Rossi A. G.
Por las tarifas políticas impuestas por los gobiernos, los transportistas hoy son obligados a subsidiar con más del 100 por ciento cada pasaje en el sistema de transporte público concesionado, cuyo costo debería estar en la Ciudad de México en 13.20 pesos; frente a la falta de atención del gobierno, saldrán a manifestarse el próximo martes 3 de septiembre.
Los concesionarios del transporte público colectivo de pasajeros, integrantes de la Fuerza Amplia de Transportistas (FAT), quienes se niegan a convertirse en empresa, fueron enfáticos esta mañana en rueda de prensa frente a las oficinas de la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum: “Queremos un incremento en la tarifa, quedarnos en la modalidad hombre – camión como estamos y no seremos una carga para las finanzas de la Ciudad de México como ya lo es el Sistema Metrobús que se encuentra en quiebra”.
Nicolás Vázquez Figueroa, vocero del grupo de transportistas, leyó un comunicado donde expresó que los distintos gobiernos desde hace más de 25 años los han forzado a mantener una tarifa política, la cual se ha convertido en un subsidio de los concesionarios hacia cada una de las personas que toman su servicio.
Tal subsidio de los transportistas a los ciudadanos es de entre 6 y 8 pesos por cada viaje, expresaron, ya que por ejemplo en el Estado de México las tarifas son de entre 12 y 14 pesos, siendo la misma zona y precios de gasolina, diésel, insumos y servicios de mantenimiento, mientras el último estudio que tienen por parte de lo que era la Red de Transporte de Pasajeros (RTP, hoy M1) de hace dos años, era de 10.15 pesos por viaje. “Hoy el costo debería ser de 13.20 pesos”, expresó Vázquez Figueroa.
Tal disparidad en las tarifas, además de la falta de certeza jurídica de la que tanto han hablado en semanas recientes, los ha obligado a carecer de los recursos necesarios para hacer cambios de unidades, así como a negarse a pasar a la modalidad de empresa.
Dijeron que hoy están perdiendo al menos el 50 por ciento de los ingresos que deberían percibir si hubiera una tarifa justa y que de convertirse en empresa, llegarían quebrados porque 50 por ciento de lo que hoy cobran se dedicaría al pago de los compromisos fiscales y de seguridad social para los conductores, lo que prácticamente provocaría su desaparición.
En cambio, pusieron como ejemplo que a diferencia de algunos de ellos, quienes aún tienen vehículos con más de 25 años de trabajo y aún siguen prestando el servicio en condiciones si no óptimas, al menos lo dan, el parque vehicular de los distintos gobiernos de la Ciudad de México ha sido cambiado en varias ocasiones porque es dinero de todos los ciudadanos el que se utiliza y no existe responsabilidad en su cuidado.
Por tal motivo, expresó Nicolás Vázquez, es que el sistema Metrobús se encuentra quebrado de acuerdo con las palabras que expresó su propio Director General, Roberto Capuano Tripp. Él, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y el secretario de Movilidad Andrés Lajous, han dicho que en los últimos tres años el gobierno de la Ciudad ha tenido que entregar 3,200 millones de pesos en subsidio para continuar su operación.
“Si fuera un éxito, entonces en lugar de arrojar pérdidas y recibir subsidio, el Sistema Metrobús debería caminar sin ayuda financiera del gobierno”, añadió el vocero de la FAT.
Los transportistas tradicionales que se oponen a ser empresa “preferimos seguir siendo hombre-camión. En estos momentos no somos una carga para el gobierno. Pero como están las cosas, si nos convertimos en empresa, el gobierno tendría que entrar a subsidiarnos con dinero que bien se podría utilizar para mejorar otras cosas en la ciudad y dar mejor calidad de vida a los ciudadanos”.
Por otro lado, dieron a conocer que pese a los rimbombantes anuncios de la Secretaría de Movilidad y el Gobierno de la Ciudad, sobre el uso de la tecnología para mejorar el traslado de las personas, resulta que en la misma dependencia les vienen diciendo que tienen problemas para realizar los trámites de la revista porque les está fallando el sistema.
“Como hemos dicho, esto sólo demuestra la ineficiencia de quienes hoy administran la SEMOVI, quienes nos quieren imponer nuevos esquemas, mientras ellos no pueden llevar a cabo los procesos de sistematización que requiere la ciudad”, finalizó.