El político atrapado entre la verdad y la mentira

Por Oscar Sánchez J.

El político es subjetivo – debatible – por naturaleza, en el ejercicio de sus funciones predomina en sus toma de decisiones sus emociones que le impide ser objetivo, por lo tanto esta sujeto a mentir o a decir una verdad

En la política aldeana y de quienes la practican en el estado de Puebla, tienden a confundirse entre la verdad y la mentira, algunos lo hacen con intención de agradar y convencer, aunque en el largo plazo les cobre factura, otros solo leen el discurso sin analizar y comprender lo que dicen, que son la mayoría.

Intentemos filosofar en la frontera de la verdad y la mentira. En primera instancia tiene que ver con los escenarios en donde esta parado el político, por ejemplo con aquellas gentes que quieren escuchar solución y esperanza en temas de inseguridad y desempleo, el político miente -al menos en Puebla-, al decir que el tiene la solución, no importa como utilice la gramática, lo fundamental es convencer y vencer, aún cuando sabe que esta mintiendo.

Algunos políticos, si creen que van a solucionar el problema, convencidos que dicen la verdad, pero del discurso a la práctica la frontera empieza a aparecer y a desvanecer la verdad en mentira.

La mentira en verdad

Cuando el político queda al descubierto, expuesto a través de sus acciones, o por el ejercicio de la investigación, la mentira es muy difícil de sostener – aunque se pueden aplicar diferentes procedimientos para seguir sosteniendo la mentira-, es cuando el político debe reconocer su equivocación e iniciar la conversión, donde la mentira inicia el camino a la verdad, dolorosa, pero al fin la honestidad.
Para algunos políticos o para todos aceptar que se equivocaron o que mintieron es difícil, ese fundamentalismo que llevan por dentro les impide distinguir entre la mentira y la verdad.

Verdades o Mentiras a medias

En política no puede haber verdad o mentiras a medias, nos dice que el político oculta algo, que puede ser de gran relevancia, de gran impacto, dolorosa en ese momento, por eso “se puede justificar la mentira”, aunque sea dolorosa , pero no es mejor que la verdad, siempre la verdad.

La mentira y la verdad es subjetiva, para los aplaudidores es la verdad y para los antagónicos es mentira, lo que influye en la clase política que tenemos los poblanos

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