Por: Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo
Académico del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México e Investigador Nacional
· Tiempos y recursos para uso de telescopios avanzados serán evaluados de manera doblemente anónima
· Medidas semejantes son deseables en la ciencia nacional
La equidad de género es, desde hace siglos, una asignatura pendiente en el desarrollo de la ciencia. En la actividad astronómica contemporánea, la accesibilidad a equipo especializado suele ser determinante para obtener hallazgos de alto valor. Sin embargo, el tiempo de uso de telescopios de alto rendimiento ha presentado sesgos de género plenamente documentados.
Uno de los equipos de alta tecnología que generado mayor impacto en la historia de la humanidad es el telescopio espacial Hubble. En el 2014, fue publicado un estudio en el cual se muestra que el apoyo para propuestas de tiempo de uso de este telescopio a cargo de varones tuvo un índice de aprobación significativamente mayor que sus contrapartes femeniles.
Por esta razón, las autoridades correspondientes adoptaron en 2018 un sistema de arbitraje anónimo enfocado en el contenido científico de las propuestas, omitiendo información específica sobre género y trayectoria personal de cada proponente. Como consecuencia de las medidas implementadas, los proyectos elaborados por mujeres superaron la tasa de aprobación varonil por más de medio punto porcentual. Este resultado positivo motivó a la NASA para adoptar una medida idéntica en todos sus telescopios especializados que ha entrado en vigor de manera inmediata.
Esta decisión también favorecerá el desarrollo de proyectos ambiciosos, pero bien fundamentados, en el ámbito de la astronomía actual. Un ejemplo de ello es el estudio de la estrella KIC 8462852, mejor conocida como la estrella de Tabby, la cual se encuentra en la constelación del cisne y presenta variaciones muy inusuales en su brillo.
La astrónoma Tabetha Boyajian tuvo que realizar una colecta independiente para estudiar el fenómeno debido a la carencia de apoyos por parte del establishment astronómico del momento. Significativamente, esta campaña de recolección de fondos fue un gran éxito, pues en poco tiempo se reunieron más de 100 mil dólares aportados por mil 762 patrocinadores independientes. Cabe hacer notar que hasta el momento aún no se cuenta con una explicación absoluta sobre el origen del comportamiento inusual del brillo de esta estrella.
El problema de la inequidad de género en la ciencia mexicana atraviesa una fase muy delicada, pero éste puede ser trabajado con medidas sem
ejantes a la recientemente adoptada por la NASA. El acceso a las jefaturas de instalaciones de alta especialidad en las ciencias físicas nacionales ha registrado avances, pero éstos aún son insuficientes.
Más aún, es necesaria una nueva cultura desde la infancia que permita garantizar facilidades y ambientes aptos para realizar labores científicas con plena equidad.