
Desde Puebla
La feria de Zacatlán volvió a convertirse en un foco de caos y peligro.
La noche del sábado, un juego mecánico presentó una grave falla y quedó inmovilizado, atrapó a personas en dos canastillas, una a gran altura, generó pánico entre los asistentes.
El rescate fue realizado por elementos de Protección Civil, bomberos, policía estatal, marina y policía auxiliar, quienes con sogas y escaleras auxiliaron a las personas afectadas.
Sin embargo, lo más preocupante es que este accidente pudo haberse evitado si el ayuntamiento de la presidenta Bety Sánchez Galindo, hubiera garantizado una verdadera revisión y certificación de los juegos mecánicos antes de ponerlos en operación.
La falta de supervisión de Protección Civil municipal resulta inaceptable, su obligación era verificar que las atracciones cumplieran con las condiciones mínimas de seguridad para los visitantes.
El hecho de que un juego quedara suspendido en pleno funcionamiento demuestra no solo negligencia, sino un riesgo grave para la vida de la ciudadanía.
A este grave incidente se suman las múltiples denuncias ciudadanas por cobros excesivos, desorden en taquillas, reventa de boletos, falta de señalización y ausencia de seguridad dentro del recinto ferial.
Todo ello refleja la ineptitud e incapacidad de la presidenta municipal Bety Sánchez Galindo, quien ha convertido la feria de Zacatlán en sinónimo de desorganización, abuso y peligro.
Lejos de rendir cuentas, la presidenta insiste en organizar conferencias de prensa a modo, rodeada de medios complacientes que pretenden maquillar la realidad.
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