Carlos Javier Jarquín
Stephen William Hawking, fue un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico (nacido en Oxford, Reino Unido, el 8 de enero de 1942 y fallecido en Cambridge el 14 de marzo de 2018). “A los 21 años le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa neuromuscular, por lo que los médicos inicialmente le pronosticaron unos cuantos años de vida más, esta enfermedad le hizo perder el control de su cuerpo, lo que lo llevó a mantenerse postrado en una silla de ruedas, a la realización de una traqueotomía y a necesitar un sintetizador para poder articular palabras”.
Este admirable maestro fue considerado una de las 10 personas más inteligentes del planeta. Sus libros son de contenidos formidables, entre los principales están: “Breve historia del tiempo”, (1988), se han vendido más de 10 millones de ejemplares, otra excelente obra es “El universo en una cáscara de nuez”, publicado por primera vez en (2001)… Se le conoció como ‘el historiador del tiempo’, el legado que nos dejó este excepcional científico y modelo del emprendimiento, es honorable por siempre se le recordará con afecto sincero.
El universo ha llorado su partida, el cielo seguramente lo recibió con festejo inolvidable, él brilló con tono cabal, nació para darnos clases, nos heredó una lección imborrable, nos demostró con elegancia práctica, que la inteligencia hace sublime diferencia, aprendimos de él que la belleza externa es leve atracción que se apaga más instantánea que un rayo de luz. Muchos de nosotros que vivimos con maravillosa salud y que somos jóvenes en diversas ocasiones no hacemos nada de nada ni para nosotros mismos, nos dejamos llevar por abundante pereza, constantemente deseamos que todo sea sin nada de esfuerzo.
Con esa mentalidad precaria el éxito nunca nos saludara, tarea nuestra es que seamos persistentes para alcanzar lo que nos hemos imaginado. Quien no triunfa verdaderamente en su vida es porque su alma vive inundada de egoísmo y bordada de esplendor con tanta envidia, estos sentimientos únicamente nos guían a la inmensidad del fracaso. Muchos me odian, no porque sea odioso, sino porque soy exitoso, el egoísta por preocuparse de la vida ajena, se olvida de la propia y no mira florecer sus ideas de tanto que se empeña en los demás, por causar daño, se le pasan los años sin producir nada gratificante, cuando quiere reaccionar, sus mejores momentos de la vida, han quedado inválidos al igual que sus pensamientos.
El éxito es para todos siempre y cuando nos esforcemos constantemente, sin hacerle o provocarle daño a nadie, si puedes ayudar hazlo; ya sea en lo material, económico, recomendación o por qué no, una palabra elegante de aliento extraordinario. La historia de este estupendo científico ojalá nos sirva de inspiración y así podamos seguir emprendiendo la meta que nos hemos propuesto, no tengamos miedo de luchar por nuestros ideales, tengamos miedo de irnos pronto y de no dejar un fabuloso legado, intentemos las veces que sean necesarias, pero nunca debemos rendirnos. La figura corporal no obstaculiza, el pensamiento es el tropiezo más gigante que nos puede hacer renunciar a nuestra meta.