B: Y te tocó el beso en la boca que prometió Consuelo Duval que le daría al que saliera.

JMF: Perdón por la presunción, pero pienso que de todas, ha sido la despedida más bonita.

MD’B: Has sabido llevar el legado artístico de tu padre. En ti se refleja el hecho de que los buenos cantantes también comienzan siendo coristas de otro artista.

JMF: Soy un melómano. Amo toda la música y cuando entré al estudio de grabación con mi primer disco, entré a liderar todo lo que saliera. Vivimos en un mundo que debemos andar con la realidad. Vimos que comercialmente la decisión que tomé con mi primer disco era la mejor opción. Sí es importante subrayar que hay que hacer lo que te llene el alma, pero también no puedes hacer un disco Sólo a tu gusto. Si lo vas a hacer así, hazlo para ti, pero no se lo des a una compañía discográfica. La compañía me propuso cambiar mi nombre. En ese entonces lo que se manejaba en relación a los artistas que son famosos y que son hijos de artistas, era que terminaran heredando el nombre. Por ejemplo, los Castro, los Fernández, las Angélicas, los Muñiz. y entonces la gente los identificaba como los “hijos del famoso”. Decidí ser auténtico y soy de los primeros artistas que realmente que siendo hijo de un grande de la música como lo es mi padre, no usé el apellido, ni el nombre, porque yo supe desde siempre que mi carrera la iba a forjar por mi trabajo, por mi esfuerzo y por mi talento, y no por ser hijo de quien soy. A diario trabajo para ganarme la vida a través de mí mismo.

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