Hector A. Gil Müller
MORENA eligió su coordinador de los comités de cuarta transformación y con ello la candidatura del 2024 para la presidencia nacional. La sensación se repite, la ausencia de blindaje y la falta de confianza en los procesos hace que el perdedor rompa con la institución. Lo mismo ocurrió en Coahuila, y en muchos otros estados. La confianza no es una acción, es un ambiente y si bien López Obrador ha construido una campaña a su derredor, MORENA no ha podido asegurar el desarrollo de esa confianza. La confianza significa congruencia, compromiso, comunicación y conexión, sin ello el ambiente de confianza no se logra. Si la confianza se entiende como acciones, solamente estamos a la espera de lo que se hace o no se hace, pero es muy complicado empezar pensando que las cosas se harán mal. Es decir, no se puede comprobar que no se harán las cosas mal, lo acertado es comprobar que las cosas se hicieron bien.
Sin confianza las instituciones no se mantienen, ese será el reto de MORENA en el 2024, en una evaluación presente, por los resultados de los gobiernos morenistas, en materia de seguridad, empleo y economía y muchos otros rubros que no han sabido desarrollarse en criterios de austeridad que parece dejar de lado la eficiencia.
Marcelo Ebrard ha denunciado irregularidades, desde el momento en el que presentó su renuncia como canciller, alertó la falta de equidad en los mecanismos de difusión y recientemente el uso de la fuerza pública para impedir el acceso de sus representantes al conteo de votos de la encuesta morenista que se integró por diversas encuestadoras, todas dando el triunfo a la Mexiquense Sheinbaum
Una campaña entre Xóchitl y Claudia, que se antojaba así desde hace meses, y sin saber cuál sea el destino de Marcelo Ebrard parece que el presidente habrá de abandonar a su colega, fiel a la usanza hecha en otras ocasiones ante la misma desconfianza.
La campaña de Claudia será del pasado, una continuación de las políticas de la 4T sin poder lucir los resultados en la Ciudad de México. Auspiciada por la fama y favor de Andrés Manuel López Obrador. Pero ¿será capaz de traducir esa fama en su persona?, ¿contará con el carisma, es decir el buen aroma capaz de atraer a otros? Xóchitl enfrenta una gran barrera, ella es una mujer empresario exitosa, y nosotros vemos el éxito como un suceso, no como un proceso. Por lo que deberá explicar cómo tener éxito en un negocio como el publicitario y siendo proveedor de diversos gobiernos. Ese es un problema recurrente, para nosotros en México el éxito es un suceso que aparece, por eso decimos que la oportunidad la pintan calva o que madrugar es suficiente, pero el éxito es un proceso, reiterado y disciplinado. Como la receta de cocina, que a mayor claridad en la receta mejor su exitoso resultado. Apasionados nosotros, sacrificamos claridad, componente del éxito, por la pasión. Así nuestras recetas se componen de pizcas, cucharitas, punto de, sazón como, etc., rasgos emocionales imposible de igualar. El discurso político será igual al querer tapar el proceso con el suceso. Una campaña en la cual seguramente se mencionen los ingresos que High Tech (empresa publicitaria de Xóchitl Gálvez) ha tenido de gobierno.
Falta aún mucho por ver y más aun por comprender, pero por lo pronto parece cíclico el asunto y de tanto que se quejó MORENA, sus mismos miembros hoy critican.