Mundo Rural

Hipólito Contreras

Para el domingo 2 de junio las encuestas pueden fallar porque se trata de una elección extraordinaria que no estaba contemplada, no tenía por qué haber elección este año, pero el helicopterazo del pasado 24 de diciembre cambió las cosas en Puebla, y las cambió de tal modo que no sabemos lo que ocurra en el proceso electoral para elegir gobernador del estado.

Si el voto de los ciudadano se respeta, si el Instituto Nacional Electoral cumple su cometido, podría haber sorpresas en la elección.

Ya no estamos en la víspera de la elección del uno de julio del 2018 cuando una marea inundó el país, una fuerza política y un personaje dominaron todo o casi todo, fue el cambio que se esperaba después de casi 90 años de gobiernos priistas y panistas que llevaron al país a profundas crisis, violencia y pobreza en muchos millones de mexicanos.

El uno de julio del 18 los mexicanos hicieron a un lado a dos fuerzas políticas que no pudieron generar desarrollo para todos, se dedicaron a hacer negocios y a enriquecerse con los recursos públicos, más de 31 millones de mexicanos que fueron a las urnas dijeron ya basta y nombraron a Andrés Manuel López Obrador como Presidente de México, con la esperanza de que las cosas cambien para bien de todos.

Sin embargo, en Puebla, en donde también Morena arrasó ganando la mayoría en el Congreso local y los municipios más importantes, incluyendo la capital, las cosas fueron diferentes, Morena no pudo ganar el gobierno del estado, como sabemos, la elección se fue a los tribunales, y fue el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el que reconoció el triunfo de Martha Erika Alonso, lo demás ya lo sabemos.

¿Qué habría pasado si se hubiera anulado la elección y Martha Erika Alonso y Luis Miguel Barbosa este 2 de junio se disputarán nuevamente el gobierno del estado? ¿ se repetiría el resultado del uno de julio? ¿ o ganaría Miguel Barbosa? Habría sido interesante porque ahí se demostraría quién ganó la primera elección.

Como eso ya no podrá ser, el candidato de Morena buscará superar a Enrique Cárdenas Sánchez, candidato del PAN, y a Alberto Jiménez Merino, candidato del PRI, ¿ la tiene más fácil? ¿ o más difícil? Los ciudadanos que vayan a las urnas tendrán la última palabra, ellos analizarán a los tres candidatos y tomarán una decisión.

No porque Morena domine supuestamente el escenario político, en automático ganará, para nada, esta es una elección extraordinaria, una elección emergente por un suceso trágico que llevó a mil comentarios, que generó muchas cosas en los poblanos, todo eso junto llevará a un resultado el domingo 2 de junio.

Esto, claro, no empañara el proceso de cambio que se vive en el país, lo que llaman la cuarta transformación, todos queremos que así sea, que México cambie para bien.

Sin embargo, en Puebla las cosas son un poco diferentes, la elección no está ganada para nadie, las encuestas pueden fallar por muy profesionales que sean. Los poblanos son sabios y tomarán la mejor decisión.

En medio de todo esto, surge una pregunta ¿ por quién votarán el millón cien mil poblanos que llevaron al triunfo a Martha Erika Alonso en la elección del uno de julio? Al menos el Tribunal federal reconoció que ganó.

Podría ocurrir que ese millón cien mil ciudadanos vuelvan a votar por el mismo partido, en este caso por el candidato del PAN y con ello ratificar el triunfo panista.

También podría ocurrir que miles o cientos de miles de ese millón cien mil se abstenga de votar porque el candidato no les gustó, porque es poco conocido en el estado.

Otra cosa que podría ocurrir es que buena parte de ese millón cien mil ciudadanos voten por el candidato del PRI sólo para evitar que triunfe el candidato de Morena.

En fin, se ven varias opciones, pero lo que hagan o dejen de hacer ese millón cien mil ciudadanos será determinante en la elección del 2 de junio, elección de pronósticos reservados.

También podría ocurrir que el helicopterazo del 24 de diciembre en nada incida o repercuta en el resultado de la elección y que efectivamente Morena y su candidato arrasen. Sin embargo, la moneda está en el aire, águila o sol.