Roberto Desachy Severino

Quizás haya parecido precipitada y hasta arriesgada la decisión del ex coordinador del PAN en el Congreso local, Marcelo García Almaguer, de renunciar al partido, pocas semanas después de que la dirigente estatal panista, Genoveva Huerta, decidiera quitarlo de dicho puesto y nombrar en su lugar a la esposa de Pablo Rodríguez, Mónica: Se declara diputado independiente Marcelo García Almaguer y renuncia al PAN

Panistas o, mejor dicho, yunquistas y seguidores de Eduardo Rivera, como Pablo Montiel Solana, Miguel Dessavre; entre otros, le acusaron de “desleal y traidor”, pero lo cierto es que, quizás, no le quedó otra opción, porque Genoveva Huerta habría intentado armar un expediente y expulsar del PAN a Marcelo García.

Aunque en su momento ambos fueron morenovallistas-panistas, la presidenta del partido está muy interesada en deslindarse del ex gobernador y vio en el ex coordinador parlamentario panista la oportunidad para hacerlo, ya que –al removerlo del cargo y echarlo del partido- habría conseguido, al menos en teoría, enviarle al Yunque y a Marko Cortés el mensaje de que estaba “curada” del morenovallismo: Le quitan la coordinación del grupo parlamentario del PAN en el Congreso local a Marcelo García

Y en el CEN del PAN ni Marko Cortés ni Héctor Larios mostraron algún interés en frenar a Genoveva Huerta de la purga antimorenovallista. Por cierto, cuentan los enterados que la decisión de poner a Genoveva al frente del partido fue toda de la ex gobernadora, Martha Erika Alonso Hidalgo, quien –al parecer- no previó que su protegida se encargaría de terminar de enterrar al morenovallismo.

BUAP: SIN NECESIDAD DE RESCATE FEDERAL 

Este martes, el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, firmó un nuevo contrato colectivo de trabajo con los 2 sindicatos con los que la institución mantiene relaciones laborales: Aspabuap y Sitbuap, cuyos secretarios generales lograron un incremento salarial directo del 3.35% además del 1.8 en prestaciones: http://desdepuebla.com/2019/02/12/alfonso-esparza-ortiz-firmo-convenio-de-incremento-salarial-con-el-secretario-de-aspabuap/.

El propio Esparza Ortiz comentó con sus compañeros universitarios que la administración central de la BUAP está consiente de que el 3.35 por ciento de incremento salarial, sumado al 1.8% en prestaciones, no es suficiente para resarcir la inflación y las difíciles condiciones económicas que el país arrastra desde hace bastante tiempo. Pero se impondrá un programa de austeridad, recortes y lo cierto es que las instituciones de educación superior públicas del país enfrentan un contexto más que complicado, como lo demuestra la huelga en una universidad nacional, la Autónoma Metropolitana: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sociedad/continua-huelga-en-uam-sindicato-vuelve-rechazar-aumento-salarial-de-335

Además, es público que varias instituciones enfrentan desde hace varios años problemas financieros graves que obligaron al gobierno federal a rescatarlas. En contraste, la economía sana de la BUAP – en la gestión de Alfonso Esparza- ha mantenido a la universidad a salvo de las retenciones de recursos que se le hicieron en el 2018 y de los conflictos que, lamentablemente, sí existen en otros estados: http://desdepuebla.com/2019/01/09/15308/

Por ello, es un hecho muy positivo el que la administración central de la BUAP y los representantes sindicales hayan alcanzado un acuerdo laboral y evitado la huelga, porque la Máxima Casa de Estudios de Puebla es, desde hace mucho tiempo, un factor de gran gobernabilidad para toda la entidad.

¿PUENTE O PARED?.. LA DISYUNTIVA PARA CLAUDIA RIVERA VIVANCO

Atacada de manera permanente por barbosistas como Gabriel Biestro, Manuel Carmona y su Movimiento Antirreeleccionista Poblano, etc, a la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, le urge fortalecer su área de Comunicación Social para legitimar al ayuntamiento, difundir el trabajo que realiza y, también, responder los cuestionamientos y críticas: Seguridad y comunicación, los puntos más vulnerables de Claudia Rivera a una semana de gestión

No es nada fácil ser un buen director de Comunicación Social en alguna institución y/o gobierno, como lo demuestra el hecho de que muy pocos lo han sido. Algunos titulares de medios se erigen en barreras, en paredes que impiden que los reporteros, columnistas, directores o propietarios de espacios informativos tengan contacto con los gobernantes y/o funcionarios.

Otros –los menos- conocen su oficio y se convierten en puentes para que sus jefes puedan mantener una relación fluida, institucional y productiva con los medios de comunicación. Así que Claudia Rivera tendrá que decidir quién de sus colaboradores se ha convertido en una verdadera pared, en un enorme estorbo que –por sus intereses personales, económicos y empresariales – no permite que los reporteros y demás representantes de espacios informativos lleguen a ella.

Y, por el contrario, tendría que refrendarle la confianza y otorgarle todo el apoyo a quien sí ha intentado ser un eficiente enlace entre ella, los medios de comunicación y la ciudadanía. Lo tiene en su equipo, ella lo invitó a sumarse a su grupo de colaboradores y él –me consta – ha luchado por protegerla y legitimarla en el entorno político-social y público complicado que ambos enfrentan.