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Con goles de Alanís y Fabián, Mazatlán consiguió la victoria y debe esperar una combinación de resultados para saber si alcanza lugar en la reclasificación
Mazatlán se ilusiona con la posibilidad de repechaje y festeja haberse salvado de pagar 33 millones de pesos, al vencer en la última fecha del torneo regular al Puebla de la ‘franja’ por marcador de 2-1.

El Mazatlán libró la multa de los últimos lugares del cociente y además, se puso en puestos de repechaje, a la espera de resultados en la última jornada.

Por su lado, Puebla puso en riesgo su clasificación directa a la Liguilla.

Con anotaciones de Oswaldo Alanís, en los primeros momentos del segundo tiempo; de Marco Fabián al 56′, de tiro penal, y de Pablo Parra por los de la Angelópolis, al 93′, también desde los 11 pasos, los mazatlecos vencieron con categoría a los camoteros en el Estadio Kraken.

Puebla ahora depende de terceros, al no poder plasmar un juego eficaz en la parcela mazatleca.

Mazatlán se acomodó bien ante su afición y aunque el Puebla le metió algunos sustos en el inicio del partido, ya que ambos salieron con la obligación de ganar, no fue aquel equipo que dio grandes maestras de futbol de la mano de su actual entrenador.

Mazatlán llegó a este enfrentamiento con cuatro partidos sin perder, tres de ellos triunfos consecutivos, con lo cual estaban lejos del sótano de la clasificación.

La situación del equipo de Nicolás Larcamón, por su parte, era incierta cuando se plantó en este cotejo, ya que su calificación directa estaba en juego.

Puebla luchó, pero Gabriel Caballero y Christian Giménez mandaron a la cancha a su equipo con la premisa de atacar, aunque manteniendo un equilibrio en sus líneas.

De esta manera, Alanís anotó el primero que le dio seguridad a su escuadra, mientras tras una falta de los camoteros en el área, Marco Fabián hizo el segundo de tiro penal, para ti per una sequía de goles en la Liga MX, misma que cargaba desde 2015.

El gol de la ‘honrrilla’ para el Puebla lo hizo Pablo Parra y aunque eso animó a un desesperado Nicolás Larcamón, ya era muy tarde para aspirar a más.