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Siria está experimentando una ola de violencia en el conflicto no vista en años, advirtieron el lunes los principales investigadores de derechos designados por la ONU.

La Comisión de Investigación de Siria de la ONU, que informa al Consejo de Derechos Humanos, advirtió que la lucha se intensificó el 5 de octubre del año pasado, cuando explosiones consecutivas en una ceremonia de graduación de una academia militar en Homs, controlada por el gobierno, mataron al menos a 63 personas, incluidos 37 civiles.

El Gobierno sirio y las fuerzas rusas “respondieron con bombardeos” sobre al menos 2300 lugares en áreas controladas por la oposición en el espacio de tres semanas, “matando e hiriendo a cientos de civiles”, dijeron los investigadores.

Los lugares afectados incluyeron “hospitales, escuelas, mercados y campos para personas desplazadas internamente” que podrían constituir crímenes de guerra, según un comunicado.

El 90% vive en la pobreza

Desde la Comisión de Investigación, el presidente Paulo Pinheiro insistió en que el pueblo sirio “no puede soportar” más violencia, después de 13 años de guerra que han dejado a 16,7 millones de personas dentro del país en necesidad de asistencia humanitaria, la mayor cantidad de personas necesitadas desde el inicio de la crisis.

“Más del 90% ahora vive en la pobreza, la economía está en caída libre debido a sanciones más estrictas y el aumento de la ley sin ley está alimentando prácticas depredadoras y extorsiones por parte de las fuerzas armadas y las milicias”, explicó Pinheiro.

Además, el Gobierno de Siria ha utilizado municiones de racimo en áreas densamente pobladas, continuando patrones devastadores e ilegales que hemos documentado en el pasado”, dijo el comisionado Hanny Megally.

“Los ataques de octubre provocaron que unas 120.000 personas huyeran, muchas de ellas después de haberse visto ya desplazadas varias veces, incluidos los devastadores terremotos del pasado febrero”, añadió.

Megally explicó que no debería sorprender que el número de sirios que buscaron asilo en Europa en octubre pasado alcanzara el nivel más alto en siete años, con Siria siendo la mayor crisis de desplazamiento del mundo.

Miedo a la ampliación del conflicto

Desde el inicio de la guerra en Gaza, las tensiones han aumentado entre algunas de las seis fuerzas armadas extranjeras activas en Siria, dijeron los comisionados, especialmente Israel, Irán y Estados Unidos, lo que genera preocupaciones de un conflicto más amplio.

Mientras tanto, en el noreste de Siria, las fuerzas turcas han acelerado las operaciones contra las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos (SDF) en represalia por un ataque atribuido al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Ankara en octubre, dijo la Comisión.

Los ataques aéreos turcos en centrales eléctricas privaron a casi un millón de personas de agua y electricidad durante semanas, en violación del derecho humanitario internacional.