Fabiola Roudha platica de “Un viaje en espiral”, su tercer disco

-Contiene 7 canciones, todas autoría de ellas.

-Es considerada la precursora del Neo Soul en español.

Por Mino D’Blanc

La cantante guatemalteca Fabiola Roudha está promocionando “Un viaje en espiral”, que es su tercera producción discográfica y de la que se desprende como primer sencillo “Tal vez debas perderme”.

En este álbum, la talentosa cantante y compositora resume tres años de su vida. Cada canción presenta su evolución y cómo va soltando el dolor y ausencia para llenarse de plenitud y amor propio.

La producción es de Franc Castillejos y David Suárez, la coproducción es de la propia artista, así como los arreglos musicales en los que también intervinieron los productores y José Villagrán y El Suago. En la mezcla y masterización estuvo JP Berreondo.

Las canciones que incluye son: 1.- Tal vez debas perderme, 2.- Aún en la distancia, 3.- Siempre sale el sol, 4.- Amores de noche, 5.- Volví a mí, 6.- Vuelve a su color y 7.- Que todo esté bien.

Platicamos con Fabiola Roudha sobre este disco y sobre sus proyectos futuros.

MD’B: ¿Cómo llega este disco a tu vida?

FR: “Un viaje en espiral” es un disco que me retó bastante como compositora, como artista. A mí me gustan mucho los géneros del Soul, del R&B, el Funk, toda la vida como setentera. Años atrás empecé como toda esta práctica de hacerlo en español y siento que en mi disco se logró madurar este sonido siempre con mi esencia. Este álbum llegó en el año 2020 no por la pandemia, sino que simplemente yo quería hacer mi nuevo disco y la temática que me gustó utilizar porque no quería hablar del clásico “amor-desamor”, sino fue la temática de soltar, cambiar y regresar a uno mismo que es como el proceso de vida que nos toca a todos en diferentes momentos.

MD’B: ¿Te ha tocado vivir ese proceso?

FR: Me ha tocado varias veces. Nos toca vivirlo a veces en el trabajo, a veces en la vida personal, a veces en las relaciones, como que vamos caminando ese proceso.

MD’B: ¿Por qué se llama “Un viaje en espiral”?

FR: Yo le puse así porque siento que la vida no es lineal, sino que va en espiral. Uno tiene muchas mañas, cosas que cambiar. A veces decimos “¿por qué me volvió a pasar lo mismo? ¿por qué me volví a topar con la misma persona? ¿por qué en la relación me volvió a pasar lo mismo? ¿será que yo estoy salada, como dice la gente?”. Lo que pasa que la vida son lecciones de las que debemos ir aprendiendo, entonces se vuelven a presentar una y otra vez convertidas en una diferente persona, en una diferente circunstancia, lugar, país, hora y hasta que se logra entender y aprender de eso y ya no volverlo a hacer, es como pasar al siguiente nivel.

MD’B: ¿Las siete canciones de este disco son vivenciales?

FR: Algunas son presenciales, otras las comencé a componer y luego me pasó lo que compuse (ríe). Fue como muy raro porque primero las tenía, por ejemplo “Tal vez debas perderme” que es una canción que yo estaba hablando de soltar, soltar algo, soltar a alguien, que es muy difícil porque el ser humano se acostumbra siempre a todo y luego de que la terminé de hacer me empezó a pasar justamente eso. Como que lo que habla cada una de las canciones del disco, eso me pasó.

MD’B: ¿Consideras que son canciones atemporales porque a todo mundo nos puede pasar se tenga la edad que se tenga?

FR: Así es, esa es la idea.

MD’B: ¿Con qué canción te identificas más de este disco?

FR: La verdad es que con todas. Creo que como compositora me reflejo en “Siempre sale el sol”, que es la tercera canción del disco, porque a mí no me gusta pensar “bueno y ahora voy a poner este acorde con este”, a mí me gusta que la canción me lleve y entonces me salgo mucho de las tonalidades. Tiene muchos momentos diferentes. Esta canción inicia con un Rap con Jazz, luego es completamente un Soul-R&B, luego se convierte en algo totalmente psicodélico tipo Pink Floyd y hasta se le baja el tempo. En los sonidos yo tengo muchos solos son de guitarra en este disco, solos de batería, solos de bajo, cosas que no suelen ya hacerse mucho. La canción dura casi siete minutos, pero a mí me gusta eso. El sonido de teclado que usé para este disco es el de “No Quarter” de Led Zeppelin, entonces a mí me encanta ese sonido de piano y ese start también lo tiene y está en todo mi disco.

MD’B: Si pudieras definir en una sola palabra tu género, ¿cuál sería?

FR: El Neosoul porque es un Soul nuevo, que se está haciendo ahorita, en donde ya no tienes todas las herramientas para hacerlo cien por ciento análogo como se hacía antes, sino que ahora se recurre a una computadora, a cosas que no existían, entonces se puede emular el sonido de antes pero no es lo mismo.

MD’B: ¿Eres precursora de este género o tienes influencias de otros artistas que lo manejan?

FR: Tengo influencia de otros artistas. El Neo Soul es como una nueva categoría en la que entran todos los que hacen Soul, R&B, que hacen de repente Funk pero le meten Jazz o Jazz con Hip Hop. Toda esta ola es el Neo Soul que al final viene del género madre que es el Soul.

MD’B: ¿Cuáles son tus influencias musicales?

FR: Como compositora es Carole King. Como creadora de Neo Soul me encanta un grupo que se llama Hiatus Kaiyote que es un grupo de Australia que es increíble y por la chica fue que comencé a aprender guitarra porque realmente yo toco el teclado. También me gusta mucho Bill Willers, que es a los que más le pongo atención de los sonidos de las baterías y el bajo que yo quiero para el disco; ese sonido gordito, bonito. Bobby “Blue” Bland también es de mis artistas que me influencian bastante al igual que Alicia Keys y Aretha Franklin.

MD’B: Tuvieras los discos que tuvieras, las canciones que tuvieras, ¿qué es lo que nunca cambiarías de tu sonido? ¿Qué es lo que te eternizaría tanto en música como en letras?

FR: De mi sonido creo que algo que la gente distingue muy rápido y es parte de mí es el color de la voz. Soy mezzosoprano pero tengo agudos de una soprano y los graves de una contralto, es como bien raro, pero es el color de mi voz y el sonido. También es la composición; yo tiendo a trabajar mucho un estilo de componer que es como muy clave. De hecho si escuchan todo el disco se pueden dar cuenta. Las temáticas de mis letras tanto del primer disco como el de ahora siempre es esa búsqueda de la felicidad para uno mismo sin pasar por sobre los demás.

MD’B: ¿Qué cambió de “Un viaje en espiral” en relación a tu primero y segundo disco?

FR: Es mucho más maduro. En el primer disco yo estaba en la búsqueda de estos sonidos haciéndolos en español y en este tercero se escucha un sonido mucho más maduro, una composición más aterrizada, sonido de guitarra que es constante, que así como están en el disco están en mis shows, pianos que siempre son los mismos como digamos característicos y la forma de cantar también.

MD’B: ¿Qué tanto influye la música orgánica y qué tanto influyen los sonidos digitales en tus canciones?

FR: Casi todo lo hacemos orgánico. Realmente también usamos procesos para mi voz como el auto-tune y eso. La forma en que grabamos este disco fue toda la banda al mismo tiempo, todos juntos al mismo tiempo.

MD’B: ¿Cómo fue el proceso de grabación de “Un viaje en espiral”?

FR: Grabamos tres canciones cada día por la limitante del tiempo en el estudio. Dejamos de último a los vientos, porque el cuarto era muy pequeño, entonces grabamos así; la mejor toma fue la que escogimos para el disco. Hay canciones que van unidas una con la otra, entonces básicamente teníamos que tocar de la primera hasta la segunda sin parar.

MD’B: Visualmente hablando, ¿tu outfit tiene que ver con lo que cantas? ¿Tú desarrollas tu estilo?

FR: Sí, de hecho desde que compongo la canción, porque primero hago la música antes de hacer la letra, me imagino como la paleta de colores que debe llevar esa canción; luego me gusta imaginarme la vestimenta y hasta el maquillaje. Si yo no me imagino eso, no termino la canción.

MD’B: Has alternado y hasta cantado con figuras muy importantes de la música. ¿Con cuál de todas y todos ellos te quedas? ¿De quién aprendiste más?

FR: Aprendí de Eros Ramazzotti; de hecho fue la primera experiencia que yo tuve a los 11 años, logré abrir un concierto de él. Yo siempre canté como adulto, jamás canté como niña; tenía 7 años y la gente creía que tenía 25. Con él fue una experiencia de poder ver cómo era un montaje porque el montaje que él llevaba de escenario era increíble, el calibre de músicos que tiene es increíble, todos muy centrados, muy con los pies en la tierra. Toda su producción de cómo trabajaban en armonía, nadie gritándose, nadie creyéndose más que el otro, eso me gustó muchísimo y la forma en que el dirigía todos los músicos; tocó la batería, el bajo, la guitarra, tocó todo.

MD’B: ¿Con quién te gustaría alternar o con quién te gustaría grabar algo?

FR: Me encantaría con Carole King porque me encanta su composición; todavía está viva, todavía puedo (ríe nerviosa). Yo aprendí a tocar teclado por escucharla a ella. Alicia Keys también me encanta como compositora. Julieta Venegas me parece interesante lo que hace con sus producciones, ella como músico.

MD’B: ¿Grabarías a tu estilo “Luna de Xelajú”?

FR: La he cantado. Es una canción muy famosa de Guatemala y creo que todos los artistas guatemaltecos la hemos cantado. Sí la grabaría, aunque siento que no hay que desvirtuarla mucho; son de esas canciones que siento que el arreglo que tiene se va a escuchar rara y puede haber hasta quien se moleste por la importancia que tiene esa canción para mi país.

MD’B: ¿Te gustaría alternar con Ricardo Arjona?

FR: Sería genial, no lo conozco en persona, pero sería genial. Me gusta que tiene un estilo; donde suena sabes que es Arjona. Muchos lo critican porque tal vez no hace otras cosas diferentes, pero suena a él. Arjona sabe quién es, sabe hacia dónde va con la música, sabe perfectamente quién es su público y él se mantiene en su estilo.

MD’B: ¿Qué representan los reality shows y los concursos musicales televisivos para ti? ¿Han sido un obstáculo para tu vida artística o han sido una buena ayuda como tal?

FR: Creo que tiene ambas. El estar dentro de los realitys a mí me apoyó a ver cómo en Guatemala me apoyaban y se unían para que yo pudiera ganar. Pude conocer un poquito más la industria y también me pude dar cuenta que yo no quería eso; era muy plástico, todo muy vanidoso, la mayoría de mis compañeros no sabían tocar ningún instrumento, no sabían ni siquiera hacer armonías vocales. Yo decía “Padre Santo, quieren ser cantantes y no saben nada”. Entonces me di cuenta que mucho era un blof de mentiras, entonces por eso yo terminé el contrato porque no quise estar ahí; no quería ser recordada como alguien que cantara los covers de esos concursos. De hecho, ya luego en mi presskit y todo no puse que estuve en esos concursos, porque me cerraba puertas en lugar de abrírmelas. Me preguntaban si yo de verdad cantaba y de hecho mucha de la gente que escucha mi música ahora me dice “yo no te creo que hayas estado ahí, imposible”, pero sí estuve, la vida me llevó a estar ahí representando a Guatemala, lo agarré como un aprendizaje, pero no lo volvería a hacer.

MD’B: ¿Te consideras profeta en tu tierra?

FR: He tenido la oportunidad de que la gente me apoye en Guatemala. La verdad es que yo no me puedo quejar con eso. Creo que el ser la primera guatemalteca en venir a esos concursos aquí en México hizo que Guatemala apoyara y cuando digo apoyara, es de verdad todos. Porque criticábamos de que nadie era profeta en su tierra, de que Guatemala era difícil; es difícil del lado del gobierno porque no apoya al arte para nada, pero el público sí apoya.

MD’B: ¿Qué sigue en tu vida?

FR: Continúo mi viaje en Ciudad de México, voy para Celaya, para Hidalgo, regreso a Guatemala a hacer el lanzamiento de mi disco porque no lo he ido a lanzar allá, voy para El Salvador donde tengo shows, hago Honduras, Costa Rica, luego Los Ángeles, California y regreso para Ciudad de México.

MD’B: ¿Cómo te gustaría ser recordada?

FR: (suspira) ¡Ay, es difícil! Porque precisamente estoy en el proceso de, pero sí me gustaría ser recordada como una de las pioneras del género que hago en español.

MD’B: ¿Algo más que quieras agregar?

FR: Invitar a las personas que se den la oportunidad de escuchar este disco “Un viaje en espiral” desde principio a fin porque todas las canciones van conectadas e invitarlos a buscar las cosas que los hacen felices y que sean recordados por eso.

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