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PUEBLA — Al Cruz Azul de los últimos cinco partidos de pronto se le olvidó cómo llegar a las redes rivales. La Máquina ha sufrido de un estancamiento del que todavía no ha salido ni en el inicio de torneo en el que estrenó a tres de sus cuatro refuerzos, pero que no pasó de un amargo empate a un gol frente al Puebla.

En la serie de dos partidos contra Monterrey, los cementeros apenas anotaron un gol, al América no le marcaron ningún tanto en la Final y en su estreno en 2019 frente a La Franja apenas llegaron una vez a las redes y fue mediante un disparo de larga distancia de Elías Hernández. Lo demás fue pura pelea e intentos inútiles por cambiar el rumbo del partido.

Apenas 19 días después de perder la Final del Apertura 2018 contra los azulcrema, La Máquina se presentó en Puebla con la encomienda de sacar sus primeros tres puntos y con ello un paso a su objetivo central de llegar a la Liguilla. El problema fue que no contaron con su inoperancia ofensiva y, desde luego, el planteamiento rival que no pudieron descifrar.

Pedro Caixinha apostó solo por uno de sus refuerzos para ser titular y paradójicamente fue el que peor lució en el campo, gracias a sus constantes pases erráticos y hasta los balones que le rebotaban constantemente para finalizar en los pies rivales. El exfutbolista de Chivas no tuvo su participación más memorable en esta visita al Cuauhtémoc.

Para el segundo tiempo llegó la hora de la presentación de Jonathan Rodríguez y Yoshimar Yotún, pero su ingreso tampoco cambió drásticamente el correr de un cotejo siempre cerrado en el centro del campo y con pocas opciones para ambos bandos.

Quien intentó algo distinto y le salió fue Elías Hernández, en buena medida por lo permisiva que fue la zaga poblana que lo dejó rematar hasta dos veces de fuera del área y en la segunda dejó sin opciones a Nicolás Vikonis, más deslumbrado y estático que reactivo para evitar la caída de su marco.

El problema para Cruz Azul, irónicamente, fue el gol conseguido porque de pronto bajaron dos niveles de intensidad y concentración y eso provocó el gol poblano, luego de un penalti de Lucas Cavallini, tras una inocente falta de Adrián Aldrete. Fue el típico quita risas para los celestes del que ya no se pudieron levantar.

Por intento y ganas no pasó la poca efectividad celeste en el ataque, pero sí por falta de creatividad, mientras que el Puebla sacó un punto valioso para sus aspiraciones, más allá de que no ganó como local. Los motores apenas calientan para una Máquina que tiene mucho camino por delante.