México ya no destaca en el entorno internacional de la producción de vainilla, advierte investigador

Hipólito Contreras

La historia de la vainilla, originaria de México y cultivada por los totonacos, no puede más que resultar irónica y triste. La orquídea empleada en las industrias de alimentos, de bebidas y de perfumería, fue impactada por la introducción de producto artificial, cuyo costo es hasta 15 veces menor, afirmó Juan Hernández Hernández, investigador del INIFAP

La vainilla se cultivaba, principalmente, en la región del Totonacapan –Veracruz y Puebla -, es una de las especies tradicionales de este país y se conoce desde la época prehispánica. México fue un gran exportador e incluso tuvo el monopolio de la producción.

Después de la Conquista se llevaron la planta hacia Europa y se dispersó por diferentes regiones del mundo, como Madagascar –hoy el principal productor en el mundo–, seguido de Indonesia, Papua Nueva Guinea, India y Uganda, relata el experto.

En la última década, la producción de México no impacta en el ámbito internacional y aporta menos de 20 toneladas de vainilla beneficiada para exportación, ni el uno por ciento del total mundial.

La máxima producción nacional en toda la historia se reporta en el año de 1958, con alrededor de 2 mil toneladas de vainilla verde, con las cuales se obtuvieron 300 toneladas de vainilla beneficiada. De ahí ha tenido fluctuaciones, menciona Juan Hernández, uno de los dos expertos en vainilla que quedan en el INIFAP.

“El cultivo ha decaído bastante, porque la gente se va en busca de otros empleos fuera del estado y el país, los bajos precios en ciertos años han desalentado a los productores y los robos también”.

Los precios son volátiles, han llegado hasta 700 dólares por cada kilo de vainilla beneficiada; ahora es de 300 a 400 dólares. “En los últimos años, el precio internacional ha disminuido porque ha sido desplazada por la vainilla artificial o sintética, que las industrias compran de 10 a 15 veces más barata que la natural”.

La demanda crece en países como Francia, Japón, Alemania y Estados Unidos, que puede pagar el producto natural, la utilizan para intensificar el sabor de helados, pasteles, chocolate y alimentos.

Según estimaciones de los comercializadores, existe un déficit de 100 toneladas de vainilla beneficiada de México para abastecer a ciertas industrias y comercializadores de los países señalados, que prefieren la vainilla mexicana por su calidad y aroma diferente al de otros orígenes.

La vainilla es uno de los productos mejor cotizados y es el saborizante más popular. México exporta 95 por ciento de su producción y sólo 5 por ciento es para mercado nacional, donde se destina para la elaboración de extractos y artesanías.

Una tonelada de vainilla en verde alcanza 500 mil pesos comparada con los 4 mil pesos de una tonelada de naranja en Veracruz, que incluso si se obtienen 20 toneladas por hectárea, serían apenas 80 mil pesos.

Una oportunidad es hacer extracto de vainilla, cuyo precio es más estable y lo demandan panaderías, perfumerías o empresas de helados y chocolates. Este se consumiría a nivel local e internacional.

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