Hipólito Contreras
La frase “autosuficiencia alimentaria”, a la que se han referido los gobiernos, tiene múltiples interpretaciones, sobre todo en tiempos caracterizados por una globalización que implica relaciones comerciales intensas de los pueblos de todos los países, proponer la autosuficiencia nacional puede significar una utopía, afirmó el analista Pascacio Taboada Cortina.
Comentó que ningún país en el mundo puede ufanarse de ser autosuficiente en alimentos, ni siquiera los más desarrollados, todos necesitan importar determinados productos que son de las preferencias de un núcleo o de gran parte de su población.
Estados Unidos, dijo, es un ejemplo, es un país rico, pero no es autosuficiente. Tiene que comprar gran cantidad de frutas tropicales, café, azúcar, hortalizas, legumbres, algodón, cacao, vinos.
México, como país, empezó a ser deficitario en alimentos desde la década de 1970 debido al aumento demográfico, en ese tiempo la población mexicana rondaba los 60 millones de habitantes, el país tenía capacidad para generar excedentes de granos que se exportaban.
Hoy el país ronda los 130 millones de personas, de las cuales la mitad enfrentan problemas de pobreza y, más grave aún, 25 millones de connacionales padecen desnutrición por la pobreza extrema.
La alimentación de los mexicanos se ha modificado con el paso de los años. Ahora se consumen más alimentos derivados de la actividad ganadera en sus diferentes especies. Hace 30 años, por dar una referencia, parte de la dieta alimenticia per cápita consistía en el consumo de un huevo diario y un cuarto de leche, adicionado con otros alimentos, como frijoles, pan y tortillas. En la actualidad se consumen en promedio dos huevos diarios y medio litro de leche, para un promedio de consumo de este último alimento, de 140 litros al año por persona.
Expuso que para aumentar la producción de alimentos pecuarios, como carne de res, de cerdo y pollo, así como de huevo y leche, nuestro país se ha visto en la necesidad de importar crecientes cantidades de granos, oleaginosas y otros cereales, en un volumen que representa el 40 por ciento de los alimentos que demanda la población mexicana.
Afirmó que si el Presidente de México y el Secretario de Agricultura hablan de lograr la autosuficiencia alimentaria, deben de pensar también en la planeación y ejecución de proyectos específicos en infraestructura de grandes dimensiones para alcanzar esa aspiración.
Indicó que se requiere diseñar un modelo de desarrollo basado en la ciencia y la tecnología, en el aprovechamiento racional de los recursos naturales agua y suelos; en una organización cabal de los productores; tomar en cuenta climas, microclimas, tamaño parcelario y determinación de cultivos por vocación de la tierra y aptitud de los productores.
En la actualidad en México se cultivan 21 millones de hectáreas en dos ciclos: primavera-verano y otoño-invierno, de las cuales 6.1 millones de hectáreas cuentan con riego agrícola.
Se cuenta con casi 200 millones de hectáreas, sólo el 10 por ciento del territorio nacional es cultivable. El resto, alrededor de 80 millones se destinan a la ganadería extensiva, en particular la especie bovina; aproximadamente 50 millones de hectáreas tienen la vocación forestal, son bosques de coníferas, selvas tropicales, chaparrales, manglares. El resto son desiertos, barrancas y montañas, caminos, carreteras, vías férreas y, por supuesto, espacios para ciudades grandes, medianas y pequeñas, y más de 150 mil núcleos de población.
Destacó que las autoridades han dejado que casi la totalidad de las presas de almacenamiento, se encuentren azolvadas por falta de mantenimiento. Se han encontrado hasta coches allí abandonados y miles de toneladas de basura y desechos que arrastran los ríos y arroyos, sobre todo en temporadas de lluvias.