¿Dolor de invierno? Mitos y realidades sobre el dolor  

Staff/RG

El dolor es como una alarma que indica que algo anda mal. Impacta la forma en que las personas se mueven, piensan y sienten; incluso, compromete el tiempo de convivencia con los seres queridos (1). El dolor se ve influenciado por factores biológicos, sociales y psicológicos y en cada individuo es diferente, aunque es real que 9 de cada 10 personas sufren de dolor.

  El otoño avanza y el invierno se acerca cada vez más y con ello, la temperatura comienza a descender. Por lo regular, esta temporada se relaciona con enfermedades de las vías respiratorias, sin embargo, el dolor también podría hacer su aparición.   

Personas reportan que, conforme bajan las temperaturas, presentan una mayor tendencia al dolor. Los expertos señalan como causas probables del dolor muscular a la tensión, el estrés, el uso excesivo del músculo e incluso alguna lesión menor. En lo que respecta al clima invernal, no existen pruebas concluyentes de que el frío sea un causal de dolor . Aunque los cambios de temperatura suelen inflamar las articulaciones que están sostenidas por músculos, tendones y ligamentos, generando dolor.   

Las condiciones ambientales del invierno, suelen ser un justificante para disminuir la actividad física o la tarea de moverse. Al inicio el invierno, incluso se llega a presentar un trastorno afectivo estacional que genera exceso de sueño, cansancio o falta de energía para hacer nuestras actividades cotidianas, esto debido a que los  niveles de serotonina bajan y la secreción de melatonina aumentan induciendo al sueño y la relajación(7),  por lo que  las personas  pasan más periodos sentadas frente a la computadora o la televisión, en ambientes frescos, lo que provoca tensión y ocasiona molestias de rodillas, cuello, hombros e incluso de espalda o lumbar.   

 Además, es importante señalar que, cuando hay una infección como la gripe, común en épocas de frío, un efecto secundario es el dolor muscular en todo el cuerpo.  

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Tips para reducir el dolor

 No atender las señales que vienen con el dolor, puede incrementar o empeorar las lesiones y el daño en las fibras nerviosas. Por ello, Dolo-Neurobión ha preparado una guía, con ayuda experta, que será de gran utilidad para reducir las molestias en esta temporada invernal :  

  1. Atención a la temperatura corporal, es decir, vístete en capas cuando salgas. Lo que requerirá ropa térmica para proteger caderas y rodillas, suéter, chamarra, calcetines e incluso gorra y bufanda. No olvides llevar botas.  
  2. En casa, también elige atuendos abrigadores. Necesitarás pantuflas, calcetines, bata. No descartes colocar una manta térmica en la cama, recuerda que en las noches baja la temperatura.   
  3. Una ducha tibia, puede alejar el frío y aliviar el dolor en las articulaciones y los músculos que las rodean.   
  4. Aléjate de la vida sedentaria, la inactividad provoca una disminución en el rango de movimiento e incluso más dolor en las articulaciones.   
  5. Continúa con la práctica de ejercicio. La natación, la bicicleta estática, son ideales porque no dañan las articulaciones.   
  6. En el caso de que prefieras salir a caminar, es una buena idea, ya que aumentarás la producción de vitamina D y elevarás el sistema inmune. Sin embargo, no olvides vestir abrigadoramente.   
  7. Cuida tu peso, no sólo las fiestas provocan antojos, es fácil caer en la tentación de tomar varios chocolates calientes con la firme idea de mantener el calor.   
  8. Apuesta por la dieta mediterránea que ayuda a controlar la inflamación y reducir la inflamación, por los alimentos que poseen omega (6). Incluye alimentos como las aceitunas, aceite de oliva, aguacate y salmón.  
  9. Restringe los alimentos procesados y altos en azúcar, son altamente inflamatorios.  
  10. No olvides mantenerte hidratado, el aire acondicionado suele deshidratar a través de la piel y la respiración, lo que aumenta la sensibilidad a los dolores y hasta puede desatar calambres.   

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